Por David Cabrera*
La gente quiere que nos dejemos ya de palabrería política, quiere que se hagan cosas, que trabajemos en que se vea como nuestro entorno cambia y se mejora, por ejemplo, cualquier canario que tenga un problema de salud encuentre una respuesta rápida y cercana; que a nuestros hijos no solo se les enseñe sino que también aprendan; que abaratemos el transporte; que dignifiquemos lo pequeño frente a lo grande, y, en definitiva, que reconozcamos estar unidos, muy unidos, porque estamos muy, muy lejos, y no sólo geográficamente del resto de los intereses nacionales.
El Nacionalismo Canario debe en primer lugar asumir que está formado por Insularismos, y, en mi opinión, así es como debe ser, cada isla debe preservar su identidad en el proyecto común y de consenso, que debe ser Canarias.
Por eso, yo prefiero hablar de Insularismo Canario, y no de Nacionalismo, porque yo me siento muy diferente a aquellos que se han apropiado del término nación. Yo soy isleño primero que nada, de mi isla de El Hierro, pero también de todas y cada una de las otras siete islas, me siento así, profunda y sinceramente Insularista Canario.
Es cierto que ya es hora de dejar a un lado los personalismos y los fulanismos, de aparcar nuestras diferencias y centrarnos en lo que nos une a las diferentes islas. Y lo que nos une, no es otra cosa que esa larga lista de necesidades y de puesta al día que los Canarios tenemos en casa. Necesidades que son muy distintas y más vitales que en cualquier otra parte de España.
Por esta razón en el Insularismo no debe haber ni izquierdas ni derechas, tan solo necesidades, y algo de lo que apenas se habla, mucho apoyo vecinal. No debemos hablar por ejemplo, como ha acuñado la política perifrástica de los últimos años, de islas capitalinas y no capitalinas, porque, ¿desde cuándo nos hemos definido los canarios por lo que no somos?.
Nuestra política debe ser sencilla, comprensible, la de echar una mano siempre que se pueda, al vecino por supuesto, con aquel que convivimos, y ahí no puede haber ideología alguna, tan solo una pregunta: ¿Qué necesitas?.
Tenemos que volver a escuchar, a actuar y abandonar la política de trincheras. Son los canarios los que nos dicen sus necesidades, no los políticos los que dictamos que necesitan, así que podemos dejar a un lado los inventos de los proyectos faraónicos y consolidar primero que nada esas necesidades básicas de nuestras familias, la salud, la educación, y la generación de una riqueza que genere a su vez unos empleos que se sostengan en el tiempo.
Si lo hacemos así, los canarios quizás nos veamos finalmente representados en Madrid por un Insularismo que sea mucho más que un sentimiento, una expresión de ser canario.
*David Cabrera de León, Consejero del Medio Rural y Marino y Recursos Hidráulicos del Excmo. Cabildo Insular de El Hierro