Por David Cabrera*.

La semana pasada  defendimos en el pleno del Cabildo Insular el barraquito para todos. 

Una sociedad, había presentado una propuesta de declaración de interés general para la zona del monasterio. Se pretendía habilitar el cambio de uso del convento a un hotel de 100 camas-cosa que nos parece bien- pero, conjuntamente, se pretendía aprobar la construcción del unas 35 villas, de hasta 157 metros cuadrados cada una, un spa, un restaurante, una sala de congresos y un paseo marítimo frente a la costa.

Nuestras primeras preguntas fueron inmediatas.

 ¿Por qué no damos prioridad a otros asuntos de verdadero interés general, para la isla?.

¿Y qué pasa en el caso de la aprobación de este proyecto, con el resto de personas? ¿Es decir, con aquellos vecinos , que seguirán sin poder construir en los terrenos con una misma calificación  urbanística y mientras que al otro lado de la pared se levanta un complejo turístico? 

¿Y por qué, esa zona sí, y el resto de la isla, no? ¿Por qué basta una calificación de interés  general para que unos propietarios vean como sus terrenos pasan a valer miles de euros, y los de otros propietarios, no?

O barraquito para todos, o no hay nada que hablar. Fuè nuestra opinión, en la votación del pleno. El resto de los partidos políticos, a excepción de Amado Carballo, entendieron que el progreso de la Isla de El Hierro, bien vale la desigualdad.

Y nosotros estamos absolutamente en contra de que baste tener dinero en la cartera para que,  con el pretexto del interés general, y de que esa supuesta mejora turística sería buena para todos, permitir hacerlo en este caso en terrenos de uso agrícola.

No, de ninguna manera podemos apoyar esos planteamientos. ¿Por qué no considerar El Valle del Golfo o toda la isla en su totalidad, de interés público? ¡Ah, no, eso no! ¿verdad?

Por otro lado, la propuesta de construir la treintena de villas, es decir, de ocupar más de 5.000 metros cuadrados con toneladas de bloques, supone una apuesta por un modelo turístico que no es para nosotros.

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Los herreños debemos apostar por un modelo en el que todo aquel que tenga un terreno pueda construir una vivienda o una de destino turístico en general, como una fuente complementar sus ingresos. Un modelo turístico horizontal, y no vertical como es este caso, que no nos ponga en manos de los touroperadores. El modelo vertical no es riqueza, no supone más puestos de trabajo, no supone más consumo de producto local. Solo presupone que un inversor va a hacer su agosto con lo público.

La ventaja que tenemos en El Hierro, para bien o para mal, es que el conservar intacto el 80% del territorio nos permite diferenciarnos del modelo turístico internacional. Nos permite no ser Maspalomas o Tenerife Sur en su apuesta turística.

Nosotros somos quizá la única isla de Canarias que aún puede apostar por un modelo turístico, el que queramos, el mejor posible; podemos hacerlo porque estamos en ese punto en que todo está por hacer, algo que en las otras islas no es viable economica ni socialmente.

La modernidad no son los grandes complejos turísticos, sino lo contrario. La gente que viaja y que busca un destino para vivir, busca la diferencia, y nuestra isla es diferente, así que preservemos esa diferencia , se puede simplemente rehabilitar el edificio ya construído y convertirlo en hotel,  o vayamos más allá, hagamos otro tipo de propuestas, como adquirir el monasterio, por parte del Cabildo y dedicarlo a ser un Centro de día para nuestros mayores , con aquaterapia, con un paseo frente al mar, donde puedan disfrutar.

Esto es pensar en la isla, esto es pensar en los herreños, porque ese modelo de atención social es el que atraerá a otros que quieran no solo venir a hacer turismo, sino a hacer de la isla su lugar de residencia permanente. 

Nuestra apuesta no debe ser el turismo, sino un modelo social, en el que el respecto a la naturaleza se concilie con una economía sostenible, que no dependa de la potentísima competencia turística, y que nos permita un nicho de oferta de calidad y, sobre todo, un modelo único. 

La oferta alojativa insular debe permanecer en manos de los herreños, con unos requisitos económicos y urbanísticos al alcance de lo que somos, un pueblo que combina la economía familiar con el entorno en el que vive. Si para hacerlo más viable, debemos cambiar el plan insular de ordenación, hagámoslo - realmente solo hace falta impulsar de una vez la ley de las  islas verdes, hagámoslo pero, con un criterio más importante que la supuesta mejora económica... ¿Con el criterio del barraquito? Sí, pero para todos. 

Y como decía César Manrique...

"Tenemos que recoger y aprender de nuestro propio medio para crear, sin tener que partir de ninguna idea establecida. Ésta ha sido la razón fundamental que ha reforzado la personalidad de la isla. No tenemos que copiar a nadie. Que vengan a copiarnos"

"HACIENDO ISLA "

*David Cabrera ( Presidente de Asamblea Herreña)