Por Luciano Eutimio Armas Morales.
Recibí una invitación para participar en un coloquio sobre Turismo, a celebrar hoy en el local del CIT en Tigaday. Un asunto muy interesante, muy de actualidad, y últimamente también polémico, que representa casi la mitad de la economía en Canarias. Lamento no poder asistir por encontrarme fuera de la Isla, pero quiero de alguna forma expresar mi opinión por este medio.
El turismo como actividad podemos enfocarlo desde el punto de vista sociológico, medioambiental o económico entre otros, pero yo quiero centrarme en su vertiente económica, generadora de riqueza y empleo, que es la que normalmente prevalece en los objetivos, programas y presupuestos de las administraciones, y en las derivadas de esa actividad económica del turismo, de lo que suele llamarse turismo de masas.
Todos los días vemos en los medios, las noticias de los millones de turistas que llegan batiendo récords de años anteriores y de crecimiento de la economía gracias el motor del turismo. Decía el periódico La Provincia el pasado 17 de agosto en primera página, que “El turismo lleva a las islas a fuertes niveles de mejora económica”. Pero, mejora económica, ¿Para quién? Porque habla de un crecimiento récord del PIB del 3,7 % anual.
Continúa exponiendo que Canarias superó los siete millones de turistas en seis meses, y después de citar otros parámetros triunfalistas, concluye diciendo que hemos obtenido una cifra récord de facturación de 11.077 millones de euros.
Pero … ¿A donde van a parar esos once mil millones de euros? Porque por muchas cifras triunfalistas que nos vendan, a nosotros lo que de verdad más importa es el bienestar de los ciudadanos canarios. ¿O no?
JUAN EL DE SABINOSA.
Creo que, para entenderlo mejor, podríamos poner el ejemplo de un ciudadano, de lo que llaman clase media y trabajador por cuenta ajena. Pensemos en Juan el de Sabinosa, un personaje ficticio, por supuesto, que vive en Sabinosa en una casa que heredó de sus padres y acondicionó y amplió, y trabaja en La Caleta en el mantenimiento de una flota de vehículos de alquiler.
Dispone de un vehículo propio VW Golf para su uso particular y para desplazarse cada día a su trabajo, teniendo que recorrer setenta kilómetros diarios en trayecto de ida vuelta por la carretera HI.5, cuyo mantenimiento lleva el Cabido Insular de El Hierro.
Casado, su esposa es funcionaria del ayuntamiento de Frontera, y tienen dos hijos que estudian en el colegio de Tigaday. Durante el verano y las vacaciones de sus hijos, los llevan a veces a bañarse a las piscinas de La Maceta, donde hay un socorrista a nómina del ayuntamiento de Frontera, y unos baños y vestuarios, construidos por el ayuntamiento, y con servicio de limpieza a cargo también del mismo ayuntamiento.
Alguna vez van a la Hoya del Morcillo, o a Hoya del Pino, que son espacios de ocio acondicionados por el Cabildo, y que disponen de personal de limpieza, de vigilancia, e incluso de facilitar leña para las barbacoas, a cargo así mismo del presupuesto del Cabildo Insular de El Hierro. Este año fueron además una semana de vacaciones a Fuerteventura con los niños, lo cual no deja de ser en cierto modo un privilegio, porque el cuarenta por ciento de los canarios, no han podido disfrutar de vacaciones.
De los dos mil euros mensuales en la nómia Juan el de Sabinosa, le descuentan cuatrocientos como retención de IRPF, porque con esos impuestos hay que pagar la sanidad, la educación, la seguridad ciudadana, las pensiones, y también el mantenimiento de la carretera HI.5, los socorristas y personal de limpieza de baños y vestuarios de La Maceta, el personal de vigilancia y mantenimiento de El Morcillo o la Hoya del Pino, entre otros conceptos.
Además del impuesto de IRPF que le descuentan, Juan el de Sabinosa paga muchos otros impuestos, entre ellos el IGIC, cuando por ejemplo le pone gasolina a su VW Golf. Los setenta kilómetros diarios que recorrer para ir a su trabajo, le suponen un consumo de combustible de cinco litros de gasolina, que a 1.60 €/litro, los veinte días que tiene que ir desde Sabinosa a La Caleta, le cuestan 160,€.
¿A dónde van a parar esos 160,€? Aproximadamente, 80,€ es el coste del combustible, y 80,€ son impuestos. Resumiendo: Juan el de Sabinosa, paga todos los meses 80,€ de impuestos para ir a su trabajo.
OLIVER WILSON
Pongámonos ahora en la piel de Oliver Wilson. Un trabajador inglés en una empresa de fabricación de prendas deportivas, de la que percibe 2.250 libras esterlinas mensuales, que le suponen 1.732 libras netas, equivalente a 2.000€ aproximadamente, casado y con dos hijos, y cuya esposa trabaja en una perfumería.
Este año han decidido pasar una semana de vacaciones en un hotel de Costa de Adeje en Tenerife, para lo cual toman un vuelo directo, Manchester - Reina Sofía, que cubre una ruta de vuelo de 3.900 km. El consumo medio de queroseno del avión por cada pasajero, es de aproximadamente tres litros por cada 100 km. Es decir, que en el trayecto Manchester Tenerife, Oliver Wilson contribuye a que el avión consuma 117 litros de queroseno, más litros 117 litros a la vuelta, y multiplicado por cuatro miembros de familia, supone un consumo total de 936 litros de queroseno al pasar sus vacaciones en Tenerife.
¿Y cuánto cuesta un litro de queroseno para aviación? Para Jet.A1, el precio aproximadamente es de 1,98 €/litro, y está prácticamente exento de impuestos. Si al coste de los 936 litros de queroseno que consume la familia Wilson en su viaje a Canarias, le aplicasen el 21,€ de IVA, tendrían que pagar 389,€ € más por sus billetes. Pero pagan cero IVA, poque por la competitividad del sector y el impacto económico, los gobiernos han decidido no cobrar esos impuestos al combustible para aviación, Pues cero. El combustible de aviación, está prácticamente exento de impuestos.
Así pues, a ve si logramos entenderlo. Juan el de Sabinosa, paga todos los meses 80,€ de impuestos, por ir en su coche a trabajar de Sabinosa a La Caleta. Y Oliver Wilson viene desde Manchester a Tenerife con su familia, consumen 936 litros de queroseno y no pagan impuestos, y eso, sin hablar del impacto medioambiental, que esa es otra derivada, y muy importante, por cierto.
LA TASA TURÍSTICA
Pero es que todavía hay más. Imaginemos que la familia Wilson, decide pasar unos días en El Hierro: Van a bañarse a La Maceta, usan los vestuarios y las duchas, y el baño de sus hijos es vigilado por un socorrista. Van a la Hoya del Morcillo, usan leña para la barbacoa que ha sido preparada por personal de medioambiente, con personal de limpieza y de vigilancia a cargo del Cabildo Insular, y circulan de Valverde a Frontera, por una carretera cuyo mantenimiento lleva el Cabildo. Y todo eso gratis, porque los paga Juan el de Sabinosa con sus impuestos. ¿No sería justo, que ese turista que viene a Canarias a disfrutar de sus playas, su clima, y sus espacios naturales, pagase una cuota para contribuir a su mantenimiento?
Es la conocida como Tasa Turística, que cobran en muchos países y ciudades, no solo porque parece justo, sino para tratar un poco de frenar el excesivo flujo de visitantes que terminan colapsando el destino turístico. Vendrían menos turistas, pagarían más, tendríamos menos presión sobre el territorio, y saldrían en conjunto beneficiados los ciudadanos de Canarias.
¿Y por qué el gobierno de Canarias se niega a implantar la tasa turística que han implantado en muchos destinos turísticos? Porque lo que defiende no es el bienestar de Juan el de Sabinosa, y cientos de miles de canarios como él. Lo que defiende es la política de un crecimiento sin límites, que a quién beneficia es a otros que, normalmente, no son canarios. Defiende a los depredadores de nuestro territorio y nuestras costas, porque eso da mucho beneficio a corto plazo.
Por ejemplo, cuando el Estado abre expediente sancionador y de caducidad de la concesión a los hoteles Riu construidos en el espacio natural protegido de las dunas de Corralejo, invadiendo dominio de costas y además ampliado ilegalmente, el gobierno de Canarias contesta exigiendo el traspaso de esas competencias, recurriendo incluso al Tribunal Constitucional. ¿Lo hace por defender el medio ambiente y los intereses de nuestra tierra representados por los muchos Juan el de Sabinosa de Canarias? ¿O lo hace para defender los intereses de RIU?
EL QUE PARTE Y REPARTE, SE QUEDA LA MEJOR PARTE.
Decía el reportaje de La Provincia, que la facturación del sector turístico en los seis primeros meses en Canarias, había sido superior a once mil millones. ¡Que se dice pronto! ¿Y a donde van a parar esa cantidad astronómica de dinero que provoca tanta euforia y titulares de prensa?
A mejora de servicios sociales e infraestructuras, parece que no. Al conjunto de los canarios, parece que tampoco. Resulta que cada año llegan más turistas que dejan más dinero, sin embargo, en Canarias tenemos en términos generales, la peor educación, la peor sanidad, la mayor precariedad laboral, las mayores desigualdades …
Y la solución que dicen algunos, es construir más hoteles y urbanizaciones, para crear mas puestos de trabajo, que como el crecimiento vegetativo en Canarias no lo da, tendrán que venir trabajadores de Sudamérica, de Europa del Este, de los países ribereños africanos… que algunos traerán sus familias, y demandarán más servicios sociales, sanidad, educación, infraestructuras… Y cada vez, más precariedad laboral, más desigualdades …
¿En que beneficia a Juan el de Sabinosa, el hecho de que se batan récords de visitantes, de vuelos internacionales, de facturación a turistas, de índices de ocupación en hoteles, etc. etc. etc.? ¿Recibe algo de esa lluvia de millones que caen sobre Canarias?
Me parece necesario aclarar, que el turismo es una actividad económica dinamizadora y beneficiosa, cuando se gestiona desde el propio destino. Hay muchos destinos, que controlan y modulan el crecimiento turístico. Y tenemos el ejemplo en nuestra isla, con hoteles ciudad, hoteles familiares, hoteles emblemáticos, como El Boomnerang, el Ida Inés, el Punta Grande, el Mocanal, el propio parador de turismo, algunas casas rurales. Cumplen esa función dinamizadora a pequeña escala, y están además en parámetros de sostenibilidad. Ese es el tipo de turismo que necesitamos, no el turismo de masas, depredador de territorio y cuyo crecimiento desmesurado termina por colapsar el propio destino.
Se publicaba hace unos días informaciones de prensa británica, en la que decía que Canarias ya era un destino muy masificado, y que el futuro, con las mismas ventajas de Canarias y menos masificación, eran las islas de Cabo Verde.
LA INDUSTRIA DE LOS POBRES
Algunos comunicadores hablan de la industria turística, equiparándola a la que cuenta con medios y tecnología para crear riqueza en base a la transformación de materias primas. Pero si el turismo de masas es una industria, es sin duda la industria de los pobres. De los que no tienen conocimientos, recursos ni tecnología. De los que para sobrevivir venden su tierra, su paisaje, su naturaleza sus costas a otros, para luego trabajar de camareros o de jardineros con ellos. Son estos lo que parten y reparte, y se llevan la mejor parte: El lobby de las compañías aéreas, el lobby de la energía y el transporte, el lobby de las grandes cadenas hoteleras.
Porque en realidad, estamos gobernados por esas grandes corporaciones de la energía, del armamento, de las tecnológicas, de las farmacéuticas, de las financieras. Por las razones que sea, que son evidentes, a algunas les interesa que vuelen muchos aviones llenos de pasajeros. Y para eso es necesario que no paguen impuestos, y que Oliver Wilson y su familia, puedan viajar a Canarias y disfrutar de lo que los Juanes de Sabinosa, que son muchos, les facilitan con sus impuestos.
LA INDUSTRIA DE LOS POBRES
Algunos comunicadores hablan de la industria turística, equiparándola a la que cuenta con medios y tecnología para crear riqueza en base a la transformación de materias primas. Pero si el turismo de masas es una industria, es sin duda la industria de los pobres. De los que no tienen conocimientos, recursos ni tecnología. De los que para sobrevivir venden su tierra, su paisaje, su naturaleza sus costas a otros, para luego trabajar de camareros o de jardineros con ellos. Son estos lo que parten y reparte, y se llevan la mejor parte: El lobby de las compañías aéreas, el lobby de la energía y el transporte, el lobby de las grandes cadenas hoteleras.
Porque en realidad, estamos gobernados por esas grandes corporaciones de la energía, del armamento, de las tecnológicas, de las farmacéuticas, de las financieras. Por las razones que sea, que son evidentes, a algunas les interesa que vuelen muchos aviones llenos de pasajeros. Y para eso es necesario que no paguen impuestos, y que Oliver Wilson y su familia puedan viajar a Canarias, a costa de los impuestos que Juan el de Sabinosa si paga, para mayor gloria y beneficio de las compañías aéreas.