Como padre de alumno y vecino de esta localidad herreña que lucha desesperadamente por ser capital, villa o un simple pueblo más de esta isla, decirles que llevo pacientemente escuchando la inexplicable y triste problemática del CEIP de Valverde desde que tengo uso de razón. He llegado a pensar que su larga historia, de casi dos décadas, podría servir de fuente de inspiración de la mejor película de ciencia ficción, y situarse a la altura de las mejores producciones cinematográficas, tales como Regreso al Futuro, el Planeta de los Simios, la Guerra de las Galaxias o Parque Jurásico. Sin embargo, y dado que hablamos de entornos infantiles, debemos respetar al menos que sea apta para todos los públicos, y para ello lo mejor es recurrir al popular título del libro de aventuras “La Historia Interminable”, guión que posteriormente fue llevado al cine y en cuya temática se diferencian dos mundos: el de la fantasía y el real.

Pues tomando como referencia estos dos mundos, el Colegio de Infantil y de Primaria de Valverde puede ser objeto de esta misma metáfora, porque en su desgraciado y kafkiano guión se entremezcla una amalgama de ficción, de realidades, de promesas, de mentiras, de conspiraciones y de engaños a todo un pueblo durante muchos años, más de la cuenta añadiría yo. Las principales víctimas directas son sin lugar a dudas los alumnos, los que han estado, los que están y los que estarán. Y como los daños siempre son colaterales, también otros damnificados somos los resignados padres y madres, el colectivo de docentes y trabajadores auxiliares y los órganos representativos. Nos han entretenido descaradamente, han atacado de lleno a nuestra sana inteligencia, y lo peor, nos han querido desviar de los verdaderos problemas de la enseñanza, no solo del de este colegio, sino de todo el sistema educativo insular que deja mucho que desear desde hace años y que en la actualidad presenta una radiografía lamentable.

Con discusiones estériles, han introducido en este asunto al peor de los enemigos, la política barata. La desidia y las luchas partidistas han entretenido al personal de los auténticos problemas de la enseñanza en El Hierro, que son la calidad de la enseñanza en esta isla y el estado deplorable de todos sus centros educativos. El secretismo, el silencio cómplice, las consignas desde los despachos periféricos y ultra periféricos, el pasotismo y la rumorología, han sido elegidas como vacunas de defensa para trasmitir una inexplicable postura contraria de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias de cargarse un nuevo colegio para Valverde e imponer vía decreto sin papel la reforma del actual, a lo que se ha unido la escasa inversión pública en la educación de esta Isla.

En toda mi mayoría de edad jamás había escuchado tantos argumentos infundados y descarados por una enviada plenipotenciaria de la Consejería de Educación con la única consigna de negar la construcción de un colegio en Valverde en la Hoya del Juez, fíjense ustedes, bajo el argumento peregrino de un túnel volcánico no se sabe a cuantos metros por debajo del terreno y la imposibilidad de aplicar un famoso artículo 47 de la antigua Ley del Suelo que ya ha sido solventado para la construcción de otros centros escolares, incluso para un parque recreativo, y el cual trata de anteponen la declaración de utilidad pública. Pero parece ser que no se han dado cuenta que tenemos una nueva Ley del Suelo que permite aplicar el “interés insular”, pero como El Hierro “is diferent”, y lo que puede ser un servicio esencial y prioritario en cualquier lugar, además de un derecho constitucional, en El Hierro se vende como un artículo de lujo. Se los explico de esta forma llana porque de nada vale enumerarles y describirles el artículo y lo que contiene, a otros sin embargo le resulta más rentable hablar de jurisprudencia para confundir a los que ellos creen que somos magos del campo.

Pero volviendo a esta historia interminable, miren ustedes por donde la postura contraria de pocos padres y algún vecino y abuelo, me hubiera gustado que hubieran sido muchos más, ha llevado a que todas las fuerzas políticas de esta Isla se pongan de acuerdo en esta demanda, para de nuevo y por enésima vez, exigir del Gobierno de Canarias la construcción de un nuevo colegio para la capital de la isla, aunque nadie aclara para cuándo, dónde, en qué tiempo y con cuánto presupuesto, si es que se cuenta con él. Más vale tarde que nunca para rectificar, pero mientras tanto qué ha pasado. Pues algo tan sencillo y complicado a la vez que tenemos la infraestructura educativa más obsoleta de todas las islas, con centros educativos de primaria, secundaria, bachillerato y formación profesional construidos entre las décadas de los años 70 y 80. Recintos educativos llenos de escaleras y barandas cuando se pregona por las distintas administraciones la eliminación de barreras arquitectónicas en los edificios públicos, espacios deportivos a la intemperie en zonas de climatologías adversas, los que los tienen, y que no son muchos. El mantenimiento ausente en cuestiones tan básicas como su aspecto exterior, con edificios co falta como dirían los viejos de una simple “manita de pintura”, aunque todo hay que decirlo, parece que finalmente los bidones y las brochas se están apiadando de ellos. Y no hablemos de jardines-papeleras, de seguridad, de equipamientos e instalaciones, porque posiblemente me acusen de alarmista.

No es mi intención particularizar o repartir culpas en ningún partido político, porque todos en mayor o menor medidas son responsables. El problema de la educación en El Hierro no es nuevo y durante todo este tiempo distintas formaciones y de distintos signos políticos han sido responsables del área de educación en Canarias. Por lo tanto, el verdadero objeto de este artículo no es polemizar, sino por el contrario reflexionar sobre el futuro de la educación en El Hierro, y para eso no hace falta ser padre de alumno sino ciudadano de esta isla.

En esta línea, me gustaría hacer una serie de consideraciones para todos aquellos que están en contra del colegio de Valverde en la Hoya del Juez con argumentos tan inconsistentes como que estaría lejos, que el lugar es muy frío u que no hay aceras hasta este lugar. Si de verdad hay algún argumento de peso para esta negativa deberían de decirlo, o en todo caso proponer otro lugar, pero no parece lógico que se haga parecer que este lugar es un destierro en vida.

Hoy para algunos podría ser alejado la Hoya del Juez, también lo fue en su momento el actual CEIP de Valverde o el Centro Cultural Asabanos; ¿o es qué no hay más distancia entre Tesine y El Cabo?, ¿o es qué 600 metros, que es lo que puede haber del actual colegio al proyectado, es una distancia apta para solo para corredores de fondo?. Esta visión cortoplacista nos llevó en su momento a situar el actual colegio en una zona sin proyección de futuro y si posibles ampliaciones por su topografía, algo similar, salvando las distancias, lo que nos está pasando con la terminal de viajeros del aeropuerto de El Hierro, que cuando la vimos por primera vez nos pareció un palacio imperial y ahora lamentamos no haber tenido un poco más de visión.

Yo sí les voy a plantear una propuesta inicial. Allí donde se construya esta infraestructura educativa, se debe hacer con planificación y visión de futuro. Si la Hoya del Juez no es un sitio apto, aspecto que dudo, tiene que buscarse otras alternativas, pero si finalmente optamos por esta localización necesitamos más terreno anexo. Siempre se ha dicho en materia de planificación urbanística que el crecimiento de la capital herreña debe producirse hacia el Norte, en dirección a El Mocanal, entonces por qué no ser más ambiciosos y plantear una especie de “campus educativo” en las inmediaciones de la Hoya del Juez-Cruz del Calvario que pueda permitir en un futuro integrar y concentrar no solo el colegio de Valverde, sino otros centros como el de la ESO, módulos formativos de FP, bachillerato o incluso la Escuela de Idiomas y la Residencia de Estudiantes, en un punto encrucijada salida de las principales vías de comunicación hacia otras localidades. Los edificios actuales podrían ser reutilizados para otros menesteres: bibliotecas, archivos, y dependencias administrativas.
No miremos de quien es el terreno, o de si se lo compramos a un rico o un pobre. No condicionemos su adquisición por ser de una u otra afiliación política. Miremos en todo caso al horizonte educativo del El Hierro y construyamos instalaciones modernas, amplias y con visión de futuro. Mejoremos infraestructuras mirando a horizontes más amplios, preocupémonos de que la calidad y la diversidad de las enseñanzas sean siempre mayores y mejores, preguntémonos en una isla que presume de sostenibilidad y de energías alternativas como es posible que no tengamos un mínimo graduado universitario sobre estas materias

Seamos más educados para tener buena educación, y esto se consigue con el esfuerzo conjunto de todas las instituciones y de la comunidad educativa. Por la buena educación no se pelea, en todo caso se lucha.

Raúl Alamo
Ex-corresponsal

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