Por Juan Jesús Ayala
Según noticias el presidente Sánchez ha recibido una invitación del monarca alauí para iniciar el desarrollo del plan que propone el reino de Marruecos al considerar el Sahara Occidental como una provincia, la del sur, dándole autonomía pero siempre desde la soberanía marroquí. Y en esa entrevista se relatará un nuevo trato y relaciones de Sánchez con Marruecos, no de España, puesto que el parlamento español no aprobó esta decisión del gobierno socialista. De momento no se comenta en que consiste la nueva relación y hasta donde llega y que habrá de verdad y que de subterfugio. Ya sábenos como se las gasta Marruecos y como Sánchez ya que es amigo de ampararse en la mentira y contradecirse un día si y otro también en aquello que dice o propone.
Tal vez se desplazará (es un decir)) al Sahara Occidental para contemplar in situ el muro de la vergüenza construido por Marruecos de una longitud de 2,700 kilómetros a lo largo del territorio ocupado de esa parte del Sahara. Nos cuentan que la idea del muro fue israelí, y la logística y tecnología la aportó Francia y EEUU y la financiación Arabia Saudí lo que originó una gran deuda para Marruecos, no solo por el coste sino por el mantenimiento que en su momento alcanzó 3000 dólares diarios lo que comprometió en gran medida las arcas marroquíes.
El propósito de este muro, el segundo mayor del planeta tras la muralla china, fue confinar al pueblo saharaui en apenas un tercio de su territorio, dejándolo lejos del alcance de las minas de fosfatos de Bucraa y de la zona pesquera , quedando los saharauis privados de sus medios económicos lo que les hace dependientes de la comunidad internacional para subsistir, a la que Marruecos no aporta nada, no sea represión y la conculcación implacable de los derechos humanos.
Este muro no es simplemente un paredón en el desierto, en primer lugar se construyó una línea defensiva de arena de 2,5 metros de alto y 1,5 metros de espesor, al que hubo que sumar un segundo muro para frenar los carros de combate del Frente Polisario, pero como esto no fue del todo satisfactorio se “armo” añadiéndole barreras de minas anticarro y antipersonas y frecuentes zanjas al fin que se posesionaran los soldados marroquíes que lo hacen en numero de 100.000. Y según estudios se calcula que hay mas de 9 millones de minas en contra de apenas 300.000 personas que han causado muertes y daños lo que motivó que organizaciones internacionales hicieran gestiones para que se retiraran estas minas a lo que Marruecos se negó.
Los gobiernos españoles a lo largo de la historia han estado en contra de este muro y por la defensa de pueblo saharaui; tan es así que el mismo Sánchez en sus programas electorales siempre defendió la autodeterminación del pueblo saharaui para que se libere del sufrimiento inflingido por el confinamiento que motiva unas condiciones de vida precarias en todos los ámbitos.
Y en estos momentos no solo es Sánchez el que se dispone a desoír las justas pretensiones del pueblo saharaui sino que también lo hace Felipe González que en su día encabezó, junto a Alfonso Guerra una delegación del PSOE para entrevistarse con el Frente Polisario y con todos los refugiados de Tinduf para decirles que el Partido estaba allí para prestarles incondicional apoyo y ser portavoces en todos los foros nacionales e internacionales y que por encima de todo defendían el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui .
Pues ya vemos cual es el camino del PSOE que en nada tiene que ver con aquello que se enarbolaba como bandera de enganche de los derechos humanos y defensa de un pueblo sometido a la opresión marroquí que se vio reforzada por ese muro de la vergüenza construido en mi 1980 y que, Sánchez, por dignidad política y personal seria necesario que la visita que haga a Rabat no se limite a los salones del palacio real de Mohamed VI sino se decidiera por ir a parte del Sahara Occidental, o al menos a ese muro que atraviesa el territorio y se acercara a los campamentos de Tinduf donde seguro que los que allí están confinados se llenarían de alegría o tal vez de desencanto al ver como una vez mas se ha hecho con ellos un negocio; y lo que faltaría por averiguar que tipo de negocio, que tipo de moneda de cambio, si acaso como el que propuso en su día el general Primo de Rivera, cambiar Ceuta por Gibraltar o como Fraga Iribarne en su programa electoral de aquel partido suyo, Reforma Democrática, devolver Melilla y Ceuta a Marruecos. De momento no sabemos que saldrá de estas reuniones pero la historia ira rasgando el velo de las sospechas, y que según lo manifestado actualmente contraviene las resoluciones de la ONU puesto que siendo el Sahara el territorio 17 a descolonizar la soberanía descansa en el pueblo saharaui al que le ampara el derecho de ejercer la autodeterminación. Cualquier otra cuestión que vaya fuera de esos linderos se hará difícil no solo de entender sino de poner en práctica.