Don Julio Fleitas, uno de sus hijos y uno de sus nietos.
Por Donacio Cejas Padrón.
Don Julio Fleitas, un sencillo vecino de Merese, me ha despertado siempre en mi persona, una admiración, un afecto, un cariño muy especial, y lo he considerado siempre como un innovador, un creador de riqueza, un pionero y muchas cosas más, todas buenas y positivas, le conozco desde los años cincuenta en que aparece elegantemente vestido en una foto de La Procesión de Candelaria del año 1,955,foto esta que conseguí en uno de mis viajes a Cuba, y su vestimenta refleja cierto modernismo, lo que me hace pensar que ya venía de fuera, no sé si de Tenerife o Venezuela.
A principio de los años sesenta, y regresado de Venezuela, tuvo la venturosa idea de, en la casa de su padre en Merese, que constaba de dos o tres habitaciones, quitar los tabiquesy preparar un salónque habilitó para proyectar películas, con un equipo que me dice le había comprado a un Sr. de El Pinar, llamado D Pepe El Palmero, al cual yo también conocí, pues tenía el hábito de pasear en unas grandes motos alemanas, que él las hacía casi volar.
En 1,962 -63 ya Don Julio había aprendido a proyectar las películas, los domingos por la tarde, y me parece que también algunos jueves. Las películas de moda entonces eran las mexicanas, así como la música que más se escuchaba, y Don Julio tuvo la feliz idea de al terminar la película brindar a los asistentes, en su mayoría jóvenes, un largo rato de baile. La Juventud de mi tiempo recuerda aquellas tardes veraniegas como algo mágico, y en esos encuentros se consolidaron noviazgos que poco después se convirtieron en matrimonios, como es mi propio caso.
Es verdad que los años mozos son recordados por los que ya somos mayores, como la etapa más dulce y bonita de la vida, y en esos recuerdos entran los escenarios donde ocurrieron y se vivieron las escenas
inolvidables de aquellos tiempos, será por eso que El Cine de Merese y Don Julio Fleitas quedaron grabados en nuestros corazones y nunca se borraron.
Por eso es que al encontrarme con la oportunidad única de ver sentado a Don Julio con dos de sus descendientes, me vino la idea de tomarles una foto, y hacerles esta sencilla crónica, humilde muestra de mi afecto a esta buena familia de Merese.
Cosas de la vida.