Por Juan Jesús Ayala

En la tarde del  pasado día 16 y en el Salón de Plenos del Cabildo de la isla de El Hierro tuvo lugar  un acontecimiento muy particular y emotivo pues mi libro” El Hierro en el camino de la historia”   fue presentado y  tuve, en ese momento, la sensación  que  se  había cumplido  no solo un deseo   sino  también un deber. Un deber que tenia para con la isla y que me ha ocupado muchos años en escribir sobre El Hierro en los distintos medios de Tenerife y en el herreño Gaceta del Meridiano, y  que al llegar   ese día es como si la satisfacción que anida dentro de uno   sea  inmensa y gratificante.

Tengo que destacar  por encima de todo no solo el empeño que puse para que el libro viese la luz, sino  la inestimable ayuda y también empeño de la Consejera  de Cultura, Tania Brito  Gutiérrez , que desde el primer momento que contactamos no  me puso impedimento  alguno  además de alentarme para que esta publicación tuviera lugar. Se estableció una perfecta simbiosis  entre el Área de Cultura  del Cabildo y un herreño que  lo único que pretendía con aquellos 206  artículos no se perdieran en el tiempo sino que fueran encuadernados  entre las tapas de un libro y  que quedaran como  unos capítulos mas   de la memoria viva  de la isla.

Y también  quiero destacar por su entusiasmo y  la  animosidad que me suministró mi compañero y amigo, Juan Carmelo Padrón Morales,  a lo largo del tiempo que duró la idea y el trabajo,   que  me  empujaba para que no desmayara y que todo el esfuerzo, como así fue, se vería  compensado cuando el libro fuera una realidad.

En la tarde que se presentaba el libro acompañado también por familiares y amigos  la  iniciación del acto por parte de la Consejera  fue muy emotiva para mi al  verme reflejado en sus palabras como lo que en realidad  se siente uno ,  como un herreño enamorado de su isla , que ha estado en intima confidencia desde hace  años a través de la prensa, y , remarcó ,que era un motivo de orgullo que el Cabildo pudiera contar  con mi  libro entre sus ediciones .

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Y Juan Carmelo  dibujó con acierto  las vivencias, nostalgias y preocupaciones de un amigo herreño. Preocupaciones de  una isla donde el mar es determinante ya que  la isla sin  el mar que tanto significa en mis artículos  seria una especie de confinamiento alejado de las realidades que mas allá  de su cinturón azul  se vive .Nuestro mar sabe mucho de ausencias , de encuentros y  despedidas y ,sobre todo, también sabe  de carencias  porque   lo que  en aquellos años de  infancia y de  juventud   lo que nos llegaba  era por el mar. Nuestras vivencias y esperanzas se apoyaban en los cantiles, en los roquedales donde las olas  rompían derramando su sonrisa de agua salada y las inquietudes frustrantes de nuestras necesidades.

En esa tarde   intenté enumerar para relatar aunque fuera someramente algunos episodios de los referidos artículos  pero no me fue  fácil  lograr lo que pretendía  porque los recuerdos, las vivencias que venían atrapados en la memoria, se amontonaban unos sobre otros a pesar de haberlos   escrito y  repasados una y mil veces. Pero lo más que se me atragantó fue cuando tuve que hablar de mis personajes, de las personas con las que conviví, observe, de las que aprendía y quería imitar cuando fuera mayor.

Una tarde en la que se  desplegó, al  menos para mi, la novedad de tener un libro que pudiera estar en mi biblioteca junto a otros escritores herreños que  impulsaron con su conocimiento y dedicación a la isla, para que esta se conociera en todas sus dimensiones y características. Y reforzando todo ello para que   cuando escribamos sobre la isla   nuestros recuerdos y hasta anécdotas sirvan al menos para que nuevas generaciones confronten ,  rebobinen parte de una historia que aunque  para  los de mi generación, fue placentera   también tuvo sus inconvenientes, porque los días de embeleso y deleite también se vieron oscurecidos por inquietudes irrealizables  que se quedaron en el camino de esa historia  Pero esa tarde  comprendí una vez mas que la isla merece la pena, por ser inigualable para los herreños, insospechada para aquellos que a ella se acercan y para mi que sentí  un nuevo entusiasmo porque en El Hierro hay de lo que no hay. La isla es singular,  potente ,   reforzada por los que en ella viven y se dedican en  hacerla mas isla y los que  lejos,  desde la nostalgia no dejamos de acercarnos  a su historia inconclusa.