Crónicas pretéritas: D. Benigno Armas Acosta. Un Viticultor destacado en El Valle del Golfo

Crónicas pretéritas: D. Benigno Armas Acosta. Un Viticultor destacado en El Valle del Golfo

Por Donacio Cejas Padrón (2006). 

En mi anterior crónica sobre las fincas de viñas de El Golfo, y por razones de espacio, no pude hacer una referencia específica a un bodeguero ejemplar como fue Benigno Armas. Con la amabilidad que siempre tiene para mí el amigo Leoncio, me ha permitido en este nuevo número de la revista La Voz de El Hierro hacer una breve referencia a D. Benigno, lo cual le agradezco de corazón.

D. Benigno Armas vivió a tiempo compartido entre La Cuesta y Tigaday, pues era propietario de tierras en ambos pueblos, tuvo una familia numerosa de nueve hijos, su casa de Tigaday construida por el mismo en su juventud, hoy es habitada por su hija mayor Inocencia.

Fue un apasionado del cultivo de la viña y del vino, llegando a poseer cuatro fincas importantes dedicadas a ese cultivo. Una en Los Llanillos donde llaman Hoya de Las Cochinas, otra en La Oliva, otra en El Razo, y otra llamada Lomo de La Burra, todas ellas adquiridas por él y también plantadas. En su juventud trabajó de jornalero con D. Isidro y con D. Gaspar en sus fincas de El Monte, y seguramente allí adquirió la experiencia que después aplicó en las tierras de su propiedad. Se cuenta que D. Benigno también trabajó de jornalero en la carretera de la cumbre, a cuyo trabajo subía caminando, pero madrugaba tanto que al pasar por La Oliva y a la luz de un humilde farol plantaba algunas margullías para después continuar a su trabajo, y que lo mismo hacía al bajar después de soltar del mismo, lo que demuestra sin duda alguna, su fortaleza para el trabajo y su pasión por la viña. 

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Sus cuatro fincas eran modelo de cuidado y atenciones, las fincas de D. Benigno estaban siempre exquisitamente atendidas y producían gran cantidad de uvas que eran transportadas a lomos de bestias para ser transformadas en Tigaday, casi siempre en El lagar de D. Matías. Su bodega era apetecida por los compradores de vino que sabían que en ella encontraban los de mejor calidad, por lo cual se disputaban la compra de las cosechas. D. Benigno mantuvo en producción sus fincas hasta ya avanzada edad, ayudado por sus hijos e hijas, todos esforzados trabajadores. Su últimos años los vivió en Venezuela junto a sus hijos, donde falleció a la edad de ochenta años en 1974, y sus fincas las dejó al cuidado de su estimado primo Matías, que las mantuvo también en producción algunos años.  

En un próximo trabajo literario que pronto será publicado, aparecerá sin duda entre los bodegueros destacados de El Hierro la figura de D. Benigno Armas, un hombre enamorado del trabajo y de las viñas que debe ser recordado como modelo de esfuerzo constante a lo largo de toda una vida.