Por Juan Jesús Ayala

Marx y Engels en la celebre frase inicial de su Manifiesto Comunista, publicado en 1848 escribieron que “ un fantasma recorre Europa: el comunismo”. Ahora, ante el descalabro social y económico, que mas que se vive, se sufre, podemos ampliar el escenario vaticinador de aquellos pensadores del siglo XIX diciendo que “un fantasma recorre el mundo: el hambre”. A la vez que recordamos, al respecto, aquella novela del Premio Nobel de Literatura de 1920, el noruego Knut Hamsun, “Hambre”, cuyo argumento podemos extrapolarlo a este tiempo de plena incertidumbre que conduce a que el mundo y muchos de sus escenarios y países comiencen a sentir en sus entrañas el latigazo del hambre .El personaje central de esta novela , aunque es ficticio, sufre la miseria que le acarrea la carencia de un trabajo para su supervivencia acompañado de la maldad e hipocresía irracional de la gente de medio mundo que bien vive meciéndose en el sillón de la opulencia y máximo bienestar mientras el otro medio lo que soporta como única carga desesperante es el hambre.

Cuestión que aparece en nuestro entorno, teniéndolo al lado dejando de estar en la lejanía lo que ha obligado al presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, a manifestar una sentencia cargada de melancolía y preocupante frustración cual es “Si no tenemos turismo, el hambre se comerá a Canarias”. Y en esas estamos, ante falsas promesas, si corredores aéreos que se iban a establecer para fechas ya caducadas, si conversaciones que se encontraban por buen camino con aquellos que manejan el negocio del turismo europeo, sobre todo, el alemán y el inglés ¿Y que ha pasado? Nada de nada Seguimos igual o peor. Con lo cual nuestra primera industria que acapara el 40 por ciento del PIB va camino del cero absoluto y sin esperanzas que inicie un repunte lo que conducirá a miles de compatriotas a vivir subsidiados y que revolotee a su alrededor el fantasma , y como única esperanza posible, del hambre .

En Canarias estamos inmersos en un panorama totalmente desalentador donde los políticos responsables no saben que hacer, dando palos de ciego desbordados no solo por las malas repercusiones económicas que deja la pandemia sino también por el exagerado flujo migratorio que soportan las islas que hace que solo sean las palabras huecas y carentes de efecto positivo las que se dejan oír y se repiten un día y otro, que ya cansan por ser mera literatura empalagosa. Canarias soporta un 21, 5 por ciento de paro, una de las tasas mas altas del estado; en un espacio corto de tiempo se han destruido mas de 120.000 empleos y el 36 por ciento de la población se encuentra en el umbral de la pobreza, incrustados en un escenario que se nos viene encima que no solo será la falta de alimentos sino el acceso a ellos, puesto que los excedentes que se puedan tener en estos momentos, si la situación continua anclada en la precariedad , hace que el futuro no pinte nada bien. Pero lo más que sorprende en todo este descalabro es el sentimiento de culpabilidad muy bien programado que se ha tratado de inocular en la conciencia de la gente como si fuéramos los protagonistas del desaguisado, despejando los verdaderos responsables su discurso al fondo del barranco de una incapacidad totalmente inoperante.

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La evidencia nos marca el camino que existe un fantasma que arrasa el mundo y que no es , de momento, la lucha de clases, sino el hambre que producirá convulsiones y desajustes sociales de envergadura puesto que el mapa mundial de la pandemia amenaza con trascender a las islas y provocar el hambre a mas de 130 millones de personas, que no solo asestará un duro golpe a los que denominamos países del primer mundo sino que esta carencia alimentaria socavará la existencia de muchos mas que la enfermedad producida por el virus cov-19 y se sufrirá no solo la enfermedad sino que la mal nutrición nos llevará a emparentar con países con alta mortalidad infantil y donde la media de vida se establece en 40 años. Todo este panorama está registrado científicamente en el informe titulado “El estado de la seguridad alimentaria y nutrición en el mundo” que alertan los diferentes organismos que dictaminan este asunto desde la FAO hasta el Fondo de la ONU para la Infancia que abarcan tanto la producción hasta el consumo de alimentos.

Tiempos pues que no son para la lírica sino que es una época que exige dar la talla a quienes la tienen que dar, por lo que aquellos que carecen de capacidad resolutiva amparándose en un rollo que ya molesta no se sabe que hacen y dejen su puesto a otros que si la puedan tener y desarrollar. Es, pues, tiempo de dimisiones de muchos, muchísimos políticos y gestores de la nada que su única ocupación estriba en ser meros espectadores de la tragedia que se vive, donde nadie dimite , puesto que se creen imprescindibles sin darse o dándose cuenta que conducen al mundo en general y a su gente ,a la que tienen cerca, hacia los caminos mas oscuros que la humanidad haya transitado.Y tan tranquilos. Por lo que se llega a la conclusión que solo valen para la retórica y para pronunciar discursos justificativos que ya rayan en la tomadura de pelo mas descarada que se haya conocido.