Opinión

En el camino de la historia: La isla camina.

Por Juan Jesús Ayala.

La historia va componiendo pasajes,  capítulos que abundan en su encuentro o quedan guardadas en el arcón de la memoria. Cuando acudimos a ella, la vemos grande, inconmensurable, mas allá de 270 kilómetros cuadrados y rompiéndose las olas quietas, dormidas, sin espuma en un horizonte, lejano, inalcanzable.

En muchos de sus recodos, de sus personajes que nos llegan formando un nuevo paisaje donde la tierra se mezcla con  las vivencias  de cada cual, ahí la isla se agranda, aun más. La ilimitación de los acontecimientos hacen que sean lejanos y a la vez cercanos, ofreciendo una simbiosis entre los que vivimos en un paisaje determinado, en una circunstancia concreta y sin embargo notamos la misma esencia de una tierra que camina, pero pausada, dispuesta a   sorprendernos y voltear nuestra vivencia alejándola de los momentos del encuentro y coincidiendo con  la imaginación que dispuesta a mostrar un nuevo espectáculo no para.

Porque la isla camina. No permanece quieta; la movemos con nuestro sentimiento, la alertamos con nuestra mirada y la soñamos cuando observándola a lo lejos o cerca de nosotros, no la vemos, se nos escapa  estirándose en la distancia; no solo el paisaje sino los que forman parte  en ese momento de un sostenido recuerdo que no dejamos por imposible sino que  nos recréanos hasta el ultimo minuto de su esplendor y gratitud.

Será porque sabemos donde comienza y donde termina; será porque conocemos los entresijos de sus alrededores  bien abundando en paisajes o en recuerdos personales. Podrá ser, sobre todo, cuando  empujamos nuestro pensamiento hacia el ambiente de lo deseable; cuando afirmamos con tesón las búsqueda de lo que conoces porque quieres recordarlo, porque se  acerca el entusiasmo y hasta le ensimismamiento.

La isla no ha dejado  de caminar; así nos lo cuentan  los  mayores; así nos la relataban los que se esforzaron por sacarla adelante, y fueron todos aquellos que desde una isla pequeña han puesto y ponen históricamente su mejor voluntad  y fuerza para  que la isla continúe caminando. Para que la isla  sea una construcción que no se empequeñece, que rompa barreras, no sola las barreras de su progreso sino aquellas que  se encaraman a los que soñamos y vivimos la isla  como contención de  situaciones que no gozan de conformidad que incita a “rabiscarse”  a si mismos y que cuenta con muchos que así se lo proponen y hacen de la isla un escenario no solo de nostalgia sino de confraternidad en un mundo  donde la esperanza a veces es inalcanzable. Pero  a pesar de todo, la idea, la elaboración del encuentro no se aleja sino que persiste desde el momento que te transportas mentalmente a la isla.

La isla camina, no solo por sus carreteras y senderos; no solo por sus rutas aéreas y marítimas; la isla camina por los capítulos de una historia peculiar diferenciada e interminable donde las viejas  paginas no se borran y donde las nuevas  permanecen a la espera de seguir diseñando en sus renglones los capítulos que están por llegar y los que relanzarán hacia su consecución.

En el camino de la historia: El guirigay del idioma.

Por Juan Jesús Ayala.

Se ha formado un guirigay de mucho cuidado entorno a la coexistencia en diversos territorios españoles de si las lenguas oficiales o cooficiales pueden coexistir o no en las instituciones, desde el Parlamento español, los autonómicos llegando hasta el  ayuntamiento  más recóndito del solar patrio.

Y todo esto   de la mano de los discursos que lleva tiempo sucediéndose  por parte del partido socialista comandado por Sánchez que ahora reafirma y propone su consecución la presidenta del Parlamento español, Francina Armengol, que,  ya hay que posicionar traductores para que   la coexistencia de las lenguas sea posible.

Y ahora con más énfasis que entonces.  Y ¿por qué? Sencillamente porque una de las cuestiones que pone en la mesa de la discusión  Junts para apoyar   que Sánchez logre la presidencia del Gobierno es que se hable catalán en las  instituciones aludidas.

Lo cual nos parece bien, como nacionalista, que la  estrategia  para conseguir cuestiones que desde la amnistía hasta la independencia vayan circulando por los diferentes foros del debate.

Pero  hay que hacer algunas consideraciones al respecto por autores que se han manifestado sobre el problema de la lengua como atributo determinante    para considerar a un territorio como nación .Y que no es  tanto, o al  menos el recorrido que se le pretende dar no es tan corto y evidente sino que  hay que poner la luz larga para llegar a lo que se pretende.

Autores de alta categoría intelectual y académica, tales como Gellner,Sebrely, Anderson o Koudure  que han estudiado el nacionalismo llegan a  una conclusión bien distinta a la retórica gubernamental que dan por buenas cuestiones que no son tan evidentes, como las del idioma.

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Si bien siempre se ha dicho que  la etnia y la lengua era lo fundamental como vehiculo de identidad de los pueblos, no son determinantes para  que se definan como nación.

Por ejemplo cuando Francia se establece como nación solo el 12 por ciento de sus habitantes habla francés y Suiza donde prevalece la etnicidad en tres idiomas diferentes, alemán, francés e italiano. Noam Chomsky, lingüista universal, relata que tanto el inglés como el francés se formaron cogiendo palabras dispersas de otras lenguas lo que pone en evidencia que la inevitable introducción de vocablos extrajeron muestra que el idioma lejos de ser la manifestación de la esencia nacional es más bien todo lo contrario.

Sebrely llega a decir en su libro “Asedio a  la Modernidad” que la nación solo se podrá definir como “Entidad Histórica”; o sea como un hecho que aparece y desaparece en determinas ocasiones, como  por ejemplo la Unión Soviética, Checoslovaquia o Yugoslavia.

Naciones han habido en el mundo que  han desaparecido, y  otras que luchan por ser reconocidas como tales y no solo están esgrimiendo su forma de expresarse sino sus derechos, como por ejemplo, el poder ejercer el de la autodeterminación.

Así que la preocupación por el lenguaje es una especie de guirigay establecido que lo único que logra que  dentro de las instituciones los que manejan dos lenguas  sean o se consideren superiores a los que solo saben expresarse en castellano. Los que,  encima, muchos cuando lo ejercen, lo hacen, fatal.

En el camino de la historia: ¿La Isla de El Hierro estación terminal?

Por Juan Jesús Ayala.

Casi 1000 inmigrantes han llegado a la isla durante el mes de agosto que han  incrementado los ya existentes que habitan en los distintos centros de acogida  que se dispone; y aunque las cifras que maneja el Ministerio del Interior le hacen decir que la inmigración ilegal va a la baja en Canarias, al menos en El Hierro los que han entrado por el Puerto de La Restinga están en alza puesto que de los 21.025 inmigrantes que han llegado a España en lo que va de año, el 55% de ellos lo ha hecho a Canarias; o sea que las llegadas a través de la ruta canaria se ha incrementado este año un 7,5% con respecto a los primeros ocho meses de 2022 donde destaca El Hierro que ha recibido una tercera parte de los inmigrantes que  alcanzaron las costas isleñas en los últimos treinta días.

Y causa cierta extrañeza como desde las costas senegalesas hasta la Restinga, 1.330 kilómetros, se pueda llegar con cierta facilidad y frecuencia lo que en las calmas de Septiembre y como consecuencia de la desestabilización política que se encuentra El Sahel tras los últimos golpes de Estado en Níger y Gabón pudiera acontecer, al menos en la isla, una situación rayana en los insostenible si por necesidad demográfica no se actúa con la prontitud necesaria para su traslado a centros de  Tenerife.

Cuando comienza la invasión de pateras y cayucos se decía que Canarias era una estación de paso para luego continuar el salto a la Península y hacia los distintos países europeos donde los inmigrantes pudieran mejorar sus deplorables condiciones de vida. Sin embargo,  por lo que estamos viendo, no es así y sobre, todo, en la isla de El Hierro donde por los inconvenientes que surgen para su traslado y por esperas que son innecesarias la isla se puede convertir en estación terminal.

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Y es que la situación de crisis que se vivió y vive en el Mediterráneo no va a tener nada que ver con la que se está desarrollando y con vistas a incrementarse por el número de refugiados y de personas que tratan de huir,   con la del  Atlántico. Pero la pregunta es ¿a que se debe que  sea el puerto de La Restinga uno de los elegidos para recibir a los inmigrantes a pesar de la distancia que hay entre el punto de salida y el de atraque? ¿Será que las mafias  han descubierto el pingüe y rentable negoció que supone, el billete que tienen que pagar por plazas en el cayuco donde va incluido el combustible y la mala comida que se les ofrece por los negreros administradores de su sucio    negocio? ¿Será, tal vez, junto a lo anterior, que en la ruta de El Hierro la vigilancia que se hace es deficiente y alejada de la que debe  tenerse no solo para evitar muertes en el Atlántico ni para que se alerte de este denigrante  negocio, como y donde comienza  e ir al meollo de la cuestión, para denunciarlo y atajarlo a quien corresponda?.

Se ha estudiado y comprobado que, efectivamente, hay “barcos negreros” que no solo transportan a seres humanos desvalidos sino que remolcan a los cayucos que ya cuando  la ruta  se acorta y es manejable le indican el puerto de La Restinga como el mejor para desembarcar en Canarias.

Todo pudiera ser. Pero si la situación continúa in crescendo y la tolerancia no se controla, El Hierro, mas  temprano que tarde se podrá convertir en la estación terminal de los que quieren llegar a un mundo mejor y ven como sus expectativas se diluyen en la nada por lo que las instituciones herreñas tendrán que disponer cada vez más de los recursos necesarios para colaborar y sostener  la indigencia que soporta, mientras  el traslado a centros de acogida a otras islas, se retraza o no  acaba de llegar, y si lo hace es a cuentagotas. 

El incendio del “Basta ya”

Por Raúl Acosta Armas*.

Tenerife ha ardido de forma literal sin que los medios de extinción hayan podido hacer gran cosa ante el devastador efecto de las llamas, ayudado por la morfología del terreno

En Tenerife, la noche del 15 de agosto comenzaba un incendio en el monte de Arafo que inexorablemente se fue extendiendo hasta afectar a 12 municipios de la isla. Más de 14.751 hectáreas quedaron afectadas y tuvieron que desalojar su vivienda o propiedades unas 26.000 personas. Ha sido el peor incendio desde que se tienen registros en Canarias.

Distintos factores como la pérdida de la actividad silvícola, la escasez de pastoreo de trashumancia o el bajo aprovechamiento agrícola en zonas rurales, todo ello en un contexto de cambio climático, han creado el caldo de cultivo perfecto para que se lleguen a producir incendios de estas características, técnicamente conocidos como de sexta generación. A corto plazo, dado que este voraz incendio forestal ha finalizado, toca evaluar los daños, ayudar a los damnificados y trabajar por recuperar la biodiversidad afectada, pero es nuestra obligación poner de manifiesto una realidad más que evidente a medio e incluso largo plazo: este no será el último episodio que se va a producir en nuestras islas. 

Toca reflexionar sobre lo ocurrido en Tenerife, pero también, en los últimos años, en La Palma, La Gomera, Gran Canaria y El Hierro. No podemos obviar la certeza cada vez más evidente de que los incendios forestales constituyen un riesgo recurrente de primer orden para personas, bienes y medio ambiente, que cada verano pueden convertirse en una vorágine de destrucción para nuestros territorios insulares. No hay más que mirar para toda la zona de medianías del Valle de El Golfo para ver ese color anaranjado y amarillento de los pastos resecos, tras años de sequía, y ver que estamos ante un peligro inminente que en cualquier momento puede materializarse. 

La progresiva y desordenada urbanización de nuestro entorno rural, una gestión silvícola manifiestamente mejorable, el abandono de terrenos de cultivo de medianías y la consecuente progresión de la vegetación natural hacia nuevos espacios constituyen agravantes a considerar por sus consecuencias negativas en materia de incendios forestales y la progresiva generalización de episodios fuera de capacidad de extinción en Canarias y, por ende, en El Hierro. En la actualidad, un incendio en Frontera o El Pinar, en el que las condiciones de propagación sean favorables, podría suponer una catástrofe sin precedentes para El Hierro. Y esto es una realidad extensible a cualquier otra isla con masa forestal.

Por eso, es necesario incrementar nuestra conciencia social y medioambiental sobre este asunto y poner en primer orden de la agenda política la necesidad de implementar una gestión forestal sostenible de nuestros montes. De esta manera, garantizamos la conservación del medio natural, al tiempo que generamos empleo y contribuimos al aumento de la calidad de vida y expectativas de desarrollo de la población rural. En este nuevo contexto de cambio climático, si queremos preservar estos ecosistemas para el futuro, debemos cambiar nuestra manera de entender e interactuar con los territorios forestales. La “musealización” de nuestros montes no ha sido una estrategia válida, visto lo acontecido en Tenerife. Necesitamos volver a recuperar paisajes que den una respuesta diferente al fuego y su propagación por sus menores cargas de combustible, todo ello en claro equilibrio con los valores naturales que los identifican. 

La necesidad de una nueva gestión del riesgo de incendios forestales debe plantearse  entendiendo que nuestros montes deben ser gestionados integrando los aspectos ambientales con las actividades económicas, sociales y culturales de sus territorios. Y para ello es necesario que desde las Administraciones públicas se trabaje desde distintos ámbitos (legislativo, urbanístico, política forestal y de incendios, protección civil y de educación ambiental). A modo de ejemplo tendríamos que valorar algunas de estas acciones:

Legislativo

- Redacción y aprobación de un nuevo Plan de Gestión Forestal de Canarias, así como los consiguientes documentos insulares, que favorezca una gestión selvícola sostenible de nuestros montes.
- Aprobación de un nuevo Decreto de Prevención y Extinción de Incendios, dado que el actualmente vigente data de 2001.
- Aprobación, desde los ayuntamientos, de ordenanzas específicas para compeler a los vecinos/as a que tengan las parcelas colindantes a los montes limpias, bajo apercibimiento de ejecutarse a su costa la limpieza de los terrenos (como hizo el Ayuntamiento de Los Realejos).

Planificación espacial

Favorecer medidas de fomento para que la agricultura y ganadería, especialmente la extensiva, de medianías y zonas cercanas a la masa forestal pueda volver a considerarse como un actividad económica rentable y favorecedora de la recuperación de nuestro paisaje.

Delimitar los territorios de riesgo por incendio forestal en Canarias y alcance territorial del peligro con los usos del suelo que se superponen, especialmente en zonas habitadas.

Mejorar los accesos de pistas forestales y agrícolas como cortafuegos y potenciadoras de la recuperación de parcelas para sus dueños. 

Incentivar actividades económicas que supongan la reducción de la carga de combustible en terrenos forestales.

Política forestal y de incendios

Establecer un fondo presupuestario de apoyo a la prevención de incendios y gestión forestal, mejorando la inversión en prevención frente a la extinción.

Incentivar el aprovechamiento silvícola y ganadero de nuestros montes a fin de favorecer actuaciones para el aprovechamiento de los recursos  como la madera, basa, pastos, setas, entre otros.

Fomentar la puesta en marcha de actuaciones para mejorar la estructura del bosque y favorecer su biodiversidad.

Aumentar las redes mixtas de riego y contraincendios en las zonas de medianías con una doble función, recuperar cultivos como la vid y/o higueras que hagan de cortafuegos y tener acceso a agua en caso de incendio.

Fortalecer la selvicultura preventiva de nuestros montes favoreciendo espacios más resilientes ante un incendio forestal haciendo buena esa máxima de que “los incendios se apagan en invierno”.

Protección civil

- Invertir más en las dotaciones materiales y humanas de los equipos contraincendios y de prevención.
- Solicitar al Estado una base permanente en Canarias de Helicóptero bombardero pesado (kamov) y/o similar durante todo el año.
- Elaboración de Planes de autoprotección para núcleos de población aislada, áreas recreativas, entre otros, que se encuentren ubicados en zonas de riesgo.
- Ampliar las Campañas Anuales de Incendios a todo el año, y no sólo a la etapa estival.
- Adquisición de maquinaria pesada específica para las actuaciones de prevención y extinción de incendios. 

Estas son algunas de las medidas que debemos considerar para garantizar la persistencia de nuestros montes. Aunque la medida más importante que debemos adoptar hoy mismo es la de despertar la conciencia. Cualquier isla puede volver a verse afectada por este riesgo y, si nos llega a pasar, no habremos hecho todo lo posible ni por evitarlo, ni por estar más preparados.

*Raúl Acosta Armas, diputado del Parlamento de Canarias por la Agrupación Herreña Independiente (AHI).

En el camino de la historia: Sin los votos del PNV no habrá gobierno.

Por Juan Jesús Ayala.

Se le está dando demasiadas vueltas a la aportación de Junts para la conformación del gobierno, y que según vaya a un Bloque, al que llaman progresista o al comandado por el PP, podrá acceder a la presidencia Sánchez o Feijóo. Pero esas cuentas no están nada claras o son engañifas por quien las hace y propaga ya que el voto fundamental y decisivo, bien se decante para un lado u otro, es el del PNV.

Se dice, en estos momentos, donde ya ha cambiado de criterio por parte del PNV que si bien de entrada no mantendría conversación alguna con el PP ya manifiesta que por cortesía parlamentaria irá a hablar con Feijóo; y se acabó. Da la sensación que no queremos repasar históricamente pactos anteriores donde aconteció lo mismo que ahora. Es el eterno retorno de la falacia en la política y, sobre todo, en lo concerniente a pactos donde se confirma una vez más que el poder hace extraños compañeros de cama. 

En las elecciones de 1993 el PSOE de  Felipe González se había quedado lejos de la mayoría para gobernar con sus 157 diputados por lo que necesitó los 17 votos de CiU y los 5 del PNV. Pero en 1995 los nacionalistas catalanes retiraron el apoyo al gobierno socialista provocando nuevas elecciones generales y cambiaron de socio apoyando a Aznar.

¿Y que hizo el PNV? Pues del pacto que tenia entonces con los socialistas en 1993 llega a acuerdos con Aznar para que alcance la presidencia del gobierno. Pero antes de firmar a ese acuerdo, Arzalluz, sostenía que era imposible que  tuviera alguna reunión como le había solicitado el mismo Aznar. No se daban  las condiciones políticas necesarias  porque las reivindicaciones de soberanía y de otras consideraciones territoriales como el derecho a la autodeterminación que había aprobado el parlamento vasco no serian admitidas por el PP. Pasó el tiempo con reunión tras reunión y al final vimos como en la Moncloa se confirma el pacto, PP-PNV tras el abrazo de Aznar y Arzalluz. Lo mismo que ahora que andan diciendo que si se reúnen lo harán por cortesía y no por nada mas.

Pues bien, en las elecciones de 1966 los populares obtenían 156 diputados, CiU 15, el PNV 5 y CC 4.O sea que los 5 votos del PNV fueron determinantes  para que gobernara el PP. Logrando  CiU en el pacto de Majestic que a cambio de sus  votos, Cataluña obtuviera más competencias; así como con los 5 del PNV después de unas negociaciones “complicadas” se adjudicaran, entre otras competencias la seguridad social, puertos y aeropuertos.

Con todo estos retazos históricos el buscar y enarbolar pudor y consecuencia en los pactos políticos es perder el tiempo; lo que prima y es fundamental es la obtención del poder. Y si, tanto Sánchez como Feijóo están en ese camino tienen que saber, y lo saben por componendas anteriores, que el poder no lo detentan, el poder ha estado y estará en la posición que tomen los nacionalismos; que a parte de obtener prebendas para sus territorios como en  pactos anteriores no han cesado  en la reivindicación de sus soberanías y  exigir el derecho a la autodeterminación de sus pueblos.

Los nacionalistas tienen en sus manos el gobierno de España y más concretamente y definitivamente la posición que adopte el PNV con sus 5 diputados. Ni progresismo ni nada que se le parezca, donde obtengan  importantes competencias para su territorio allí van a estar. Como lo han hecho siempre.