Emilio Hernández/Es la imagen del encuentro, los jugadores hablando entre ellos, o con el colegiado, intercambiando impresiones mientras los directivos del Águilas miran nerviosos el reloj; el tiempo pasa y ya se ha jugado media hora de la segunda parte, o por lo menos se ha intentado jugar, mientras que las tarjetas de embarque del conjunto visitante señalan que no queda tiempo para jugar si se quiere regresar a casa en la misma jornada. Finalmente, alrededor de las 15:00 horas, Roberto Lorenzo suspende el choque, el partido más largo del mundo, que además, no se da por finalizado.
Entre los claros que dejó la niebla se jugó una primera mitad equilibrada con un Isora que fue el primero en avisar por medio de Oli, que no tardó en afinar puntería y batir a David, se adelantaban los locales, que llevan apenas 1 punto de 27, se le está haciendo muy duro el primer cuarto de Temporada al conjunto rojillo.
Si los locales aprovecharon el cincuenta por ciento de las ocasiones para hacer gol, lo visitantes no fueron menos, primero Naghib ponía en aprietos a Luciano que tapaba bien el hueco, después Sergio libre de marca en el segundo palo ponía la igualada, demasiado sencillo para no marcar.
La segunda mitad, un simulacro de encuentro, con más de media docena de parones. La niebla impidió un correcto desarrollo del juego en el que el Águilas comenzó a tocar la pelota, haciéndose con el control del centro del campo y amenazando constantemente la puerta de Luciano. La contra para los locales, la climatología también, los minutos restantes 7, para la Federación que decidirá si se juega o no.