Por Luciano Eutimio Armas                                      

  1. CONSPIRACION CONTRA SU PADRE:

Fernando VII conspiró contra su padre, el rey Carlos IV, creando el partido fernandista con los enemigos del valido Manuel Godoy. Fue condenado en el proceso de El Escorial en 1807, aunque luego fue perdonado. Posteriormente, encabezó el motín de Aranjuez, 1808, derribando a Godoy y arrebatándole el trono a su padre.

Juan Carlos I conspiró contra su padre, D. Juan de Borbón, a quien correspondía la corona por orden de sucesión dinástica. A instancias de Franco, traicionó a su padre y aceptó la corona. El periódico monárquico ABC, el 16 de julio de 1969, comparó en un editorial a Juan Carlos con Salomé, que le llevó al rey Herodes la cabeza de San Juan Bautista en una bandeja. Al final, D. Juan perdonó a su hijo para que pudiera ser rey. 

  1. EXILIO DORADO:

Fernando VII fue acogido por Napoleón en Bayona aunque simulando estar secuestrado. Vivió un exilio dorado y alababa a Bonaparte, mientras los españoles luchaban contra los invasores franceses.

Juan Carlos I: Fue acogido en Dubai por el jeque el jeque Khalifa bin Zayed Al Nahyan, que falleció la semana pasada. Ha vivido un exilio dorado durante dos años, mientras los españoles luchaban contra la corrupción.

  1. TRAICIÓN A SU PAIS:

Fernando VII: Juró fidelidad a la Constitución de 1812, La Pepa, y dijo aquello de “marchemos por la senda de la Constitución, y yo el primero”, pero cuando tuvo el poder, se convirtió en un tirano sanguinario, abolió la Constitución, y mandó a matar a los liberales más destacados.

Juan Carlos I: Juró lealtad a la Constitución elaborada a su medida, en la que incluso se le declara inviolable, pero hay fundadas sospechas sobre su actuación cuando el 23-F. Sus despachos con Armada en días previos, su desaparición durante horas la noche del 23.F hasta que el esperpento montado por Tejero hizo inviable el plan propuesto, en el que se incluía incluso los nombres de los nuevos ministros, y otros hechos conocidos, siembran razonables dudas. Quizá no se podrán aclararse hasta que se desclasifiquen los documentos secretos. Pero paradójicamente, quedó como salvador de la democracia. ¡Que ironía!

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  1. CORRUPCIÓN:

Fernando VII: Fernando VII vende la corona a Napoleón y disfruta de un exilio dorado en Francia, mientras el pueblo combatía contra los franceses. Tenía cuentas bancarias en Londres, y su mujer, la Regente María Cristina, mantenía negocios relacionados con la sal, el ferrocarril y la esclavitud.

Juan Carlos I: La fiscalía ha acreditado que el emérito ha cometido al menos cinco delitos fiscales, por los que cualquier español hubiese ido a prisión. Pero en este caso no se puede condenar a Juan Carlos I porque los delitos han prescrito, o porque está protegido por la inviolabilidad. El periódico The New York Times le atribuye una fortuna de 2.000 millones de dólares, de los que en su momento habría dado una propina de 65 millones de euros a su amante Corinna Larsen. El origen de tan ingente fortuna se atribuye a comisiones diversas, como por petróleo comprado por España a países árabes, algunas gestiones para Los Albertos y Javier de la Rosa entre otros, y a tráfico de armas, en una presunta complicidad con Adam Kashogui y Manuel Prado y Colón de Carvajal.

  1. DEPREDADOR SEXUAL:

Fernando VII: “Sufría macrosomía genital, un desarrollo excesivo de los genitales. Tenía un pene descomunal de unos treinta centímetros y deforme, algo más parecido a una trompa de elefante o al falo de un caballo que a un pene humano”.   …. La pulsión sexual parece una constante en los borbones. Su hija, Isabel II, que fue reina de España entre 1833 y 1868, fue una notable ninfómana que “no ocultaba sus ganas de sexo y disfrutaba con quien tuviese ocasión, ya fuesen políticos, toreros, militares o su gente del servicio. Su calentón no entendía de dinero ni condición. Contrajo matrimonio forzado con su primo Francisco de Asís, de quien renegaba llamándolo “Paquita” por su supuesta homosexualidad. Tuvo doce hijos, de los que supuestamente ninguno fue de su esposo. A su nieto, el rey Alfonso XIII, le atribuyen haber financiado a la productora Royal Films que rodó las primeras películas pornográficos en España entre 1919 y 1923, y de cuya visión disfrutaba en una sala del Palacio Real.

Juan Carlos I:El comisario jubilado José Manuel Villarejo ha afirmado hoy en el Congreso de los Diputados (20/10/2021), que el principal servicio secreto español –el Centro Nacional de Inteligencia (CNI)– inyectó «hormonas femeninas e inhibidos de testosterona para rebajarle la lívido al rey Juan Carlos I». La obsesión por el sexo por parte del rey emérito ha sido ampliamente comentada en los medios de comunicación, con una extensa relación de presuntas amantes, incluyendo cuantiosos y millonarios regalos a alguna de ellas para comprar su silencio, como el caso de una actriz española. Aunque Corinna Larsen se lo ha puesto más difícil, y un juzgado de Londres ha imputado a Juan Carlos I por los delitos de acosos y amenazas, y ha rechazado la supuesta inviolabilidad invocada por su defensa. Pendiente de juicio.

  1. SOBERBIA, PREPOTENCIA Y FALTA DE EMPATÍA:

Fernando VII: A pesar de que con Napoleón se mostró sumiso y complaciente, con su pueblo fue un déspota, cruel y sanguinario, mostrando un total desprecio por las leyes y las instituciones del estado. El Marqués de Villaurrutia decía que Fernando VII había sido un rey “cobarde, vengativo, desleal, inepto, mujeriego, cruel, despiadado y mentiroso”.

Juan Carlos I: Su proverbial soberbia y prepotencia, le impiden al menos hacer lo mínimo decentemente exigible: pedir disculpas por los delitos cometidos. Porque, aunque no se le haya condenado por ser inviolable, ha quedado acreditado que ha cometido varios delitos. A Juan Carlos I el pueblo español no tiene nada que agradecerle. La democracia no la trajo él. La democracia la trajo la presión de la sociedad española que la demandaba, para equipararnos a nuestros vecinos europeos después de la larga travesía de la dictadura. Tampoco se le conocen gestos o actividades de patronazgo en labores sociales, apoyo a causas solidarias o empatía con sectores desfavorecidos. Todo el dinero que recibía de los españoles, más el que recibía de sus actividades corruptas, era para llevar una vida ostentosa y libertina. 

  1. BAÑO DE MASAS:

Fernando VII: A pesar de que se le considera el peor rey que ha tenido España, le llamaban el deseado y fue aclamado por multitudes al grito de “¡Que vivan las caenas!”. La ancestral teología teocrática. Es decir: queremos ser tus esclavos, no queremos ser libres. Aunque hay que reconocer que cuando le conocieron mejor, pasaron de llamarle el deseado a llamarle el felón, pero ya era tarde.

Juan Carlos I: A pesar de que se esperaba que su visita España fuese discreta y familiar, su soberbia, prepotencia y desprecio a normas y convenciones sociales, y contra el criterio del gobierno y de su propio hijo, busca protagonismo y baño de masas en Sangenjo y el apoyo de algunos políticos, líderes de opinión y medios comunicación. El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, dijo que “la visita de Juan Carlos I a Sangenjo, ayudará a colocar a Galicia en el mapa”. ¡Sublime!

CONCLUSIÓN:

No se trata en este caso de cuestionar la monarquía constitucional, que es un sistema político que puede albergar sociedades con altas cotas de bienestar, libertad y justicia social. De lo que se trata, es de cuestionar la conducta personal de quien ha sido rey de España; que ha cometido delitos, aunque no se le haya condenado por ellos, sin siquiera haber pedido disculpas ni ofrecido explicaciones; que ha llevado una vida depravada e insolidaria, y que solo ha ambicionado disfrutar de lujos y caprichos. Y ahora, es recibido con loas y alabanzas por determinados lideres políticos. ¡Auténticamente bochornoso!

Un pueblo ignorante, temeroso, sumiso y con personalidad débil, es propenso a buscar la protección de un padre poderoso que le inspire seguridad, aunque ese padre sea un felón. De alguna forma, lo podríamos parafrasear con una expresión de Jorge Luis Borges: “El rey es muy popular, porque la estupidez es muy común y popular”.