Por Juan Jesús Ayala.

Estos tres conceptos políticos, aparentemente pueden circular inconexos uno del otro pero  en el fortalecimiento de este ultimo,  el  del  nacionalismo, es necesario y mas en Canarias, dado nuestra condición geográfica de islas que pudieran ir juntos como estrategia política con la vista puesta en la construcción de la nación canaria, meta a la que ningún nacionalista que se precie como tal no debe renunciar.

El protonacionalismo es un concepto puesto en  circulación  en el espacio del pensamiento político por Eric Hobsbawm, que incide  en cuestiones que no son determinantes y que el autor  considera  “mitología pragmática” ,  como  si fuera una fase incierta , anterior a la construcción de un territorio como nación donde los  escarceos  conceptuales circulan sin dar resultado positivo, pero que puede ser el inicio del camino que conduzca a construir un futuro , con un  discurso que tiene que sonar único en todas las islas apoyándonos en nuestra cultura que es la que nos define y predispone al encuentro  con una música  que suene con la misma letra.

Y dentro de la estrategia, para conseguir lo que debe primar que es el poder si pudiera ser   una pieza a desarrollar  que este se afiance  en la isla, pero que  el insularismo  la trascienda en aras de lograr un programa ideológico-nacionalista que sea asumido por todas las islas, lo que llevará su tiempo pero que de lograrse, este proceso desembocaría en ser decisivos en el gobierno de Canarias y en el gobierno español, tal como lo  han sido vascos y catalanes.

Pero para  eso , y no nos cansamos de decirlo, una vez que trascendamos  la isla y que metafóricamente “sequemos el mar” romperemos con la atonía y falta de perspectiva del nacionalismo canario enquistado en liderazgos  demasiado personalizados donde las fuerzas se diluyen camino de la  frustración y de la melancolía  .O sea, si el protonacionalismo nos abre el espacio, si las islas se encuentran y los que lideran el nacionalismo obtienen poder  y ese poder se consolida tanto en Canarias como en la política del Estado  se habrá cumplido con un objetivo fundamental del nacionalismo.

En este tiempo histórico de incertidumbre política y descalabro económico que nos  conducirá a una miseria casi calculada donde se intenta que lo económico prevalezca sobre lo político es cuando se hace perentorio el apuntalamiento del nacionalismo no solo como reivindicación  territorial sino como  razón política  que nos induzca a ser  protagonistas de nuestra  propia historia, no testigos mudos de la misma.

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De ahí  que insistamos en que hay que ensayar nuevas estrategias que tendrían que apuntalarse en  una y primera “Convención Nacionalista Pamcanaria” donde el debate se inicie y se traslade en el tiempo, porque no será fácil el acuerdo, y menos cuando habrá  que desechar viejas posiciones para que desde   ese escenario  político-ideológico, una vez convencidos  salga un “equipo para la critica”, o un” comité de análisis político” que airee lo que   se discute, fortaleciendo   todo esto con un “órgano de pensamiento nacionalista” que es el que trasmitirá  una visión reflexiva para los que tengan la decisión de  ejecutar, ejecuten Y, además, mientras se anda el camino , tener bien   claro que factores  pueden influir   para que se tenga éxito o no.

Estos factores, según los que han estudiado estas cuestiones  en profundad  son 1) unas precondiciones étnicas diferenciales.2) unas precondiciones sociales que favorezcan la existencia de una nación.3) una estructura de oportunidad política propicia. 4) una movilización política eficaz que consigue generalizar la existencia  de la nación como una categoría política indiscutible.

Pero para  caminar e ir despejando estos factores es imprescindible y necesario   arroparse con una ideología común, la nacionalista, que bien pudiera emerger desde  el poder insular , teniendo claro que todo ello es un camino para  la historia y que no se construye desde la nada. La nación no es un invento, sino el resultado de un  proceso, material y moral en permanente cambio o transformación social. La nación, como reafirma Gellner es una contingencia.  Puede o  no existir, pero no se puede inventar en cualquier momento y lugar.

En Canarias el primer factor se da; el segundo,  de las precondiciones  sociales que favorezcan  una nación, están atenuadas, y ahí precisamente es donde los nacionalistas tenemos un amplio campo donde intervenir   lo que  supone un arduo trabajo , previo a un consentimiento ideológico nacionalista-universal-canario  que  sea capaz de trasmitirse para que llegue a una amplia mayoría  por lo que hay que avanzar en  una nueva logica política que se puede generar desde la isla, pero trascendiendo esta, como  parte de  una estrategia diferente.;  el tercero considerar  una estructura   de oportunidad política que sea  propicia, como aquella  que se perdió cuando la suma de diputados nacionalistas dio 31.

Y  el cuarto factor caminaría por si  solo una vez que el espectro político nacionalista de Canarias  se acercara de forma definitiva a conformar una mayoría al romperse las individualidades  mediante una nueva dimensión de un insularismo coincidente en  una sola idea mediante un activismo nacionalista, y si fuera   en el espacio  de una  organización política nacionalista, casi centenaria, como  es el Partido Nacionalista Canario, mejor que mejor. De darse esta circunstancia  no cabe duda que se   habría dado un paso de gigante hacia la construcción nacional de Canarias que es la meta deseable.