Por Narvay Quintero

Que la situación que estamos viviendo nos va a cambiar la forma de convivir en sociedad creo que es algo que todos tenemos claro. Cambiará el cómo nos vamos a relacionar con nuestro entorno, cómo entenderlo y cómo entendernos y según se alarga y se alarga este confinamiento ese cambio comienza a ser más presente. 

Y en ese cambio empezamos a ver mensajes que me han llamado la atención; no por novedosos, sino precisamente por todo lo contario. “Yo este verano me quedo en Canarias para gastar en Canarias”, “consume en comercio local”, “consume kilómetro cero”; mensajes como estos inundan las redes estos días. Mensajes que se comparten, yo el primero, con una enorme alegría porque bajo el lema se entiende y se sobrentiende que cuando respaldas tu entorno, comprando y consumiendo, se genera riqueza que acaba volviendo a ti. Que cuando apoyas la economía que te rodea formas parte de la solución al problema.

Lo que me llama la atención no son estos mensajes; es que estos mensajes que ahora se comparten masivamente, no son nuevos. Llevamos años, décadas, apelando desde las instituciones al consumo local. Poniendo valor sobre el kilómetro cero, sobre el consumo responsable de apoyo al agricultor, ganadero y pescador de tu entorno, de la soberanía alimentaria…

Muebles El Placer Pie

Trabajamos, incluso, durante los últimos cuatro años en un proyecto precioso, ‘Crecer Juntos’, una iniciativa que buscaba, y lo logró, conectar el sector turístico con el sector primario de tal forma que nuestros hoteles compraran producto local que, por calidad y precio, suponía un reclamo para nuestros visitantes al tiempo que se lograba hacer crecer a nuestro sector primario. Una idea que, con la llegada del nuevo Gobierno y pese a los resultados obtenidos, se ha abandonado.

Espero que ahora, cuando esos mensajes se repiten en redes y parece que todos los tenemos asumidos ya, esos mensajes, ese cambio a la hora de consumir y de entender nuestra responsabilidad personal y cuánto podemos cambiar cuando tomamos decisiones conscientes y comprometidas a la hora de comprar (la cesta de la compra doméstica y las adquisiciones a mayor escala en nuestras empresas), hayan llegado para quedarse.

Y no quedarse sólo en el “yo veraneo en Canarias” o yo “voy a consumir productos elaborados en Canarias”… que vayan más allá y que incluyan también un cambio de hábitos y de comportamientos dentro de los propios sectores.

De esta no salimos solos. No es posible superar una situación tan compleja, tan brutal diría yo, si se trabaja y se piensa solo desde la perspectiva de un sector. Tenemos que asumir que la recuperación debe ser un trabajo colectivo; de todos los sectores trabajando de forma coordinada, apoyándose unos a otros. Solo así será posible no solo volver a la normalidad sino llegar a una normalidad mejorada; que nos haga más fuertes y con cimientos más sólidos.

El turismo, el ocio, la restauración, la industria, el sector primario deben darse la mano para superar este parón económico. Nunca el dicho de que si quieres ir rápido ve solo pero si quieres llegar más lejos ve acompañado ha sido más cierto. Pero con un matiz; en esta ocasión si vamos todos juntos no solo llegaremos más lejos sino que caminaremos más rápido.

Yo propongo que miremos al sector primario y no solo por el enorme trabajo que están haciendo nuestros hombres y mujeres de campo y de la mar. Ellos, mientras estamos todos confinados en nuestras casas, siguen trabajando, dando de comer a sus animales, recolectando y sembrando para que los productos, esos productos que ahora muchos están descubriendo, lleguen a nuestros supermercados y mercados. Ellos y ellas saben mucho de superar crisis, coyunturales y cíclicas, y son ellos y ellas, los que nunca nos han fallado, los que nos deben servir de ejemplo para entender cuán importante y cómo marcamos la diferencia cuando se elige el productor local frente al foráneo.

Sigamos ese ejemplo, convirtamos el ‘compra local’ en un lema para salir de esta crisis y, cuando lo logremos, que lo haremos, sigamos haciéndolo. Que ese cambio que se impone sea real y se instale para quedarse. Que sea un cambio para siempre.