Por David Cabrera.

La rivalidad histórica entre Tenerife y Gran Canaria por el control económico y político ha generado en un exagerado centralismo canario, lo que nos lleva a los territorios insulares no capitalinos a articular lazos y alianzas para unirnos con el fin de conseguir mejores condiciones de vida para nuestra gente que es a quien nos debemos. 

El sistema de equilibrios que debe prevalecer en la construcción de Canarias es la premisa básica que nos debe marcar el paso para entender una Canarias Única.

El inicio de la preautonomía como una etapa de recelo y pleito interinsular, donde las islas menos pobladas recibían muy pocos fondos y se veían en la obligación de reunirse para acordar medidas que atendieran a las necesidades reales como El Hierro.

Los partidos de corte centralista con presencia en nuestras islas, con sede y directores de orquesta en Génova y Ferraz están maniatados y condicionados por lo que ocurre en Madrid, y será desde allí donde les marcarán el paso de cada acción 

La actitud centralizadora del Estado y de las dos islas capitalinas en lo político y en lo económico  sigue manteniendo injustos porcentajes que generan desigualdades entre los que vivimos en El Hierro y otros canarios.

El afán acaparador de bienes, infraestructuras y servicios derivan cada vez más en un centralismo rancio y asfixiante, no solo entre las dos islas centrales y las cinco periféricas, sino también en el propio territorio insular de las dos mayores.

Mejoras en sanidad, transportes, educación, un futuro de oportunidades para nuestros jóvenes, el cuidado de nuestros mayores, el respeto a nuestra identidad cultural propia , el sector primario, el encarecimiento de los productos, el seguir avanzando en autoabastecimiento energético insular deben ser algunos de los cimientos de nuestra lucha. 

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El Parlamento de Canarias tiene pendiente la fórmula institucional adecuada que dé respuesta a su problema político-administrativo, que muchas veces origina el enfrentamiento entre sus islas, crónico problema canario de ayer y de hoy, que se nutre de elementos económicos, geográficos, sociales y de hegemonía política.

Nuestros Cabildos Insulares son los pilares básicos de una autonomía canaria descentralizada y equilibrada en su desarrollo, frente a un duplicado de recursos que continúa generando gastos económicos innecesarios, desigualdad y categorías diferentes de canarios, según el territorio donde habitemos.

Ley de sedes excluyentes, doble sede de presidencia del Gobierno Autonómico , doble sede de consejerías, doble capitalidad, doble sede central de la TVC y radio autonómica, son entre otros, servicios dominados y duplicados, que nos dan motivos para brincar y afrontar con valor y coraje la defensa de las islas de la “periferia” canaria.

Canarias es un único pueblo pero también somos volcán y archipiélago.

"Somos islas y, como canarios, aspiramos a vivir en cada una de ellas en igualdad de condiciones. Busquemos entre todos una descentralización generosa, que permita conseguir una identidad insular conjuntándola con el reto histórico de concebir Canarias como un único pueblo".