Por Juan Jesús Ayala
Kuhn ha sido uno de los filósofos de la ciencia que mas ha revolucionado su campo y que entro’ en controversia con otro de los grandes del pensamiento, Popper. En su libro “La estructura de las Revoluciones científicas” fija de manera precisa el termino “paradigma”. Plantea en él cuestiones decisivas , tales ¿como avanza la ciencia?. ¿Si lo hace por acumulación del conocimiento anterior o si es una ruptura total con lo establecido?.
Considera que la ciencia y dentro del escenario que pertenece a las ciencias sociales, entre ellas la política, no se evoluciona a través del error sino de múltiples condicionantes sociológicos.
No es el fallo lo que propicia el cambio; cuando se dice ciertas fuerzas emergentes tienen atisbo de triunfo, si un día lo lograron (Podemos y Ciudadanos) no fue por los desaciertos de la regulación de lo establecido, y menos por el fallo, Kuhn, concluye que la sociedad se mueve y desarrolla por los dispositivos psicológicos, que son mas íntimos , mas personales, que se elaboran desde dentro sin tener en cuenta el escenario amplio de una crisis como la que se vive actualmente, tanto económica, de valores y, sobre todo, crisis de la política, de los políticos, y sanitaria.
Popper diría que el descalabro y la crisis social vendría por los errores acumulados en el tiempo, mientras que Kuhn, profundiza que los fracasos se han producido por no haberse adelantado a los acontecimientos en su periodo de crisis y no haber habilitado con tiempo un nuevo paradigma, un cambio de la situación ya agotada.
Se esperó a que esos errores serian impedidos y dejados fuera de juego por la misma dinámica de la historia. Se pensó’ que las manos ocultas de la historia con todo lo que establece de contubernios , de posicionamientos emboscados dentro de un escenario oculto para el resto de los mortales era el fundamento del cambio y que funcionaria como una nueva etapa porque el modelo estaba extinguido.
Kuhn que no se ha descabalgado de la actualidad, indicaría a los que están pregonando el cambio, que por si solos son incapaces de darle la vuelta a las cuestiones, porqué están empeñados en el discurso que la crisis actual está motivada por el error de lo anterior.
El verdadero cambio, el nuevo paradigma funcionará desde los dispositivos psicológicos-sociales de unos, movidos por el cabreo, otros por los intereses de cada cual y el resto porque desde su reflexión son capaces de asimilar que su proyecto personal y político está agotado.
Pensar que el cambio se puede generar con proclamas facilonas, con palabras que se las lleva el viento, es ir por el camino del desacierto, del error, de huida hacia un nuevo paradigma, por otro lado que es imperativo, quiérase o no.
Y en ese escenario esta inmersa la gran política del Estado. No existe una profundización reflexiva de lo que puede acontecer. Todo se deja a la improvisación, a la mentira como si la naturaleza fuera la gran matrona que alimentará de una mejor salud a sus queridos hijos., así, sin más. No se percatan que se está hace algunos años en una situación diferente tanto sociológica como políticamente influenciada con todo descaro por la pandemia con la que nadie contaba (dudo si los chinos si tenían claro de lo que iba a acontecer), la que no se supo abordar a su debido tiempo y quiérase o no, aquí en Canarias seguimos dando palos de ciego, tumbos como si estuviéramos noqueados alimentándonos de falsas ilusiones porque falsas también son las promesas, las que cambian de un día para otro.