Por Juan Jesús Ayala.

Canarias a lo largo de su historia ha estado sometida a pretensiones territoriales de terceros y de agasajos influidos por el miedo como aquel “Plan para Canarias” de 25 mil millones de euros  que se recibirían durante 10 años motivado por el entonces presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, en un acuerdo de Consejo de Ministros de el 9 de octubre de 2009  que todavía los estamos esperando Es este uno de los diferentes planes para el Archipiélago.

Quiero referirme también a otro famoso “Plan de Canarias” que andaba perdido en las gavetas de los despachos del gobierno de Arias Navarro, pero que con la llegada de Adolfo Suárez al gobierno se puso en marcha tras las elecciones de 1977. Este Plan se había concebido no para facilitar algún tipo de ayudas económicas como el mencionado anteriormente sino que abordaba la situación política actual que se vivía en Canarias.

El empeño de desarrollar y poner la puesta a punto este Plan fue debido a varias circunstancias e informaciones que se tenían y a una insistencia por parte del Ministro de Presidencia Otero Novas que había recorrido las islas en 1976 siendo Director General de Política Interior y mandado por Fraga para que le informara como estaba la “cuestión canaria” lo que hizo extensivo mas tarde,   a  Suárez.

Canarias  estaba sometida a diferentes frentes, no solo a unas condiciones de vida ciertamente depauperadas, sino a influencias emancipatorias por parte de la OUA y reforzada bajo el paraguas de la Unión Soviética y con el apoyo decidido de Libia llegándose a desempolvar el Dossier Canarias que andaba dormido desde 1966 para llevarlo en 1997 ante la ONU, a la Asamblea de Descolonización de los Pueblos porque así se considera a Canarias, como país colonizado.

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Hubo verdadera preocupación por el gobierno de Suárez que envío a Marcelino Oreja, Ministro de Exteriores, como embajador por el espacio africano para convencer de la españolidad de Canarias. Por otro lado Antonio Cubillo arreciaba con su discurso independentista  desde su emisora de Argel, con lo cual se abrió para el gobierno español un escenario de altísima preocupación, sobre todo, por la situación de Canarias y la preponderancia estratégica que tuvo durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero en este maremágnum de acontecimientos se instauró uno de suma importancia que fue la impronta de EEUU que pretendió chantajear a Suárez, amenazándole que si no apoyaba el ingreso de España en la OTAN ayudaría a los movimientos independentistas de Canarias para que lograran este objetivo. Suárez maniobró con estrategia y habilidad para retrasar este ingreso y así atemperar el chantaje estadounidense que de haberse producido, no cabe duda, que en aquel momento Canarias pudo tener otra deriva.

¿Y el “Plan Marroquí? Este se ha instalado desde siempre, o por lo menos desde la primera mitad del siglo xx cuando nace la idea y objetivo que Marruecos persiga el logro del “Gran Magreb; Plan desarrollado por el político marroquí Allal el Fassi, cuyo proyecto preside el despacho del actual rey alauí Mohamed VI. El Gran Magreb incluye lo que hoy es Marruecos, El Sahara Occidental (que ya lo ha asumido como Provincia Autónoma del Sur), la totalidad de Mauritania, las zonas occidentales de Argelia(provincias de Béchar y Tinduf), así como las áreas habitadas de la zona norte de Mali cuyo núcleo central seria la ciudad de Tumbuctú, y lo vigente y actual como es la incorporación (se diga lo que se diga) de Ceuta, Melilla y el Archipiélago Canario Cuestión esta ultima de una envergadura insospechada donde los gobiernos, no solo el español sino el canario se lo toman a la ligera, miran para otro lado;  y como que no….