Por Javier Armas.

La carta pública emitida el pasado día 24 de este febrero por el obispo nivariense en la que encomienda “la isla de El Hierro, a los devotos de la patrona insular allí donde se encuentren a la virgen María y a su hijo Jesucristo” me causa profunda pena y también tristeza.

La protección divina promovida por el obispo Bernardo por su propia cuenta viene a comunicar a todo el mundo que “no habrá celebración extraordinaria de la Bajada de la Virgen de los Reyes en 2022 por lo que la cita cuatrienal con la Madre Amada volverá a celebrarse en el año 2025”

El culebrón de la no celebración de la Bajada que tocaba en julio del año pasado 2021 no tiene parangón en la historia de nuestra Isla. La dejación realizada desde el principio por las autoridades locales en favor de los caprichos del obispo dice a las claras lo poco que le importa a nuestros representantes la historia, la cultura, la tradición y la fe de los herreños. Escudarse permanentemente detrás de la pandemia y no buscar soluciones alternativas en un momento ciertamente excepcional ha sido una actitud cobarde, cínica e irrespetuosa con la memoria y la identidad de los herreños. Su inacción no está a la altura de los sacrificios y penurias que ha realizado nuestra isla para sobrevivir a las adversidades a lo largo de la historia. 

Ahora se viene a confirmar lo que muchos intuimos desde el principio: nunca hubo voluntad de hacer la Bajada. No se ha querido ni sabido trabajar en todos los frentes posibles para que se hubiera celebrado. Con ello se ha servido en bandeja de plata la fe y la tradición de los herreños para que sobre ellas decida quién no le corresponde hacerlo. 

La Bajada no le pertenece al obispo ni a la iglesia. Es de El Hierro y de los herreños. Todos nuestros antepasados fueron pastores y fueron ellos quienes adquirieron la original imagen de la virgen de los Reyes. La custodiaron, la protegieron y le hicieron su morada, y después todos sus descendientes le hemos rendido culto. Es más, nuestra cita cuatrienal proviene de la negativa de la iglesia de traer en rogativa a la imagen para que lloviera. El primer traslado de la virgen desde La Dehesa hasta Valverde lo realizaron los herreños de entonces a escondidas, de noche y a espaldas de los curas. 

Tenemos fe en la virgen de los Reyes seamos católicos, practicantes o no. Por eso, porque la virgen forma parte indisoluble de la historia de nuestra isla, es obligación de quienes nos representan cumplir con el voto. Eso no lo han hecho quienes ahora nos gobiernan por falta de voluntad. Diría más, han hecho todo lo posible por acción y por omisión para que la Bajada no se celebrara, y lo han logrado. 

El cumplimiento del voto original de 1741 está por encima de caprichos eclesiásticos y de ineptitudes políticas porque quienes en su día firmaron de común acuerdo esa obligación “para sí y por todos los demás vecinos y moradores de esta Isla para quienes les sucedieran...” lo hicieron a sabiendas de que aquel mandato sería de por vida, “haya o no urgente necesidad...”. Los firmantes del voto representaban a todos los herreños de entonces. Estaban las autoridades civiles, pero también los pedáneos de todos los pueblos, los vecinos más apreciados, los militares, la justicia, los clérigos y los responsables de la iglesia. Queda claro quiénes hoy hemos de mantener aquélla obligación. 

Con lo sucedido acerca de la Bajada siento que nos arrancan parte de lo que nos hace sentir orgullosos de ser herreños. Sin pudor ni explicaciones se toman estas decisiones en La Laguna con la complicidad de los de aquí. 

¿Qué podemos esperar del futuro de la Bajada? Está claro que nuestra tradicional Bajada ha muerto. Los responsables de cumplir el voto la han matado.

Si de verdad queremos y tenemos fe en nuestra virgen de los Reyes, entre todos tenemos que pensar cuál será la mejor manera de garantizar la celebración de la Bajada a partir de ahora. Si no actuamos ya, el cuándo se celebre, el cómo se celebre, por dónde ha de ir la virgen, cuántos y cómo la podrán acompañar lo podrán decidir en cada momento indocumentados históricos e interesados oportunistas. En la mano de todos está solucionar el futuro de nuestra Bajada, hagámoslo.