Por Donacio Cejas Padrón.
Con mucho gusto le dedico mi humilde crónica de este mes al querido amigo y sabio maestro D. Tadeo Casañas, de San Andrés, al cual me acerco cada vez que mis ocupaciones me lo permiten para disfrutar de su compañía y para aprender un poquito cada día de sus conversaciones tan ilustradas. Muchas veces voy desde Frontera hasta San Andrés expresamente con el único deseo y propósito de encontrarme con él y preguntarle por tantas y tantas cosas que D. Tadeo domina con maestría envidiable, cuando llego a San Andrés y lo veo sentado en los bancos de El Llano siento que ha valido la pena el viaje, y con la curiosidad propia de los alumnos me siento gustoso a su lado a pasar una buena tarde en San Andrés, ese pueblo tan entrañable.
Mi relación con D. Tadeo viene de muchos años atrás, si bien es verdad que entonces, por la diferencia de edad y por otras razones, no tenía con el mismo conversaciones extensas. Le conocí más que nada en el correo cantando la correspondencia que llega al pueblo, pues por muchos años ejercía de cartero en San Andrés, y entonces me parecía un hombre de expresión severa que a su vez reflejaba una personalidad superior... científica... intelectual... sabía... en fin, un hombre distinto, con el cual entonces casi nunca tuve oportunidad de hablar.
Tras el largo paréntesis de la emigración, y cuando regresé de Venezuela a San Andrés al hogar familiar de mi esposa, ya con más edad y disponiendo de tiempo para el ocio y las tertulias, sentados en las aceras de la carretera comencé a tener la oportunidad de acercarme a D. Tadeo y fue entonces cuando empecé a descubrir la personalidad de D. Tadeo; eso sería por 1973 y desde entonces vengo disfrutando de sus sabias conversaciones y de su afecto y amistad, rogando a Dios que le dé mucha salud y vida para que nos siga iluminando con su sabiduría ya casi centenaria.
Como todos los genios, D. Tadeo fue un hombre avanzado a su tiempo, sus esquemas mentales se salían de la labor rutinaria propia de los ambientes pueblerinos, y ello se demuestra con una noticia que llegó hasta mi tiempo atrás: D. Tadeo tuvo una larga vida militar en su juventud, estuvo en el frente de guerra o movilizado varios años, supo de la falta de alimentos en el frente, pero aun así, él y un grupo de soldados en el frente, cuando las circunstancias lo permitían, se quitaban parte de su ración de pan para compartirla con un maestro que a cambio les impartía clases de cultura general. Seguramente añadir comentario alguno a esta noticia será innecesario.
En los difíciles años de La Seca en 1948, en Tiñor tuvo la genial idea de recolectar agua por destilación de las nubes en sus encuentros con los árboles colocando bajo ellos planchas metálicas.
Ejerció muchos cargos públicos, Concejal del Ayuntamiento de Valverde Presidente de la Cámara Agraria, colaborador eficaz en la lucha contra el cigarrón y otras plagas del campo, incluso en el sector forestal, experto en poda e injertación de árboles, inspector para clasificar los plátanos en los primeros años de ese cultivo en la isla, etc.
Continuamente D. Tadeo ha sido llamado por los técnicos de Extensión Agraria para que los aconseje ante cualquier situación difícil en los campos herreños, fue colaborador eficaz de los técnicos del Ministerio de Agricultura en una campaña contra la mosca de la fruta emprendida por este Ministerio en El Hierro en pasadas épocas y que lamentablemente no se continuó, con los resultados que todos sabemos. Cuenta con el afecto de importantes técnicos del Ministerio que aún lo recuerdan y lo llaman de vez en cuando.
Fue pionero en la mecanización del campo en San Andrés, formando junto a un grupo de agricultores la primera organización agraria, incluso adquiriendo el primer tractor que llegó a la isla. Asimismo fue un impulsor y eficaz colaborador para la creación y puesta en marcha de la Cooperativa de Ganaderos de El Hierro que tan buenos resultados ha ofrecido a los agricultores herreños.
Su casa es visitada por intelectuales e investigadores que vienen al Hierro en busca de datos históricos y científicos, y que al llegar a nuestra isla, y sin saber por qué, ya vienen buscando el referente de D. Tadeo. A todos atiende y acompaña por los lugares que dan respuesta a las inquietudes de los visitantes, y todos se van con la satisfacción de haber conocido a un sabio.
Recientemente, en El Casino de Valverde, una organización ecologista de Gran Canaria le ofreció un homenaje, y será sencillamente uno más de los que D. Tadeo ha recibido y se merece.
Un ilustre Doctor en Medicina desde Murcia le ha dedicado la siguiente composición literaria:
Al Maestro Tadeo:
Maestro, aprender de ti, yo quiero;
Déjame ver tu libro de experiencia,
Enseñame verdades de tu ciencia
y alumbrame con brillo de lucero.
De la tradición eres tesorero
Y tu cultura tiene vigencia
por eso quiero recibir de herencia
tan solo medio almud de tu granero.
Déjame contemplar destellos de oro
que tu precioso arcón sin llaves guarda
muéstrame ya tu espléndido tesoro.
Para que una tarde fría y parda
cuanto conocimiento hoy ignoro
al resplandor de tu elocuencia arda.
Murcia, 5 de septiembre del 2006 - Dr. Esteban Zurrón.
Y así concluyo mi crónica del mes de marzo que con tanto gusto y cariño le he dedicado a D. Tadeo, sabiendo de antemano es muy poco para lo que D. Tadeo merece, deseándole mucha salud y vida para que nos siga iluminando, sentado en los bancos de El Llano en San Andrés, ese pueblo tan querido en el cual encontré la dulce esposa que me ha acompañado a lo largo de la vida.