Por Lucía Fuentes*.
En el pasado, Turismo de Islas Canarias desarrollaba una actividad centrada en la promoción turística en los mercados de origen y el fomento de la mejora de la conectividad aérea.
Pero este enfoque resultó ser insuficiente. En un contexto mucho más complejo tras la pandemia, tuvo que asumir nuevas funciones para mantener la competitividad de nuestro modelo turístico. Funciones orientadas, entre otros aspectos, a una cadena de valor turística global, a la atención a todas las etapas del customer journey turístico, y a potenciar la colaboración público-privada y público-pública en todas las actuaciones para evitar derrochar recursos y esfuerzos.
Con todo ello, el nuevo propósito de Turismo de Islas Canarias es el de impulsar la transformación del modelo turístico canario para, entre otros aspectos, potenciar su capacidad de generar valor en favor de la economía y los ciudadanos de Canarias, tal y como se recogía en el plan estratégico Canarias Destino 2022-2023. Un plan estratégico ha demostrado ser efectivo, dadas las cifras del 2023 y un comienzo de año 2024 excepcional, tanto en datos de ocupación como en el gasto turístico total.
Pero no olvidemos que estas cifras son posibles gracias también a la disminución del paro y el aumento del empleo, que se encuentra en términos históricos en las islas. Aunque para poder contar con la mano de obra necesaria para atender con calidad a nuestros turistas se deben solucionar otros problemas, como el de los bajos salarios, la falta de vivienda y la falta de mano de obra cualificada, que se han convertido en el principal handicap de nuestras empresas para crecer, por encima de la financiación.
Por encima de todo ello, el principal reto es el que ha destacado recientemente y de manera masiva la sociedad canaria: la contradicción entre las cifras de turistas y las de pobreza, achacando al turismo y, por ende, al modelo turistico implantado durante décadas, las crecientes dificultades para acceder a una vivienda.
Y es que el número de grandes tenedores de vivienda en Canarias, con un mínimo de once inmuebles para explotar turisticamente, se ha duplicado en los últimos 15 años, mientras que los inquilinos canarios, cuyos sueldos están entre los más bajos de España, dedican de media la mitad de sus ingresos al pago del alquiler. Ha aumentado el número de personas ocupadas en servicios poco cualificados y el de ingresos medios-bajos constituye el grupo mayoritario. Uno de cada tres canarios se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social, a pesar de que las transferencias sociales adoptadas por el anterior gobierno canario hayan mitigado algo esta tendencia, siendo los municipios con mayor desigualdad los más sometidos a diversas formas de turistificación.
Para muchos, la limitación del crecimiento turístico es el punto de partida, reconduciéndolo a cifras que contribuyan a una menor presión ecológica y social, y de regularlo de manera que limite el poder de turoperadores, cadenas hoteleras y corporaciones financieras. Un turismo de calidad, no de masas, reducido en cantidad, no en capacidad de gasto.
Por otro lado, la quiebra de FTI Touristik nos muestra de nuevo la fragilidad de este sector, pese a los récords en llegadas o en facturación.
El sector turístico ha mostrado su preocupación por esta quiebra de uno de los turoperadores más asentados en las islas. Si bien no afecta a la conectividad ni a las plazas aéreas de la isla, especialmente en un destino turístico pequeño como El Hierro, al igual que sucede con La Gomera y La Palma, la pérdida de un turoperador tan importante deja una brecha que no solo afecta a los hoteles, apartamentos y empresas, sino también a una amplia gama de negocios que se benefician de forma indirecta de la cifra de turistas que llegaban a estas islas gracias a la gestión de los traslados por parte del turoperador.
Aunque en las islas verdes no gestiona hotel alguno, la quiebra de FTI afecta a las deudas de alojamientos y empresas que dependían de sus paquetes turísticos y que no cobrarán. Porque en Canarias la temporada de invierno acaba de finalizar, y este turoperador pagaba a 90 días, por lo que habrá más impagos que en otros destinos.
Además, el sector entiende que va a haber empresas damnificadas, como Meeting Point Spain, el receptivo del propio turoperador en Canarias, además de otras que le ofrecían una serie de servicios de oferta complementaria.
Si bien la gravedad de la situación no es comparable a la que tuvo que afrontar el gobierno anterior con la quiebra de Thomas Cook, las empresas y trabajadores afectados necesitan una respuesta inmediata, por lo que esperamos sirva de ejemplo la exitosa gestión llevada a cabo en la pasada legislatura.
*Lucía Fuentes, diputada del Partido Socialista Obrero Español (PSOE El Hierro) en el Parlamento de Canarias.