Por Juan Jesús Ayala.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, nos llegará el miércoles para explicar al Gobierno Canario las nuevas relaciones diplomáticas con Marruecos y la solución para el Sahara Occidental, así como otras cuestiones de máxima seguridad para Canarias. ¿Seguridad?.
Seguramente también informará cual vaya a ser la situación en que quedan las aguas “llamadas canarias” y como se establece la mediana entre Marruecos y Canarias.
Sobre la cuestión referente a la situación del Sahara Occidental el ministro dirá todo lo que le venga en gana e intentará vendernos gato por liebre pero las leyes internacionales hay que respetarlas y son de obligado cumplimiento. Este territorio es uno de los 17 pendientes de descolonizar por la Asamblea General de la ONU y según decisión tomada por este organismo el referéndum para su autodeterminación es prioritario y no tiene marcha atrás. Cualquier otra cosa que diga Albares y si encima es la propuesta de su presidente Sánchez que es reconocer al Sahara como provincia autónoma bajo la soberanía marroquí, es llover sobre mojado. No sirve.
Y la mediana que se establezca no será fácil, diga lo que diga el ministro. Sobre este asunto en marzo de 2020 el parlamento marroquí aprobó dos leyes en que la “mediana equidistante” no es la que vaya a considerarse sino la “equitativa” donde entran en liza diferentes características geomorfológicas donde destaca los kilómetros de costa de ambos países, o sea Marruecos y España, o sea Canarias. Si Marruecos como pretende incorporar al Sahara como su “querida provincia del sur” la mediana la trazará desde este territorio con lo que avanzará su plataforma continental mas allá de las 350 millas que se solapará a la altura de 200 millas al oeste de la Restinga con la plataforma solicitada por el gobierno español desde 2014, el cual todavía espera respuesta.
La delimitación de la zonas marítimas fue definitiva en la Convención sobre el Derecho del Mar en 1982, así el mar territorial español se considera el espacio en lo que respecta a 12 millas desde la base, la zona contigua 12 millas mas; la zona económica exclusiva 200 millas y la citada plataforma continental. Y las aguas canarias son las” interiores” una vez unidos los puntos mas salientes del archipiélago.
Ante la pretensiones marroquíes esto no se para ahí dado que el pueblo saharaui tiene su representante legitimo cual es la República Árabe Saharaui Democrática con su brazo armado, el Frente Polisario protegido y auxiliado por Argelia que insiste en la ilegalidad que se vaya a producir por la anexión marroquí y la aquiescencia vergonzosa del gobierno español poniendo entre otras cosas a Canarias como moneda de cambio. Marruecos entre tanto seguirá en lo suyo usurpando un mar que no le corresponde y facilitando permisos a empresas extrajeras para que extraigan petróleo en unas aguas que no le pertenecen.
Y otra cuestión sobre la cual nos informará el ministro será el nuevo concepto estratégico de la Alianza Atlántica que se desplegará en las zonas de influencia norteafricana donde por supuesto se encuentra Canarias la cual está protegida por la OTAN, no así Ceuta y Melilla por lo que ante una aparente tranquilidad, si a las islas se les dota de bases militares seremos un objetivo de guerra, como en su día lo fuimos bajo el punto de mira de los misiles libios.
Sin olvidar que ya desarrollamos un amarga experiencia en el proyecto INTA sobre la lanzadera en Malpaso de dudosa funcionalidad, proyecto que continua vigente ya que en los presupuestos generales del estado hay una partida consignada a tal fin; lo mismo que la base militar de Arinaga que costó sangre sudor y lagrimas para que se desistiera su implantación. Pero no nos extrañaría que ante lo que se avecina la intencionalidad latente se reviva creándonos la consiguiente incertidumbre que se tuvo en aquellos momentos. Veremos lo que pasa.