Por Juan Jesús Ayala

Los libros de  Michel Foucault  han sido una sacudida tanto para la izquierda como para la derecha,  al igual que al pensamiento conservador como para el radical .Sus libros han tenido un eco mas que universal, sin linderos, porque los temas que argumenta tales como la locura, la cárcel, la medicina, la sexualidad  son de los que  no hemos dejado de hablar en el trascurso de los tiempos y de la historia.

Fiel a Nietzsche  a quien consideraba sabio como pocos  nunca creyó que los lobos escondieran  corderos y afirmaba que las relaciones de poder no desaparecerían y que la disolución de la lucha de clases  era un  cuento de  hadas, de tal forma que lo que hemos construido históricamente bien  se pudiera destruir políticamente por el esfuerzo de una revolución.

Y pudiera ser, siguiendo sus elucubraciones,  que estemos en  el albor de una nueva  versión de la lucha de clases, ahora ente el hombre y la mujer. Porque la dimensión sociológica  de tender hacia una igualdad entre los sexos, entre el hombre y la mujer bien pudiera desembocar en una lucha de poder donde los que han estado oprimidos por el poder elaborado por la  misma historia pudieran estar en el camino de la revancha y esperan activamente obtener cotas mas altas, que tal vez vayan encaminadas  a cambiar el rumbo de una historia dinamizada  y dominada por la “razón patriarcal” para convertirse y deje paso a la nueva   “razón matriarcal”.No se sabe.

Todas las manifestaciones feministas que se van a producir  en el día de hoy  de una manera u otra , si bien parece ser,  no de tanta envergadura como la del 8 de marzo del pasado año sino que van a ser focalizadas y con menos presencia no cejará, a pesar de las advertencia de la autoridad sanitaria para que no se desarrollen, continuaran en el tajo de sus reivindicaciones  imparables.

Joyeria Bazar Elvira pie

La  llamada revolución femenina tiene unas potencialidades imprevistas porque de la misma manera  que en la vieja historia los territorios eran conquistados y las naciones sometidas por la fuerza de las lanzas y las picas en el ámbito de lo masculino, el nuevo status, el nuevo poder, pudiera superar a ese igualitarismo que se pregona dando lugar  a una supremacía femenina por lo que nos encontraríamos ante una nueva situación sociológica , ni mejor ni peor, pero distinta .

Pero no todos los valores de la feminidad se pretenden rescatar ni reivindicar.  Así  los que posiblemente queden aparcados como valores concernientes a la categoría femenina serán aquellos que estén insertados en el espacio de la afectividad, la emotividad,  la intuición femenina o el instinto maternal que  continuaran inconscientemente en el colectivo femenino, lo que ocasionaría, a juicio de las filosofas feministas Amelia Valcárcel y Celia Amorós, que se pudieran ir empalideciendo estos valores, dado que todo movimiento emancipatorio de un grupo o clase ascendente comportan un proyecto de subversión de valores. Y el movimiento femenino no iba a ser una excepción.

De cualquier manera Celia Amorós en su libro “Hacia una critica de la Razón Patriarcal”, enfatiza que la liberación de la mujer tendrá que combinar dos situaciones : ir mas allá del discurso de la diferencia y de la igualdad y administrar con la practica como criterio regulador ambos discursos eludiendo cualquier atajo.

Sin dejar de tener en cuenta que la diferencia de los sexos, masculino, femenino estructura el pensamiento humano donde se entroncan esos dos conceptos, a la vez complicados y sinuosos, antes mencionados: lo idéntico y lo diferente,  por lo que al cambiar las relaciones  de lo masculino y femenino, ya de entrada supone una convulsión  sociológica, que de momento, pudiera trastocar algunos resortes intelectuales que se han elaborado con el tiempo desde una estructura genética donde los cromosomas XY y XX están en  diferentes códigos genéticos que implican situaciones hormonales  distintas y comportamientos cerebrales consolidados en el tiempo de la historia de cada cual.

De ahí que situar lo masculino y femenino dentro de un nuevo orden sociológico, histórico y hasta cosmológico no cabe duda que es una ardua tarea, que de momento parece  tener poca resistencia y si un amplio consenso social.