Crónicas pretéritas: Breve comentario sobre los sondeos realizados en Frontera entre 1964 y 1968

Crónicas pretéritas: Breve comentario sobre los sondeos realizados en Frontera entre 1964 y 1968

Crónicas pretéritas de mi pueblo de Frontera.

Por Donacio Cejas Padrón (2006).

En fecha reciente tuve el gusto junto a mi esposa visitar en Madrid a D. Ángel González Somohano antiguo encargado de Los Sondeos que se realizaron en nuestro Valle de El Golfo allá por los primeros años de la década de los sesenta, y de nuestra conversación haciendo referencia a anécdotas de aquellos años, me vino la idea de hacer una pequeña crónica sobre Los Sondeos, para ello debo situarme en el escenario que se encontraron los sondistas al llegar a nuestro Valle y las razones por las que vinieron a El Hierro.

Presentaba nuestra isla de El Hierro en aquellos años un panorama desolador, una sequía continuada hacía necesario el suministro de agua para los aljibes en camiones cuba, los campos no producían lo suficiente para el sustento de los habitantes de nuestra isla, los jóvenes uno tras otro emprendían el doloroso camino de la emigración a Venezuela, Tenerife o Las Palmas, los mayores estaban realmente desanimados, y el ambiente que se respiraba era desolador, no aparecía en el horizonte ninguna esperanza para nuestra isla carente como estaba de los más elementales servicios, llegó El Hierro a ver tan disminuida su población que apenas contaba con poco más de tres mil habitantes. 

Por entonces se estaban ejecutando unos sondeos en Lanzarote con miras a tener un estudio fiable del subsuelo de la isla, y enterado de ello el Presidente del Cabildo de El Hierro D. Matías Castañeda, solicitó con mucha urgencia a La Dirección General de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas, que se incluyera a la isla de El Hierro en el programa de estudios del subsuelo de esta con vistas a saber la calidad y cantidad de agua que pudiera haber en el mismo. Consecuencia de ello es que unos meses después se desplazó a El Hierro D. Dámaso Fernández Matute, Ingeniero, director de este programa y trazó los perfiles geológicos donde muy en breve se iniciarían los sondeos.

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Casi inmediatamente llegaron a El Hierro los equipos necesarios para su ejecución, así como el personal técnico necesario para realizarlos, me cuenta D. Ángel que fueron muy bien Recibidos por D. Matías Castañeda y por D. Domingo Morales los cuales les brindaron todas las facilidades para que pudieran empezar sin dificultad alguna sus trabajos.

Junto a D. Ángel llegaron inicialmente dos jóvenes sondistas, José María y Manolo, y comenzaron los trabajos de perforación en Tejeguate, que después se extendieron a La Frontera, Tigaday, Los Mocanes, Los Llanillos, y un poco más tarde también a otros pueblos de la isla. Los referidos trabajos de sondeos tuvieron además la ventaja de que contrataron a bastantes personas de nuestro pueblo, recuerdo entre otros a Amalio, Cirilo, Rafael, Julio Fisco, Domingo, Rosendo, Dionisio, Kiko, Valentín, Nixio, Mario, Donacio, y algunos otros que se me han olvidado naturalmente. Después llegaron otros sondistas como Romano, Nino, D. José Esteve, que trasladado D. Ángel a otro destino le sucedió en la dirección de las obras y con ellas se supo la calidad y cantidad de agua que había en el subsuelo de nuestro Valle. Consecuencia de estos resultados fue la construcción de varios pozos, que han cambiado aquel panorama tan desolador, sin olvidar tampoco a los agricultores palmeros que iniciaron en nuestra isla del cultivo del plátano que ha sido continuado por los herreños a la vez que se han ido incorporando también otros cultivos como la piña y el mango.

De aquellos sondistas tenemos la suerte de que uno de ellos D. José Esteve ha adoptado nuestra tierra para vivir definitivamente y se ha integrado plenamente en nuestro pueblo como un vecino más, y así lo consideramos todos, pero tampoco hemos olvidado a D. Ángel ni a los otros sondistas que contribuyeron al desarrollo de nuestra isla, y aunque tardío, quisiera que esta crónica muy breve pudiera ser un reconocimiento para todos ellos. Procuraré hacerles llegar La Voz de El Hierro como testimonio de nuestro más afectuoso recuerdo, pues casi sin imaginarlo ellos, con su trabajo de entonces se inició un nuevo ciclo en la historia de El Valle de El Golfo, que ha transformado totalmente el nivel de vida de todos nosotros, para bien naturalmente a Dios gracias.