Por Juan Jesús Ayala

Canarias a lo largo de su historia, si comenzamos esta desde la época de la conquista en el siglo XV, siguiendo por la derrota de Nelson en Tenerife hasta la Segunda Guerra Mundial ha pasado por diversas circunstancias y no todas ellas gratificantes que bien pudieron cambiar el futuro de las islas. Hoy pretendo detenerme en dos episodios de nuestra historia que merecen tenerse en la memoria y no que las sepulte el olvido, cuales son la intentona separatista de 1810 y la operación Seerauber decretada por Hitler.

(Refirámonos al primero de ellos).
Con la huida de Fernando VII a Francia y el nombramiento de José I, hermano de Napoleón como rey de España ,aquellos que no querían obedecer al francés y si a su rey , al que mas de una vez llevaron en procesión como si de un santo se tratara constituyeron las Juntas Supremas de Defensa entre ellas la de Canarias que dependía de la de Sevilla.
El clima que se vivió en los primeros momentos de 1808 fue de confusión por la falta de información hasta que llego’ la noticia que el rey estaba fuera de Madrid y Canarias quedaba bajo el mando del Capitán General, Marques de Casa Cagigal, el cual, si al principio decidió obedecer a José I rectifico’ mas tarde poniéndose a favor de la Junta Suprema de Canarias .
La discordia entre Gran Canaria y Tenerife era de gran calado, sobre todo, por la ubicación de diferentes instituciones lo que motivo’ que en el tiempo por parte de Gran Canaria hubiera cierto hartazgo de la situación entre islas y lo que acontecía en España.

Esto dio origen a que ciertos miembros del Cabildo de Gran Canaria urdieran una conspiración para desligarse de España y establecer un gobierno canario con carácter separatista.
Esta conspiración tenia un programa de gobierno donde se destacaba negar toda obediencia al Consejo de Regencia , negar el nombramiento de Ramón Carvajal como comandante general de Canarias, y lo fundamental era que no había mas autoridad legitima que la del pueblo ,por lo que habría que proceder a nombrar un gobierno independiente y facilitar el acceso a los naturales de Canarias al desempeño de cargos públicos.

Esto llevo’ a la formación de un gobierno provisional lo que se pretendió fuese apoyado por el Cabildo de Tenerife, el cual se negó.

La vuelta de Fernando VII, y la derogación de las Cortes de Cádiz de 1812 supuso, entre otras cuestiones, el apagamiento de aquellos movimientos emancipadores , llegando a su extinción en los de Gran Canaria, y reconversión de algunos “traidores” como Domingo Penichet que paso’ de ser uno de los máximos instigadores a pedir protección al rey por temor a consecuencias desagradables para si.

Estos retazos históricos que hemos releído del libro de la Junta Suprema de Canarias de Buenaventura Bonnet y Reverón nos hacen comprender sangrantes cuestiones que existían entre Gran Canaria y Tenerife que se pretendió resolver con la división provincial inventada por Primo de Rivera .Vano empeño puesto que la rivalidad entre las dos provincias siguió manteniéndose mas que nada instigada por los poderes económicos y políticos de cada isla que se proclamaban así mismas como representantes del resto del archipiélago, lo cual condujo en cierta manera a una mas que soterrada sumisión de las islas menores o periféricas a las hoy llamadas “ capitalinas”.Si, también mencionar que cuando Primo de Rivera desembarcó en Las Palmas fue recibido con banderas británicas y pancartas en ingles, lo que cabreó sobremanera al Dictador, a lo que el presidente de la Cámara de Comercio , Antonio Cuyas, le manifestó “ no se extrañe su excelencia porque estas islas se han construido libra esterlina sobre libra esterlina. Sin la inversión británica estas islas serian siete corrales de cabras”

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(Por otra parte) 

Canarias, fue uno de los escenarios que tuvo en jaque a las potencias occidentales durante la Segunda Guerra Mundial y ya Hitler desde 1939 concibió la posibilidad de apoderarse de Azores y _Canarias, pero desistió de esta operación porque no tenia fuerza naval suficiente para tamaña empresa bélica. Cuestión que tampoco obtuvo el permiso de Franco cuando se entrevistaron en _ Hendaya dónde el mandatario nazi solicitó se le cediera las islas en su totalidad. Como no fue así; ante esto Hitler olvidó el suelo canario y se fijó en el mar y para ello diseñó la “Operación Seerauber”, con la que cercó las aguas canarias entre submarinos, traducida en una “manada de lobos submarinos” que prácticamente pasaron desapercibidos para la población ya que solo de vez en cuando y por la noche en determinadas viviendas habitadas por alemanes se podía ver un resplandor fulgurante que se traducía en determinadas y estudiadas señales marítimas y de guerra.

La flota nazi cercó Canarias desde el sur al norte a finales de 1943 donde los comandantes Gunther Muller y Werner Henke, crearon una pantalla invulnerable al oeste de Canarias. Y por el sur desde Maspalomas hasta Mauritania los comandantes Kurt Sturm y Helmut Frieddrich, atrapaban a los buques civiles llevándolos hasta la altura del Cabo Bojador, en el Sáhara dónde los” lobos submarinos” ejecutaron los hundimientos. Sin olvidarnos, asimismo, que los británicos estaban preparados para apoderarse de Canarias si España atacaba a Gibraltar.
Con estos episodios de la historia de las islas se puede entender la privilegiada situación tanto estratégica como comercial que tienen, aparte de otro tesoro que conservan, y que ya lo hemos mencionado en un articulo anterior, cual es la riqueza del monte Tropic cargado de Telurio a 350 millas de la Restinga. Y que va a suscitar la voracidad de potencias extranjeras que han adelantado la investigación y las propuestas ante la ONU para ir mas allá de las 200 millas que comprende la Zona Económica Exclusiva de España, ¿de Canarias? y de otros tantos países que la reclaman como Portugal, Marruecos o la Republica Democrática Saharaui.