Por Luciano Eutimio Armas Morales

La prensa comenzó una lenta agonía, tras la irrupción de los medios digitales e internet. Y los periódicos digitales a su vez, atraviesan otra crisis, ante la vampirización de la publicidad que facilitaba la viabilidad económica de los mismos, por parte de las grandes plataformas tecnológicas, llámese Google, Amazon, Apple o Facebook.

En paralelo, plataformas como Twitter o Facebook, se han convertido en vehículos potentes de comunicación e información, en una red abierta y libre para particulares a la que también recurren conocidos personajes públicos y medios de comunicación digitales, conscientes de la capacidad y de la potencia de difusión de estas redes.

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman acuñó el término Comunicación Líquida, para definir esta nueva era de la comunicación y de información con internet como protagonista, en la que lo importante es el contenido, y que se transmite de forma directa e instantánea a millones de lectores adoptando formas variables y poco consistentes, y de ahí el adjetivo de “líquida”.

Es una tendencia imparable, y en el Hierro tenemos algunos periódicos digitales, que al mismo tiempo gestionan y se apoyan en cuentas en Facebook, por esa misma cualidad de la inmediatez de la comunicación y capacidad de participación e interacción con los lectores y usuarios de las redes sociales.

Y aunque en Facebook lo normal es que cada usuario se identifique con sus datos personales, tenemos también lo que llamamos perfiles falsos, suplantadores o “mariachis”, como es el caso del que desde hace poco se prodiga en las redes sociales, con el nombre de “Doloritas Alpidia Allende Cabrera de León”.

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Hay quien, aprovechando el anonimato que da ese tipo de perfiles, lo utiliza para insultar, calumniar o lanzar bulos, a veces de forma infame, creyéndose que ese anonimato le da impunidad, e ignorando que, ante un requerimiento judicial, si se diera el caso, caería su careta por mucho que utilizase IP de amistades, empresas o servidores extraños. Son conductas obviamente repudiables.

Pero hay también, quien se escuda en el anonimato o “perfil mariachi”, porque el decir abiertamente lo que piensa, podría ocasionarle represalias o inconvenientes laborales, económicos o familiares. Y en una tierra como la nuestra, en la que tanto condiciona el temor y la pública discrepancia, y en la que abunda la intolerancia y clientelismo político de votos por favores, o a la inversa, es algo comprensible.

Yo creo que Dolores Alpidia Allende Cabrera de León pertenece a este segundo grupo. Y la verdad es que no sé a qué persona-as corresponde este perfil que tanta expectación está levantando, pero tampoco me preocupa más allá de una simple y natural curiosidad, porque la información y las opiniones hay que valorarlas por su contenido, y no en función de la persona que las emite.

Las opiniones de Dolores Alpidia Allende Cabrera de León aportan criterio e información interesantes, son respetuosas, a veces impregnadas de una sana y agradable ironía, son también amenas, y consideramos que contribuyen a mantener un debate abierto sobre la realidad de nuestra Isla, porque parafraseando a D. Miguel de Unamuno, podríamos decir aquello de que “¡Nos duele El Hierro!”.

En esta isla nuestra, en la que quizá sobra algo de resentimientos, sectarismo y envidias, y quizá falta algo de tolerancia, transparencia y sentido del humor, viene bien la irrupción de “perfiles” que, aunque sean anónimos y de diversas procedencias ideológicas, contribuyen a animar el ambiente.

El comentario al que me refiero (Pueden verlo en el enlace: https://www.facebook.com/doloritasalpidiaallendecabreradeleon/posts/137931184574632 ) es el que ha publicado el 9.6.2020 con el título de “El avión”, donde hace unas curiosas reflexiones-comparaciones sobre el piloto de la aeronave y las asistentes del vuelo, y se pregunta: “¿No les parece ridículo que nuestra Isla, apenas con 5.000 habitantes, cuente con 13 consejeros, 7 puestos de confianza, 14 direcciones, 3 alcaldes y 28 concejales?”. Lo importante es la eficiencia, pero creo que la mayoría de los herreños pensamos lo mismo.

Y continúa: “¿Habría alguna empresa en España dispuesta a pagar 57.000 euros al año, más dietas, por el quehacer profesional de algunos políticos, atendiendo a su capacidad, su formación y la eficacia de su gestión?”. Pues parece que sí. Algunos como Felipe González, Ángel Acebes, Espinosa de los Monteros, Narcís Serra, José Blanco, Cristóbal Gallego, Ana Palacio y José María Aznar, cobran muchísimo más por asistir a algunas reuniones de vez en cuando, por citar algunos ejemplos.

Aunque de todas formas, no hay que ir muy lejos para constatar que hay quien cobre más de 4.500, € mensuales de una administración pública, es decir, que lo pagamos nosotros, por el compromiso de trabajar cuatro horas al mes. ¿Hay quien dé más?

Me gusta, entre otras reflexiones de Dolores, Alpidia, Allende, etc., su frase: “La política no es un ámbito dominado en exclusiva por la razón, porque el afecto es quien motiva el comportamiento”. Pero es mucho más del hecho de que el ámbito político no esté dominado en exclusiva por la razón. La realidad, de acuerdo con encuestas y estudios realizados por prestigiosas universidades, es que sólo el diez por ciento de los ciudadanos actúan a partir de un razonamiento y un análisis de las opciones políticas.

El noventa por ciento, actúa movido por factores emocionales, temores, servidumbres, e incluso por factores genéticos. Ya lo dijo muy gráficamente nuestro gran Antonio Machado: “En política, sólo uno de cada diez españoles razona, los otros nueve, embisten”.

En el muro de Facebook de Doloritas Alpidia Allende Cabrera de León, hice un pequeño comentario acompañado de un link, que en el periodo de confinamiento circuló profusamente por las redes (Pueden verlo en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=1Ddr2G9Sauc ). Les invito a que lo lean, porque puede llevarnos a interesantes conclusiones relativas al clima político que estamos viviendo y que hemos vivido.

Y a Dña. Doloritas Alpidia Allende Cabrera de León, pues decirle que esperamos nos continúe deleitando con sus interesantes reflexiones, ya que, aunque discrepamos en algunas, no cabe duda de que “del choque de ideas sale el chispazo de la luz”. Y cuídese, que el bichito ese, continúa por ahí agazapado.

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