Por Juan Jesús Ayala.
En determinadas épocas es una satisfacción releer libros sobre los que se ha depositado una cierta necesidad para que una vez leídos no estén en los anaqueles de la biblioteca como testigos impertérritos de lecturas pasadas, sino que es necesario darles vida a través de la relectura, al menos determinados capítulos, que utilizamos como consulta donde el impacto de su pensamiento, crónicas, investigaciones, e interpretaciones de una realidad que se hace permanente día a día nos reconforta.
Me reencontré, una vez más con “Memorias de otro desmemoriado” de José Padrón Machin donde relata episodios de su vida; como “El Hierro, Séptima Isla” que es una serie de artículos sobre la isla que publicó en el periódico “La Tarde”, lo que abrió una nueva página de amistad y respeto hacia su persona.
Los libros de investigación tanto costumbristas como los andares de la política en diferentes siglos tanto los de Carlos Quintero Reboso como de Venancio Acosta Padrón son fundamentales, sin olvidar el último libro de Carlos, “Personajes herreños del siglo XX”, el cual tuve el honor de presentar en el Cabildo herreño , además, de encargarme el capítulo referente a la maestra, doña Inocencia Durán Casañas.
Al haber obtenido la Licenciatura de Medicina en la Universidad de Salamanca donde concurrimos muchos canarios que compartimos vivencias tanto en lo referente a exámenes, y comentarios sobre sabios profesores que tuvimos en las diferentes asignaturas de la carrera; andando el tiempo uno de aquellos canarios, José Nicolás Boada Juárez, nacido en Ingenio llegó a ser catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna y su libro “La sabiduría de las piedras doradas” donde expone sus vivencias incidiendo sobre Salamanca en las diferentes facetas, tuve, así mismo, el honor de colaborar en su presentación en el Círculo de Amistad XII de enero en 2018 donde volvimos a recordar diferentes vicisitudes de nuestra vida universitaria y de amigos comunes que fueron referencia de amistad y de nobleza, como Norberto Martínez- Pardo Sosa.
Y sobre la confusión que existe en la política canaria donde la perspectiva que tenemos al estar en una zona caliente del Atlántico donde llegan inmigrantes de países en guerra contante, el libro “Perspectivas de guerra civil” de Hans Magnus Enzensberger, figura polifacética como uno de los representantes del pensamiento alemán de la postguerra, publicado en 1994 no deja de tener actualidad donde relata como siempre sucede lo inesperado y los brotes de confrontación de guerra inaplazable hace posible que desde zonas aledañas circulen gestos de incomodidad a territorios cercanos, en este caso a los nuestros; así mismo sobre el escaso o nulo compromiso que se adquiere con los gobiernos de Canarias, el libro “Desde la perplejidad” de nuestro recordado profesor, Javier Muguerza, Catedrático de Ética en la Universidad de La Laguna que lo fue más tarde en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, nos alumbra y a además previene lo que de momento solo se recogen discusiones vergonzantes donde solo se plantean propuestas partidistas descaradamente marcadas por la incoherencia de las mismas por lo que nos espera es un escenario no para el orden y las soluciones humanitarias sino para la perplejidad que no nos abandona.
Lo mismo que dentro de la política donde abunda el sentimiento del odio constituyéndose prácticamente la “odiocracia” como un nuevo sistema de gobierno releemos el capítulo dedicado a este sentimiento de nuestro maestro, Catedrático de Psiquiatría en Córdoba, Carlos Castilla del Pino, “Teoría de los sentimientos” que nos deja un mal cuerpo que mitigamos al momento cuando nos acercamos una vez más a las páginas en su totalidad del libro de Aurelio Ayala Fonte “Un hombre, un médico, una isla” donde el entusiasmo y la gratitud no cesa hacia la vida de un hombre, tanto la de Aurelio como la mía particularmente al médico pleno de intelectualidad y sabiduría profesional: Juan Ramón Padrón Pérez, que siempre quiso desarrollar su actividad como médico, como así fue, en su isla de El Hierro.
O la obra literaria de don Valentín Padrón Espinosa nuestro profesor de matemáticas donde en sus momentos vivió una historia plena de creatividad, de poesía fraguada a golpe de intuiciones, utopías, anécdotas, y decepciones, pero siempre impregnada del tiempo en que fue concebida su creación, pero que aquel tiempo no acabó, su alcance es inconcluso.
Es evidente que siempre no hay momentos propicios para releer, pero volver a los libros que inconscientemente se descuelgan de los anaqueles de la biblioteca es como si estuvieran a la espera de una nueva acotación a pie de página porque en ellos siempre hay algo que descubrir lo que los hace imperecederos y dispuestos a producir una grata satisfacción.