Por Alexis W.
En los años 20 del Siglo XXI asistimos a un rápido proceso de transformación social y cultural de la sociedad herreña contemporánea y su mas preciado bien, el territorio. El paisaje no es solo una imagen estática, sino un espacio habitado física y emocionalmente, cargado de historias y significados. La isla no es solo tierra, es memoria, no es solo roca, es relato. En cada pliegue de sus acantilados, en cada corte de carretera donde la tierra se quiebra en ocres y rojizos, en cada sombra que deja el sol al morir la tarde, El Hierro habla el lenguaje silencioso de los colores macaronésicos. La tierra no nos pertenece, formamos parte de ella y es por ello que las intervenciones cromáticas que el proyecto “ Isla de Ferro “ lleva trabajando los últimos 20 años no buscan domesticar la naturaleza, sino revelar su alma y permitir que quienes la habitan se reconozcan en ella como un elemento orgánico más. Somos territorio.
Esta iniciativa quiere generar un puente entre la memoria geológica de la isla y la identidad de su gente, quiere ser una invitación a ver y entender el territorio con otra sensibilidad. El proyecto “ Isla de Ferro “ no busca imponer una estética foránea ni transformar el paisaje en algo ajeno, sino resaltar su esencia cromática. A través del uso del sulfato de hierro, devolvemos a las manchas de cemento los tonos que ya existen en las laderas y barrancos, en las cicatrices geológicas de la isla. Lo que antes era un espacio deteriorado visualmente ahora se convierte en una extensión del paisaje insular, en un testimonio simbólico del respeto de sus habitantes por la isla.
El color en este proyecto no solo define el paisaje, sino que también se convierte en un lenguaje simbólico que comunica identidad, memoria y pertenencia. En el caso de la Isla de el Hierro, esta gama cromática no es solo una elección estética, sino un símbolo de la relación histórica de los habitantes con el lugar. El ejemplo mas claro lo encontramos en una teoría sobre el origen del nombre de la isla, que curiosamente se relaciona con los colores ferrosos del paisaje que veían los navegantes desde el mar y les hacía pensar en la existencia del mineral. Así lo atestiguan las numerosas cartografías europeas anteriores y posteriores a la conquista del archipiélago que utilizaban para nombrarla los étimos latinos “ Isla de ferro “ o “ isla de fer”.
La Frontera Activa. Haciendo pueblo”. Un proyecto de participación ciudadana. Un compromiso con salvaguardar nuestro patrimonio material e inmaterial.
El pasado diciembre acabo la primera fase de “ La Frontera Activa. Haciendo pueblo “. Una apuesta del Ayuntamiento de La Frontera que se marcaba varios objetivos: el embellecimiento y la dignificación de rincones deteriorados visualmente en diferentes entramados urbanos del municipio y sobre todo, la creación de un espacio necesario para el re encuentro entre la institución y todas las sensibilidades que habitan el territorio. Los ciudadanos. Durante este tiempo, institución y vecinos, hemos trabajado con diferentes herramientas y lenguajes los valores de pertenencia, la idea de que un pueblo vive y respira en la medida que su gente lo cuida, honra y sueña. Durante seis meses, hemos documentado el patrimonio material e inmaterial de los barrios, desde Las Puntas a Sabinosa tocamos las puertas invitando a los vecinos a ser escuchados y participar en encuentros para reunirnos, oírnos y entender las encrucijadas de nuestros barrios con los ojos de quienes mejor los conocen. Las personas que lo habitan .
Un pueblo bello es un pueblo que se respeta, que se valora, que se sabe parte de algo más grande y no siente complejos de reconocerse en lo pequeño. Cada mancha de cemento intervenida, es de una manera metafórica el testimonio del compromiso colectivo y la voluntad de construir un municipio más bonito, interesante y respetuoso. Hemos convertido callejones en lienzos, fachadas en relatos y piedras en testigos de una comunidad que quiere ser moderna sin dejar de reconocerse en su idílico imaginario rural.
Las plazas han sido testigos de estas confluencias donde se ha hablado de lo que fuimos y lo que queremos ser, lo que tenemos y lo que nos falta. Los vecinos han tomado y hecho suya la palabra, señalando los rincones que pedían cariño, atención y respeto para luego hacer un diagnóstico comunitario y explorar juntos, las múltiples posibilidades de desarrollo de cada zona.
Los tiempos en las dinámicas de La Frontera Activa han sido concebidos como el proceso orgánico de sembrar una semilla, una esperanza. Entonces esta presentación, no es un final de algo, sino el comienzo de algo bello y hermoso: recuperar de nuevo la ilusión por volver a vivir en armonía y equilibrio con el paisaje que nos acoge, demostrar con hechos que amamos esta tierra. El proyecto de isla, concebido como una responsabilidad colectiva, requiere del compromiso de todos los estamentos de la sociedad herreña, siendo esa una de las metas de esta iniciativa. La institución necesita a los vecinos y los vecinos necesitamos a la institución.
Hemos sido ambiciosos en los propósitos marcados, somos pocos, la escala humana y geográfica de la isla nos permite soñar con la meta y la idea de que aquí todo es posible. Creemos en la gente y en el poder de la ilusión, contamos con el amor de los herreños por nuestra tierra como la mejor arma posible para cambiar algunas realidades que nos desacreditan como pueblo. Si trabajamos y caminamos juntos, podemos empezar a decir que vivimos en lo mas parecido que conocemos al paraíso. Si no, perderemos la oportunidad que nos diferencia de las islas hermanas.
Entonces el verdadero impacto del proyecto La Frontera Activa no lo podemos medir solo en la estética renovada de sus espacios, sino en la transformación social que ha generado y quiere seguir generando. El embellecimiento de los barrios no es un fin en sí mismo, sino un medio para fortalecer los lazos comunitarios, incentivar el respeto por el espacio público y fomentar una cultura de cuidado y pertenencia. Cada rincón renovado es un símbolo de lo que podemos lograr cuando hablamos el mismo lenguaje y caminamos juntos.
Una nueva herramienta de innovación en el modelo turístico sostenible: re descubriendo La Frontera.
El proyecto Isla de Ferro se mueve en varios frentes de actuación. Por un lado es una iniciativa paisajística que en su desarrollo ha ido aportando nuevas poéticas al imaginario visual del paisaje insular, ya son unos cuantos kilómetros cuadrados de gris de cemento que hemos transformado en nuestros colores. Los acabados con tonalidades ferrosas en los altos de las paredes han creado una nueva tipología en nuestra cultura de la piedra. Los nuevos tiempos han convertido la Isla de El Hierro en un destino turístico. En este ámbito IDF ha construido innovadoras herramienta para conocer la isla, como la guía publicada por el Cabildo Insular “ El Hierro. La isla del color “, demostrado que estamos innovando en el modelo turístico sostenible.
“ La Frontera “, entendida como destino, quiere ser una historia viva que se descubre en el ejercicio de andar y observar. Este proyecto ha querido amplificar y enriquecer la imagen de La Frontera y nuestra isla, la manera en que la sentimos, pensamos y celebramos. Hemos creado nuevas rutas y experiencias invitando a vecinos y visitantes a deambular por nuestras calles con el respeto de quien pisa terreno sagrado, con la curiosidad del que redescubre su propia casa, sintiendo asombro por lo cotidiano, tomando conciencia de que cada piedra, cada muro, cada callejón y cada topónimo es una parte de nosotros. Con este proyecto, el municipio apuesta por la experiencia de perdernos acompañados del silencio para descubrir la belleza de lo imperfecto que se dibuja en este territorio que es un poema inacabado, escrito por el tiempo y sus moradores.
Se ha trabajado la imagen de la “ La Frontera “ como un destino por descubrir, para los vecinos y los que nos visitan. Los atractivos no son solo una postal, sino una experiencia viva, una invitación a adentrarse en los callejones donde la historia respira, a mezclarse en las plazas donde el paisanaje se encuentra, a reconocernos en las huellas que han dejado nuestros antepasados. Cada calle y cada barrio es el capítulo de un libro abierto, una historia que espera ser descubierta. En esta isla, hasta la piedra más pequeña tiene una historia que contar. Los trazos de Ferro siguen uniendo, hermanando, creando redes y sinergias entre los diferentes poblamientos y sensibilidades del municipio y la isla. Amamos nuestra tierra y lo demostramos no solo con palabras sino con cada gesto, con cada pincelada, con cada papel que recogemos del suelo.
Isla de Ferro. Seguimos haciendo pueblo, haciendo isla.
El proyecto que lleva 20 años trabajando un discurso propio sobre la poética de los colores insulares ha dado un pequeño gran paso con esta apuesta del Ayuntamiento de La Frontera por la participación ciudadana como estrategia para conseguir un cambio de ciertas actitudes en la comunidad. Esta dinámica participativa quiere convertirse en un ejemplo para el resto de pueblos de El Hierro y Canarias de que solo la institución y los vecinos caminando juntos podemos cambiar algunas cuestiones y actitudes sobre la realidad y las problemáticas en relación de convivencia del humano con el paisaje natural y urbano.
Estamos felices de anunciar que seguimos sembrando ilusión y esperanza en otros rincones de nuestra querida y amada isla. Como el viento que esparce las semillas por nuevas tierras, extendemos nuestras raíces tejiendo sueños e ilusión junto al Ayuntamiento de Valverde. Un plan estratégico para trabajar la misma dinámica con una estructura adaptada a la idiosincracia de cada pueblo, siendo los poblamientos de San Andrés, Tiñor, Isora, las Rozas ( Azofa ) y La Villa de Valverde los protagonistas de este primer paso para dignificar juntos nuestros huertos, caminos, pueblos y barrios.
Estas palabras son un llamado a aportar su grano de arena a todos los que sienten una responsabilidad con el territorio mas allá del hecho mismo de habitarlo, a todos los aman esta tierra, a todos los que creen en el poder de la comunidad y la importancia del espacio mas democrático que existe, lo público, a los que saben que un pueblo no es solo un lugar en el mapa, sino un sentimiento compartido que se hace mas fuerte y verdadero en la medida que tiene la capacidad de involucrar a todos los estamentos que lo componen.
“La Frontera Activa. Haciendo pueblo”.
Aprovechando este artículo me gustaría aprovechar para invitarles a tod@s a la presentación del material audiovisual que durante seis meses ( 2024 ) mostró las dinámicas y valores del proyecto de participación ciudadana “ La Frontera Activa. Creando Pueblo “ ( viernes 21 de febrero a las 20:30 horas ). En este relato visual mostraremos el antes y el después, el ayer y el hoy del municipio, conoceremos el significado y los valores de este proyecto de ilusión y amor por nuestra tierra. Descubriremos la belleza que siempre estuvo ahí, esperando ser mirada con nuevos ojos. La proyección del video tendrá lugar en el salón Multidisciplinar de Merese, acabará con la actuación del Grupo Musical de La Frontera y un vino. O dos.
Seguimos haciendo pueblo, haciendo isla.