*Por Juan Jesús Ayala.

Antes que cualquier otra cuestión tenemos que tener claro y asumir que  en lo que concierne al Covid-19 estamos sufriendo una pandemia, y, además, sabemos lo que significa este termino; ante esto la corresponsabilidad  debe ser mundial por lo que  ningún país y menos dentro de uno concreto como el español no  tienen por que existir 17 procedimientos epidemiológicos sino que habrá que arbitrar una determinación única y universal por el órgano máximo en materia sanitaria  cual es    la Organización Mundial de la Salud.

La Organización Mundial de la Salud que se fundó el 7 de Abril de 1948 por EEUU,Reino Unido, Francia y Brasil está constituida actualmente por 194 miembros, incluyendo todos los estados de la ONU que  designan Delegaciones a la Asamblea Mundial de la Salud  la que a su vez elige  34 miembros técnicos en el ámbito de la salud .Y distribuidos por el planeta tiene seis oficinas regionales ; para África, para el mar Mediterráneo,  Europa, para Asia sur-oriental ,  el Pacifico occidental, y  para America. Con lo cual  estas  oficinas regionales cuentan con la información  que recogen en esas regiones  las  que elevan  a la Asamblea  desde la cual emergen dictados que se distribuyen por las regiones afectadas  por la pandemia, las que además, están obligadas de comunicar a los gobiernos  de las citadas regiones para que pongan   en practica  las estrategias epidemiológicas a seguir y no las que políticamente se les ocurra a este o aquel gobierno, puesto que la salud es el bien mas preciado que tiene el ser humano como para  que sea objeto  de componendas políticas y de disparates sobrevenidos.

Ante este descontrol y desaguisado evidenciado y para coordinar los esfuerzos, la Organización Mundial de la Salud, el 1 de este mes de diciembre por medio de sus  194 miembros alcanzaron un consenso para “poner en marcha el proceso de elaboración y negociación de un convenio, acuerdo, u otro instrumento internacional” con arreglo a la Constitución de la OMS para reforzar la prevención, la preparación y respuesta ante pandemias.

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Se constituirá un órgano de negociación intergubernamental que celebrará su primera sesión  en marzo de 2022 donde se establezca las modalidades de trabajo y los plazos, y una segunda reunión en agosto del mismo año para debatir los avances en el documento de trabajo. A continuación  presentará un informe de situación a la Asamblea Mundial de la Salud de 2023 con el objetivo  que el instrumento se adopte en 2024.

Dado que el siglo XXI  es y será el siglo de las enfermedades infecciosas todas estas resoluciones que se vayan a adoptar por el órgano máximo que entiende de salud es muy “saludable” porque  no solo se  podrá actuar en  el momento que aparezca  el nuevo virus o bacteria  sino que se adelantará a su debido tiempo a los acontecimientos desde el campo de la ciencia y dejar atrás localismos o  regionalismos que van en contra de la decisión que se tenga que tomar en una cuestión que no es ni local, ni regional, ni estatal sino universal, donde una parte por si sola  no  avanzará ya que continuara siendo un eslabón incorregible de la cadena de trasmisión .

Por eso que  en determinados países, como en España algunas organizaciones  políticas insistan en que hay que debatir una Ley de Pandemia en el Congreso de los Diputados no solo es un localismo contraproducente  fuera de contexto  sino  que nos situaría en un fondo de saco que conduce a… ningún sitio.

De ahí que abordar una pandemia desde la universalidad de la OMS es la mejor idea, la inteligente, la que nos podrá salvaguardar la salud, la economía y el desanimo individual y colectivo. 

*Juan Jesús Ayala, Médico Especialista en Medicina Comunitaria y del Trabajo.