Por Juan Jesús Ayala.
La isla de El Hierro por su lejanía geográfica de la Corte se adapta tarde a los acontecimientos que se desarrollan en el territorio continental español. Así aconteció con las Juntas de Defensa instauradas cuando el rey Carlos IV y su hijo Fernando VII tras el acuerdo de Bayona y el Tratado de Fontainebleau entregan España a Napoleón. Con lo cual estas Juntas se constituyen en Canarias y mas aun en El Hierro, tarde, nombrando como vocal de esta Junta al cura Ayala Barreda. Y una vez que Fernando VII, al que llamaban “el Deseado” o el rey “Felón” concluye su exilio dorado francés en el palacio de Valencay llega a Madrid donde es recibido con un fervoroso entusiasmo y mas aun, cuando ya se había alumbrado en Cádiz la Constitución de 1812 se pensó que España entraría por una senda de libertades aunque se dijera aquello de “viva las cadenas”. Sin embargo, lo primero que hizo fue abolir la Constitución, implantar un absolutismo feroz persiguiendo a todos aquellos que se pronunciaban como “liberales” al no apoyar sus maneras de gobernar a la vez que implantó de nuevo la Inquisición. Y desde la isla herreña el entusiasmo fue compartido, decidiendo por parte de la autoridades se pusiera en las puertas de las casas un cartel con el lema ”Viva Fernando VII”.
En El Hierro también hubo persecución a aquellos que se manifestaron en su momento como “liberales” siendo el personaje mas característico el médico Don Leandro Pérez que se había distinguido en la epidemia de fiebre amarilla de 1819 y que tachado de liberal fue deportado al Hierro donde prestó a los herreños sus servicios, muchas veces bajo el amparo del altruismo sin cobrar nada a cambio. El decreto de Fernando VII le había incluido para que se ejerciera sobre él la pena capital; ante esto, muchos vecinos agradecidos por toda su labor lograron esconderlo salvándole la vida al embarcarlo hacia America.
Este rey abolió la ley Salica de Felipe V y por este motivo fue nombrada como reina de España su hija Isabel, lo que no fue aceptada por Carlos, hermano de Fernando VII, desencadenando unas interminables y cruentas guerras carlistas que motivó en los últimos años del reinado de Isabel II una serie de deportaciones a El Hierro de los conservadores tales los Ribera, Blanich Cumellas y otros. Hay que decir que con la llegada de Isabel II al trono se produce la Revolución de 1868 que se dirige no solo contra un gobierno corrupto sino contra la misma persona de la reina a la que se juzga por incompatible con la “honradez y la libertad”.
Durante el reinado de Isabel II y por arrastre de la ideología de su padre se había acentuado el enfrentamiento entre “liberales” y “conservadores”. Los conservadores, absolutistas y los liberales, reformistas y progresistas, destacando que la revolución de 1868 significa el triunfo de los liberales sobre los conservadores y el grito que resonó en el ámbito político de la “Gloriosa”( así se llamó a la Revolución) fue ¡ viva la soberanía nacional, ¡abajo los Borbones”¡..
Y en El Hierro ¿qué aconteció? Se instaura un cambio de la política que ya se venia arrastrado desde 1863 en el que era alcalde, Domingo, Espinosa y Armas ocupando las tenencias de alcaldía, José Blanich Cumellas (mi tatarabuelo), Silvestre Barreda y Félix Duran. En este ayuntamiento se comenzó la repartición de los terrenos comunales entre los vecinos, además de tomar el acuerdo de la supresión de la escuela de la comarca de Azofa quedando sus habitantes huérfanos de toda instrucción con la consiguiente insatisfacción de las clases populares que se habían alineado en una amplia mayoría a los que defendían las ideas revolucionarias de 1868.
Cuando cae la monarquía isabelina en septiembre de 1868 el que presidía el ayuntamiento de Valverde era mi bisabuelo Pedro Miguel Ayala Pérez Guadarrama y que tras los gritos y arengas se constituye, destituyendo al ayuntamiento actual, una Junta Local Revolucionaria donde ya se descuelga el retrato de la soberana por un empelado del ayuntamiento llevándoselo para su casa.
Ya pasados los fervores revolucionarios se constituye el nuevo ayuntamiento dentro de un momento político liberal contrario al conservador, que se venia instaurando desde Fernando VII, eligiéndose alcalde a Eloy Díaz y Casañas siendo designado Secretario de la Corporación ,Simon Gutiérrez Padilla y Ayala
Esta dinámica de la política herreña fue una constante entre mandatarios y relevos de unos y otros, o sea liberales y conservadores que repercutió en aquellos que manejaron la política y gestión de la isla durante buena parte del siglo XIX y del XX donde muchas veces la elegancia política se encontraba ausente.