Por Juan Jesús Ayala

En los parlamentos de algunos países, incluido el español, se han desatado a lo largo de su historia verdaderas confrontaciones que sobrepasan la dialéctica llegándose a las manos; siendo la mas reciente, fuera de nuestras fronteras la acontecida días pasados en Senegal donde los diputados acaban en una pelea con gritos, insultos, a golpes, puñetazos hasta lanzándose sillas, o las que nos ha ofrecido las Cámaras de Venezuela, Bolivia, Japón ,Ucrania, así como un conato de pelea entre parlamentarios de Vox y Ciudadanos en el inicio de la XIV Legislatura, en diciembre de 2019,por coger ciertos sillones no mas abrirse las puertas del Hemiciclo con empujones y desprecios. Son ejemplos de violencia física, pero recientemente en las Cortes españolas no se ha desatado la violencia física, pero si una violencia verbal por todos los partidos que componen la Cámara que ha sido de verdadera vergüenza a la vez que se demuestra la carencia de estilo democrático y de argumentos para debatir ciertas cuestiones con elegancia y profundidad. Y en esas estamos.

Desde luego no se ha llegado, y esperemos que no, a sacar una pistola como lo hizo Indalecio Prieto el 4 de julio de 1934 en la sesión de investidura cuando la CEDA forma gobierno de derechas una vez que gana las elecciones a la izquierda.

Pero ¿Quién era Indalecio Prieto?. Fue un destacado líder del PSOE elegido diputado por Bilbao en 1918, sin estudios, ni titulo universitario alguno que ya en una sesión dijo algo inaudito ”Estoy en tan excelentes condiciones para gobernar que no me estorba ni la cultura”.Al proclamarse la República formó parte del Gobierno como Ministro de Hacienda y posteriormente de Obras Publicas. Iniciada la Guerra Civil ocupó el Ministerio de Marina y Aire y mas tarde el de Defensa,; en 1938 presenta la dimisión del Gobierno y se aleja de la primera fila política durante el resto de la Guerra desempeñando una embajada extraordinaria en distintos países. Una vez terminada la Guerra se exilia en México liderando la fracción mayoritaria del PSOE ;y cuando el régimen de Franco fue reconocido por la ONU abandonó su puesto en la presidencia del partido socialista, falleciendo en México en 1962.

Este político fue el que en una riña tras la intervención en las Cortes de José María Gil Robles, un diputado de la CEDA, Jaime Oriol, se abalanzó sobre el socialista Juan Tirado propinándole un puñetazo, lo que ocasiona que varios diputados socialistas, incluido el canario Juan Negrín se echaran sobre Oriol que es el momento en que Indalecio Prieto saca una pistola y llega a amartillar y apuntar a Jaime Oriol el cual se encontraba fuera de su escaño.

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Lo que motivó que el Presidente de la República , Alcalá Zamora dijera :”No es licito señores diputados que en presencia de tantas contrariedades, de tantas miserias, de tantas dificultades como tienen los españoles fuera de aquí, nosotros no le ofrezcamos el ejemplo, abnegación y sacrificio, sino el bien lamentable de nuestras querellas y nuestros pugilatos personales.

Con todo esto se observa y la historia lo relata cómo muchas veces en las sesiones parlamentaria lo que se deja oír es la violencia en sus distintas formas lo que contribuye el barriobajerismo que se establece en las Cámaras donde lo que tiene que primar son los buenos modales, no es que sean versallescos, pero si que lo que deba oírse sean palabras consecuentes , atinadas y bien enlazadas en argumentos que pueda rebatir las del contrario y no pensar que por mucho que se suban los decibelios de la voz y se enfatice con una vehemencia acalorada , si que convencerán a los suyos , pero la gente de la calle no sale de su asombro al comprobar el poco o ningún respeto que se le tiene por personajes que deben dar ejemplo de trasparencia y buen estilo y lo que hacen es trasmitir una pobreza dialéctica y torpeza parlamentaria que escandaliza. Lamentable