El COVID en el Parlamento de Canarias

El COVID en el Parlamento de Canarias

Por Lucia Fuentes.

Durante tres días consecutivos hemos celebrado el II Debate sobre el Estado de la Nacionalidad Canaria de esta legislatura. Tres días en los que hemos escuchado hablar al Presidente del Gobierno y a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios que conformamos este Parlamento sobre su visión acerca de la situación de Canarias.

Lo que a priori debería ser, y en otras legislaturas ha sido, un debate muy interesante se ha convertido, lamentablemente, en más de lo mismo: el mismo contenido y los mismos comentarios que escuchamos pleno tras pleno, mes tras mes. Y los mismos engaños.

Todos los grupos que forman parte del Gobierno parecen estar más interesados en mirar hacia afuera y culpar al Estado de todo que asumir y responsabilizarse de lo que les toca, o de culpar a Ángel Víctor de todo lo que CC no ha sido capaz de llevar a cabo en tantos años gobernando. 

Hacen alusión con regularidad al negacionismo de VOX, cuando ellos y ellas son igual o más negacionistas. Al parecer, solo el PSOE y NC vivieron aquí durante la pandemia, el resto lo hizo en un universo paralelo, o estuvieron sordos y ciegos. Por lo visto, ninguno de ellos contrajo el virus o tuvo la desgracia de perder algún amigo o familiar. Tampoco salieron a la calle tras el confinamiento y pudieron ver con sus propios ojos cómo nuestras zonas turísticas nos trasladaban a las películas del lejano Oeste. Según parece, tampoco conocieron de cerca la actividad de nuestras Administraciones Públicas, que, por un lado, se encontraban bajo mínimos y, por otro, se veían sobrepasadas gestionando ayudas sin precedentes y atendiendo a una ciudadanía colmada de miedo e incertidumbre.

Y tras más de año y medio escuchando en este Parlamento que en la legislatura pasada no se hizo nada, parece absurdo, pero resulta necesario tener que recordar la triste realidad que vivimos durante tanto tiempo, esa que hoy nos recuerdan todos los medios nacionales e internacionales. Y que retrasó o no permitió desarrollar muchos de los proyectos que se tenían al comienzo de la legislatura pasada. Porque no es lo mismo gobernar sin sorpresas que hacerlo en el peor escenario posible, algo de lo que los canarios y canarias sí que son conscientes y que demostraron votando al PSOE, que ganó las pasadas elecciones en Canarias, porque recordemos que la mayoría parlamentaria no es lo mismo que la mayoría social.

Ahora que se cumplen 5 años desde el inicio de la pandemia, este Gobierno autonómico critica que la gestión de la misma fue un desastre. Pero la realidad es que Canarias es la quinta Comunidad Autónoma en población y, sin embargo, la que menos fallecimientos padeció. Castilla y León, con 2,3 M habitantes, sufrió 4 425 fallecimientos, mientras que la cifra en Canarias, con 2,2 M habitantes, fue de 182. 

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Puedo asegurar que hablo del COVID, de cómo afectó a las familias canarias, a las empresas y a las Administraciones Públicas con total conocimiento de causa. Porque me tocó sufrirlo muy de cerca desde el primer día. Recuerdo perfectamente cómo mi padre fue crucificado sin piedad alguna por tener la mala suerte de ser el primer caso en El Hierro, cómo la presión psicológica le hizo más daño que los propios síntomas del virus. Recuerdo la mirada asustada de los sanitarios que acudían a casa a hacerle las pruebas, sin aún saber bien cómo realizarlas. Recuerdo, ya en noviembre, tras sufrir un accidente en Tenerife y llegar en ambulancia a Urgencias, cómo era tal la situación por el COVID que, contra todo criterio médico y a pesar de las heridas, pedí el alta voluntaria nada más hacerme el TAC. Recuerdo el dolor de una compañera de trabajo de Suecia, cuyo padre murió solo en Melilla, después de casi un año sin verse y sin poder despedirse. Igual que tantos y tantas otras y otras recuerdan cada día a quienes han perdido por culpa del virus o sufren y seguirán sufriendo las consecuencias de un COVID persistente que no les ha permitido recuperar su antiguo modo de vida.

Desde el punto de vista laboral, como Consejera de Turismo del Cabildo de El Hierro, recuerdo también cómo las primeras semanas de confinamiento las pasé al teléfono desde primeras horas de la mañana hasta bien entrada la noche, llamada tras llamada, a todos los alojamientos de la isla, delegación de Gobierno… para que los turistas pudiesen retornar a su lugar de origen y para que los herreños y herreñas que estaban fuera pudiesen volver a casa. Recuerdo, ya en la oficina, cómo todos los esfuerzos durante ese año se centraron, primero, en dotar a los establecimientos de la isla de toda la información actualizada que íbamos recibiendo, de material, de medios, de conseguir mascarillas y gel, de contestar a todos los seguimientos que se llevaban a cabo desde las distintas consejerías del Gobierno. Y después, en recuperar la normalidad con todas las garantías posibles, en campañas para reconquistar al turismo, en organizar los primeros viajes que demostrasen que Canarias era ya un destino seguro. Todo ello con bajas continuas del personal por contagio, lo que hacía imposible organizar el trabajo y cumplir los plazos. 

Así que, miembros del Gobierno, el COVID no es una excusa. Fue real, demasiado real. Y nos afectó, en todo y a todos. Y por empatía, respeto y sentido común les pido que deje de hacerse referencia al mismo sin ton ni son en sus discursos y se limiten a hablar del mismo en este Parlamento de manera proactiva. Demos ejemplo de lo que debe ser nuestra labor como representantes elegidos por la ciudadanía canaria, con contenidos acordes al más absoluto respeto que esta Cámara merece.