Por Juan Jesús Ayala.
Pudiera ser, parece claro y así lo determinan los estudiosos, que los primeros pobladores de Canarias fueron de origen berebér norteafricano y que muchos de ellos esclavizados por díscolos y rebeldes bajo el dominio del imperio romano, concretamente en esta zona de África se los quitaron de encima dándoles muerte o en la búsqueda del continente americanoo de las islas abundantes en púrpura para teñir los vestidos dela alta jerarquía social ymandos del ejército romano, que lo sacaban de la concha de ciertos gasterópodos marinos univalvos, los burgados, que las rocas marinas de Canarias son ricas.
En la isla de El Hierrosus primeros pobladores, los bimbaches, tendrían que haber buscado para penetrar en la costa herreña una vez dejados a la deriva y a su suerte por las naves romanas, un acceso fácil, dado las condiciones escarpadas de la isla,por algún remanso situado en la franja marina que va desde la Punta de la Restingahasta la Punta de Orchillaque recorre todo el sudoeste de la islacomo es el mar de Las Calmas.
Nos hace pensar que posiblemente los bimbaches tuvieron al principio asentamiento en esta parte de la isla como pueden dar testimonio los letreros petroglifos de El Julan, el Tagoror, cercado de piedras que servían de asiento donde se celebraban las asambleas sobre distintas cuestiones, así como la Cueva del Caracol en la Dehesa.
Y desde esa parte fueron dispersándose isla adentro y siempre siguiendo los caminos que lindan con el mar. Los letreros de La Candia y de La Caleta, que poseen idénticas características que los de El Julan pudieran reafirmar esta suposición. Además, en la zona de El Tamaduste y concretamente en una cueva incrustada bajo la montaña Colorada y que desde siempre se conoce con el nombre de “la cueva de los Guanches” de muy difícil acceso se encontró hace años una necrópolis donde existían restos de enterramientos de los antiguos pobladores.
Necrópolis que fue saqueada por cualquiera que su agilidad le permitiera llegar. Al existir esta necrópolis es natural que en los aledaños de la costa vivieran y quizás se prolongaran por toda la isla hasta el norte, dado que en los altos del pueblo de Guarazocase encontraron restos pertenecientes a la época prehispánica.
Con las manifestaciones recientes al no tener vestigios que conocieran la navegación y que llegaron como deportados y cuando no, esclavizados, por el imperio romano, durante años tuvieron una convivencia pacifica que se vio violentada por unos nuevos dueños que aportaron una cultura, así como distintas leyes que fueron trasmitidas bajo la influencia de la cruz y de la espada.
El mar de Las Calmas fue refugio de una raza que dio vida a sus remansadas aguas y que más tarde, andando el tiempo, unos se quedaron en la isla y otros guiados por la luz del Faro de Orchilla, iniciaron nuevos rumbos hacia el continente americano en busca de una mejor fortuna.