Por David Cabrera de León.
Se aproxima un invierno que muchos dicen que va a ser duro para las familias y muy complicado para las empresas y autónomos más vulnerables.
Y lo cierto es que muchos políticos ante este escenario y desde la barrera nos dicen que estemos tranquilos y que juntos resistiremos al toro de la crisis, y que sin duda llegaremos al verano próximo.
¿En qué se basan? Tengo la impresión que no saben de lo que hablan y que lo que les importa es calmar a todos aquellos que vamos a votar en el 2023, no sea que nos pongamos nerviosos.
Cuando llegue la realidad, nos dirán de nuevo que es por la guerra de Ucrania, por las empresas energéticas, por el covid, por el despilfarro de las familias y de los bares que ponen el aire acondicionado, etc.
Olvidan, como bien decía Ana Oramas en el Parlamento nacional, que en Canarias en general no tenemos calefacciones, ni gas ni trenes.
La política nacional olvida y usa Canarias a su antojo, y somos los últimos en la lista de preocupaciones del Gobierno central.
Pero esto que pasa fuera, también pasa dentro, porque en Canarias, el gobierno autónomo, olvida, ningunea y usa a su antojo a la isla de El Hierro. Al fin y al cabo, los escasos 6.000 votantes somos algo relegable al fondo de la gaveta… Solo contamos, y poco, para aportar nuestros tres parlamentarios autonómicos, que, en tiempos revueltos, deberían ser resultar útiles para los asuntos importantes de El Hierro y de Canarias.
Nadie presta atención al grave problema que vivimos los herreños, el de que pagamos hasta un 40% más por casi todo. Los combustibles, los alimentos, los productos en general. Y, por supuesto, pagamos los mismos impuestos que quien puede vivir un 40% más barato.
Esto no puede, ni debe seguir así. Hay que poner freno al decremento progresivo de los habitantes permanentes en la isla, que, cansados, de hacer frente a la triple insularidad en todo, optan finalmente por irse.
Casi sale más barato viajar a Tenerife con nuestro coche y poner gasolina allí.
Y de aquí, de este hecho derivan muchos otros problemas que tenemos los herreños. Tenemos un comercio reducido, no tenemos industria, un turismo limitado, y una agricultura sometida a la inflación galopante que muchos políticos camuflan tras las cifras.
La isla tiene un problema económico grave. Esta es la realidad.
Aumentar la población residente en la Isla debe ser el objetivo principal, solo así se mejorará la demanda y se creará una mayor riqueza para todos los herreños y herreñas.
Porque población con residencia permanente en la isla, durante todo el año, a falta de datos oficiales contrastables, no se si llega a 6.000 personas. Y está claro que con este número de habitantes no es posible generar economía y fortalecer un tejido productivo.
En un momento en el que en Canarias se debate la superpoblación, principalmente de las islas capitalinas y las dificultades que conlleva, en las islas no capitalinas principalmente occidentales como la nuestra, el objetivo principal que tenemos que situar es el de aumentar la población insular, acercarnos a esos 10.000 habitantes permanentes imprescindibles, que tuvimos en su día, para crear una economía circular sostenible respetuosa con el territorio, y a éstos sumarles otros 3.000 habitantes transeúntes procedentes del turismo.
Solo así, buscando el incremento insular con familias y empresas, podremos resolver varios problemas a la vez en la Isla.
Favorecer, mediante incentivos, a las personas y empresas que quieran trasladar su lugar de residencia permanente a la isla.
Centrarse, entre otros, por ejemplo, en los pensionistas, que invierten en una segunda residencia habitual, no ocupan puestos de trabajo, sino que demandan servicios, y que consumen.
Un aumento de la población residente, y específicamente de una tercera edad que empieza en algunos países europeos con las prejubilaciones anticipadas en los 55 años.
Pero esto es algo que no podemos hacer los herreños, no está en nuestras competencias. Es el Gobierno autonómico el que puede iniciar cambios reales.
Cambios como por ejemplo, los siguientes:
1) Desgravaciones en el IRPF de hasta el 50% y en un tipo más reducido en el impuesto de transmisiones patrimoniales, para apoyar a los habitantes, empresas y profesionales asentados en la Isla de El Hierro.
2) Reducir los tipos tributarios recogidos en la vigente ley de haciendas locales, para apoyar a las personas, profesionales y empresas que se asienten en la isla.
3) Desgravar los tipos impositivos vigentes para la adquisición de viviendas en la isla, con el fin de que los habitantes puedan arreglar sus viviendas, así como para aquellos que las adquieran como residencia habitual.
4) Reducir las cotizaciones en la seguridad social para las empresas y trabajadores que se instalen en la isla.
5) Hacer una interpretación de nuestras leyes del suelo que favorezca que las familias puedan legalmente construir sus casas y asentar a sus familias de forma sostenible y de acuerdo con el entorno natural de la Isla.
6) Favorecer el autoempleo, mediante la adopción de medidas dirigidas específicamente a emprendedores, con préstamos, avales y asesoramiento técnico.
7) Incentivos para que las grandes empresas deslocalicen y asienten sus centros de trabajo en la isla de El Hierro.
8) Créditos y préstamos especiales con reducidos costos de reembolso para apoyar a emprendedores en la isla.
Por esta razón, los herreños debemos buscar alianzas fuera, compañeros de viaje que entiendan nuestras necesidades y defiendan nuestros intereses, porque en gran medida también son los suyos.
Ampliar la base electoral fuera de las islas, hacer frente a los partidos de representación nacional, y revivir nuestro sentimiento Insularista, es quizá la única posibilidad que nos queda para, al menos, como en el cuento de la cigarra y la hormiga, tener algo en la despensa durante el invierno.
David Cabrera de León, portavoz de la Agrupación Electoral por El Hierro (AExEH) - Asamblea Herreña (AH).