Por Juan Manuel Martínez Carmona*.
Certámenes tipo “Ave del año” o, en este caso, “Mariposa del año”, visibilizan especies con problemas de conservación y, en algún caso, espectaculares. Ambos atributos reúne el sátiro herreño (Hipparchia bacchus), joya alada de nuestra isla, candidata a “Mariposa del año” en España. Este concurso, convocado por la asociación ZERYNTHIA desde el año 2016, garantiza a la especie elegida trabajos de divulgación, estudio y conservación; así como la organización de eventos. Para muchos habitantes de la isla ha sido sorprendente constatar, gracias al certamen, que conviven con una mariposa endémica; recluida, además, en apenas cinco kilómetros cuadrados de superficie alrededor de Sabinosa y Pie de Risco en Frontera. En estos rincones vive, entre los 300 y 700 metros de altura sobre el nivel del mar, en laderas cubiertas de matorral, reductos de sabinas, frutales y canteros de viña. De hecho, el nombre de la especie (“bacchus”) alude al dios romano del vino. Por otro lado, el género rememora a la griega Hiparchia, una de las primeras filósofas de la historia, del siglo IV antes de Cristo, quien destacó por su espíritu libre e independiente. Los adultos de sátiro herreño vuelan entre mayo y agosto, preferentemente durante la mañana y la tarde, evitando las horas de máxima insolación. Posados, despliegan verticales sus vistosas alas, propiciando el calentamiento de los músculos torácicos implicados en el vuelo. En este periodo, los machos persiguen a los congéneres que sobrevuelan su espacio. Consumada la cópula en pleno verano, la hembra deposita más de un centenar de huevos sobre hojas y ramas de las plantas que alimentan a las larvas, que emergerán una o dos semanas después de la puesta. Algunos años, con más frecuencia, cada vez, las lluvias otoñales demoran en llegar. En estas circunstancias, las orugas detienen su crecimiento e, incluso, hibernan a la espera de reiniciar en primavera su ciclo vital.
La pregunta es inevitable: ¿Por qué el sátiro herreño vive en un área tan limitada? Todo parece indicar que obedece a la restringida distribución de las gramíneas que sustentan a las orugas: gramilla (Brachypodium arbuscula), cebadilla (Brachypodium sylvaticum), grama (Dactylis smithii) y cañita (Festuca agustinii). Con una población pequeña y localizada, el sátiro herreño sobrevive expuesto a diferentes amenazas (Cambio Climático, abuso de plaguicidas, degradación de la vegetación).
Descrita su historia natural, invitamos al lector que vote por nuestra mariposa endémica en el siguiente enlace: https://asociacion-zerynthia.org/MDA#votar. Al fin y al cabo, representa un símbolo de una isla donde, todavía, naturaleza y ser humano conviven en armonía. Precisamente, dada su condición de bioindicadores, uno de los primeros síntomas de la degradación ambiental sería la desaparición de las mariposas.
*Juan Manuel Martínez Carmona, Biólogo.