Opinión

En el camino de la historia: ¿Está Occidente en decadencia?

Por Juan Jesús Ayala.

Estaba claro que a Occidente se le pretendía sacar por la dinámica de la historia hacia un nuevo paradigma del Orden Mundial perdiendo su prevalencia en el concierto de las naciones, sobre todo, por la emergencia de un nuevo imperio, el Chino, en alianza con el imperialismo ruso de Putin, por lo cual se presagiaba y todo apuntaba que esto funcionaria así, cuyo objetivo era derrotar a EE. UU. considerado el paladín defensor de Occidente y como primera potencia mundial.

Pero la cuestiónen pocos días y a velocidad de vértigo mediante un fleje, que parece inacabable, de decisiones y pactos por parte de la administraciónnorteamericana, el rumbo de los acontecimientos ha cambiado el orden preestablecido entreEE. UU. defensor de Occidente  y el enemigo ruso, donde el abrazo y los apretones de manos no paran, a espaldas de ese Occidente que  comienza unadecadencia que no ha terminado.

Desde el final de la primera guerra, en 1918, Oswald Spengler publicó su primer tomo “La decadencia de Occidente”, donde describe la desilusión que afligía a toda Europa, y que EE. UU. tras la Segunda Guerra logró poner en pie un orden mundial liberal y que ahora, paradójicamente, se ha decidido por parte de Trump abandonar el papel que la historia le había asignado a su país, puesto que en este periodo de tiempo de cooperación, Rusia se potencia y China va camino de ser la primera potencia mundial (ya es la segunda) mientras los occidentales se retraen a la hora de defender sus principios, donde se confunden progreso con sumisión, por lo que se llega a la conclusión, según las imprevistas alianzas entre Rusia y la gran parte de Occidente, EE. UU., que lo que le queda a Europaes bien poco en poderío e influencia industrial lo cual según algunos historiadores no solo se pone en peligro el orden mundial liberal, sino que es la propia democracia  la que se pone en peligro.

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Spengler daba de plazo desde que escribió su libro en 1918 que la decadencia estaba cerca, pero ha durado más de 100 años de lo previsto, lo que ha puesto al mundo en un punto de no retorno a las políticas occidentales, cuando buena parte de ese Occidente ha dado un paso reivindicativo no para alentar al nuevo orden, sino para revertirlo, que según el filósofo iraní-canadiense, Ramin Jahanbeglo, va más allá y considera que estamos en un proceso de “des civilización” de la sociedad, que no significa ausencia de civilización, sino “un estado de civilización sin sentido e irreflexivo”, con un “déficit de empatía” no solo en Occidente sino en el mundo en general. Lo que, ante este panorama de plena incertidumbre, reafirman intelectuales alemanes de la talla del historiador, Heindrich August Winkler  atreviéndose a decir  que “Hoy vivimos la ruptura más profunda en la  historia desde la caída del Muro de Berlín”.

Y ante las reversiones de alianzas donde dos superpotencias en trances de entrar en colisión, se dan un abrazo y pretenden caminar juntos por los angostos senderos de una nueva historia dondeel emperador desaforado como se conoce al mandatario americano ha dejado a sus hijos menores (Europa-Occidente) sin protección y que actúa como un gorila, no acorralado, ni mucho menos, sino ya rotas las rejas de su jaula se dispone con un marrón en las manos a destruir el  viejo orden adelantándose a toda costa y al precio que fuera antes que alguien se le ocurriera   reemplazarlo.

Lo importante es demostrar su poderío, que lo tiene en sus arriesgadas y temerarias decisiones que por muy alejadas de la verdad  con la mentira como  categoría en alta estima y con la fuerza de la propaganda de los que le asisten y acompañan en esta “empresa” política, de momento consigue lo que pregona.

Y lo único que pudiera valernos de cierto desahogo  y en la transitoriedad de los acontecimientos que estos pasaran porque los efectos que se buscan se dislocan en la diacronía de la historia y quizás tengamos que recurrir  a lo que en su día escribió Antonio Machado, “ni el pasado ha muerto, ni está el mañana, ni el ayer escrito”. 

La Dehesa, último rincón herreño para la Gamonsilla (Androcymbium hierrense).

Por Juan Manuel Martínez Carmona *.

Escabrosos malpaises y barranqueras rompen la pendiente abruptamente en el acantilado de Garañones, límite occidental de El Hierro. Más allá, puro océano. Esparcidos por doquier, leños y tocones imputrescibles atestiguan hasta donde llegaba el sabinar, víctima del endurecimiento climático. No obstante, refugiadas en rincones propensos a humedades, sobreviven contados ejemplares, entre ellos una sabina monumental. Iramas, verodes, tabaibas y mechas integran el apretado matorral, que en pleno invierno irradia eufórico con las floraciones de gamonas y gamonsillas, acaparando la atención de los insectos polinizadores cuando la mayoría de plantas descansan. Sutilmente, las dos especies, generosas en néctar, evitan competir por el favor de los invertebrados: la altiva gamona ofrece sus flores a avispas y abejas, mientras la gamonsilla, a ras de suelo, invita al trasiego de las hormigas. Consumada la temprana reproducción, resistirán calores y sequía del estío, implacable en estos parajes, transformadas en rizomas subterráneos repletos de nutritivo almidón.  

En pleno letime de Garañones concluyó la expansión del género botánico al que pertenece nuestra gamonsilla (Androcymbium hierrense). Su aventura empezó en África del Sur, que acoge en la actualidad el 90% de las cincuenta y seis especies descritas. Durante un periodo climático seco, a finales de la era Terciaria, comenzó la difusión de esta estirpe, aprovechando la apertura de un corredor árido en el este de África. De esta manera alcanzó el norte del continente y desde allí, arrastradas las semillas por temporales de viento y calima, colonizó Canarias, donde conviven dos especies: Androcymbium psammophilum (Fuerteventura y Lanzarote) y Androcymbium hierrense (Hierro, Gomera y La Palma). Esta última declarada en peligro de extinción tanto en el Catálogo Canario de Especies Protegidas como en el Español.  

La gamonsilla protagoniza, entre los meses de diciembre y febrero, la transformación maravillosa del micropaisaje sobre el pavimento de lava. Manchones densos, en ocasiones integrados por cientos de ejemplares, afloran entre los 300 y 450 metros de altura al oeste de la isla. Del tallo subterráneo brotan gráciles hojas acintadas que preceden en el tiempo a las grandes y vistosas flores, dispuestas en solitario o agrupadas en parejas, de a tres o, incluso excepcionalmente, de a cuatro. En su interior, robustos estambres verdosos con las cimas repletas de polen aguardan el vagabundeo de las hormigas visitando flores ávidas de néctar. Impregnado de corpúsculos reproductores, el insecto propicia la polinización cruzada entre los diferentes pies. La floración acelera el ciclo vital de la gamonsilla y en apenas dos o tres semanas maduran los frutos, pequeñas cápsulas llenas de semillas. Pero, en poco tiempo, desaparece todo rastro de la planta sobre el terreno, acogida a su condición de tallo subterráneo. Así yace la mayor parte del año, esperando las lluvias. En ocasiones, durante inviernos generosos en precipitaciones, acontecen auténticas “explosiones” de gamonsillas, multiplicándose en el territorio. Si bien las flores y hojas pueden ser devoradas por herbívoros (conejos, cabras, ovejas), no ocurre lo mismo con el rizoma que, además de almidón, contiene colchicina, alcaloide disuasorio frente a los mamíferos.  

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Gamona (Asphodelus ramosus) y cebolleta (Asphodelus tenuifolius)

En contraste con la discreta gamonsilla, común sólo en localizados enclaves de la isla, gamonas y cebolletas exhiben su dominancia biológica en zonas bajas y medianías, curtidas en padecer sequías, suelos pobres, la fuerza del sol y el acoso del ganado. Estirpe de origen mediterráneo, allí donde apenas crece nada, aparecen los campos de gamonas, relacionados en la Grecia clásica con la residencia en el más allá de las almas que no pueden tener ni premio ni castigo. Durante el invierno y la primavera temprana, alzan vigorosas inflorescencias que, en el caso de la gamona, pueden superar el metro y medio de altura. La cebolleta, más modesta, apenas alcanza el medio metro, además de presentar hojas cilíndricas. Ricas en néctar, las flores seducen a abejas y avispas; contribuyendo, de hecho, a la obtención de una miel exquisita. Por otro lado, aprovechando este trasiego de insectos entre las floraciones, los campos de gamonas representan magníficos observatorios del microcosmos faunístico, permitiéndonos apreciar diferentes especies de avispas y, también, de glotones escarabajos hartándose de polen.  

Estrategia de vida común entre las plantas más evolucionadas del gran grupo de las Monocotiledonas (tagorontías, ñameras, plataneras, etc.), gamonas y cebolletas desarrollan tallos subterráneos, como batatas, almacenando reservas en forma de almidón y protegiendo las yemas en un ambiente fresco y estable. Podríamos hablar de plantas trogloditas, puesto que la mayor parte del año yacen bajo tierra. Avanzado el invierno, las hojas parecen brotar directamente del suelo, pero no es así (aunque haya tallos sin hojas, nunca hay hojas sin tallo). En realidad, emergen desde yemas situadas a faz del terreno. Esta forma de vida propicia que los incendios apenas afecten a gamonas y cebolletas, rebrotando con fuerza tras el paso del fuego. Merece la pena reparar con atención en los diferentes aprovechamientos proporcionados por las gamonas. Tanto las hojas, mejor secas porque contienen menos concentración de la tóxica asfoledina, como los gruesos y cumplidos rizomas, representan un formidable pienso para el ganado. Los cochinos hozan buscando el nutritivo alimento, mientras los pastores herreños comentan que no todas las ovejas saben desenterrar rizomas, dejando siempre ejemplares en la manada que enseñaran a los demás. De hecho, gamonas y flores de ajinajos sustentaban rebaños durante la mudada de verano en La Dehesa. Los humanos también consumieron gamonas, sobre todo en periodos de hambrunas. Después, eso sí, de hervir bien hojas, se apreciaba en particular su parte basal blanquecina, y rizomas para eliminar alcaloides. En general, se evitaba recolectar la planta mientras estuviera espigada en flor. Por otro lado, entre sus usos medicinales, el rizoma amasado con vinagre y gofio era empleado tanto en el tratamiento de la tetera en ubres de vacas y cabras, como para sanar tumores, llagas y eczemas en la piel de las personas. Uso más prosaico, en otros tiempos, los livianos tallos fueron empleados como varillas para los cohetes voladores.           

*Juan Manuel Martínez Carmona, Biólogo.    

 Crónicas pretéritas: Plan de riego para la comarca de San Andrés e Isora

Por Donacio Cejas Padrón.

Con fondos propios, el Gobierno de Canarias ejecuta un ambicioso plan de riego para las zonas  de San Andrés, La Cuesta e Isora en la parte alta de nuestra isla, el mismo ha sido presentado el viernes en Isora, con presencia del Presidente del Gobierno de Canarias Sr. Fernando Clavijo, el Consejero de Agricultura Sr. Narvay Quintero, y el lunes en San Andrés, con presencia también de técnicos del gobierno y autoridades regionales e insulares, así como nuestro Senador.

Me he puesto a estudiar este proyecto y las repercusiones que sin duda el mismo ha de tener para nuestra isla, y no puedo menos que llamarlo el pequeño Plan Badajoz ejecutado por El Gobierno  en la zona de Extremadura  en los años cincuenta del pasado siglo, y que cambió radicalmente la vida de miles y miles de españoles, creo sinceramente que también a nuestra isla le ha llegado una época, una oportunidad, que si se lleva a feliz término, sin duda alguna transformará el paisaje y la económica de nuestro marco insular. La Meseta de Nisdafe y toda la zona que abarcará este proyecto, dispone de unas tierras  excelentes, en su mayoría llanas o de suaves pendientes, de fácil acceso, muy apropiadas para el laboreo de las mismas, aptas para varios cultivos, así como para la ganadería.

No seré yo quien pretenda dar explicaciones técnicas del ambicioso plan, algo que ya han hecho las autoridades, lo único que humildemente pretendo es considerar el valor del proyecto, y  avisar de las transformaciones que el mismo ha de producir en la vida social y económica de la isla, y es posible que en adelante esa zona se convierta en un polo de atracción para que jóvenes tomen la agricultura y la ganadería como profesión, y dejen de mirar al horizonte de la emigración como única meta, tal y como tuvimos que hacer los jóvenes de varias generaciones.

Cierto es que el proyecto requerirá de tiempo para irse desarrollando, pero seguro que en fechas no muy lejanas ya empezaremos a ver los resultados.

Me acuerdo de los primeros pasos que se dieron en El Golfo en la década de los años sesenta, las primeras reuniones con los técnicos de Extensión Agraria entre los que recordamos a nuestro ilustre paisano Rafael Armas, al que nuestro valle tanto  le  debe, lo que se hablaba y prometía entonces parecía un sueño irrealizable, y fue la tenacidad de las autoridades y otros factores concurrentes lo que propició el progreso de que disfrutamos en Frontera, fue determinante la acción del Cabildo Insular, regido entonces por  aquel gran hombre que fue D. Matías Castañeda, que viendo los sondeos que se estaban realizando en Lanzarote para estudiar el subsuelo de la isla, se plantó inmediatamente en Madrid en El Geológico del Ministerio de Obras Públicas, suya sede después conocí, pues por un tiempo pertenecí al cuerpo de técnicos del mismo, situado en la calle Claudio Coello 106 de Madrid, pidiendo insistentemente a los Ingenieros D. Federico Macao y D. Dámaso Fernández Matute, que ese mismo estudio se hiciera en El Hierro antes que los equipos regresaran a Madrid, y ellos atendieron las razones que impulsaban  al Presidente de El Cabildo, y accedieron  al traslado desde Lanzarote a El Hierro de las máquinas de sondeos y el personal técnico, entre los que recordamos a D. Ángel González, D. Jose Esteve, y los jóvenes sondistas José María  y Manolo, y yo mismo que hice curso en Madrid en enero de 1,966 en La Escuela de Sondistas, y me vine con mi  diploma como tal, si bien es verdad que ejerció por poco tiempo, pues ya yo había decidido irme para Venezuela, de lo cual siempre me he alegrado.

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De los resultados de los sondeos que se hicieron entonces, se supo la cantidad y calidad del agua  que había en el subsuelo, y ello fue determinante para que el estado otorgara subvenciones y ayudas para nuevas fincas, y los sueños que al principio parecían irrealizables poco a poco fueron convirtiéndose en realidad, y hoy nuestro valle es el motor económico de la isla, merced al trabajo constante de los herreños y palmeros que han dado lo mejor de sus años de vida al progreso de nuestra tierra.

Quiera Dios que ahora, en la zona de San Andrés, La Cuesta e Isora, se empiecen a concebir un nuevo sueño, y que poco a poco se convierta en la realidad que todos esperamos.

Suerte ha tenido nuestra querida isla con ese Consejero de Agricultura,  del Gobierno de Canarias, un isorano sencillo y humilde con una increíble capacidad de trabajo, que está dando a nuestras islas lo mejor de sus años todavía mozos, y que pasará a la historia  como un referente a imitar por  quienes en adelante decidan dedicarse al servicio público.  Amigo Narvay encarnas perfectamente aquella frase de Bolívar cuando dijo. EL QUE DA TODO POR LA PATRIA NO PIERDE NADA Y GANA GLORIA, Y TU TE LA ESTAS GANANDO SOBRADAMENTE.

Si Dios quiere y los sueños de progreso de las partes altas de la isla  sé convierten en realidad y un día viésemos los frutales ofreciéndonos sus deliciosas maravillas, entonces   los herreños podríamos repetir aquel  recordado estribillo de la antañona y cadenciosa MEDA.

Quien ha visto en el dorado un duraznero plantado.                     

Merece nuestro reconocimiento el actual Presidente de El Gobierno de Canarias Sr. Clavijo  y su equipo de gobierno, por el gran interés que han puesto en esta obra tan determinante para el futuro de El Hierro, y  todas las autoridades que han dado también su apoyo y su trabajo, a todos ellos, la gratitud de los herreños.

La Restinga al límite

Por David Cabrera de León.

El pueblo pesquero de La Restinga se ha convertido en el epicentro de una crisis humanitaria que parece no tener fin. En 2024, la isla recibió más de 22.000 migrantes, una cifra que duplica su población total. Este año, tan solo en enero, más de 4.000 personas han llegado a sus costas.

Los vecinos de La Restinga, que durante años han demostrado una solidaridad ejemplar, hoy alzan su voz en señal de hartazgo. No es xenofobia lo que expresan, sino el cansancio de una comunidad que ve cómo su forma de vida se desmorona bajo el peso de una crisis que les sobrepasa.

El muelle, su centro de actividad pesquera y turística, se ha transformado en un improvisado campo de refugiados. Más de la mitad de su superficie está ocupada por estructuras prefabricadas, con más de 40 contenedores y vallas que cierran el acceso, ofreciendo un panorama desolador tanto para los residentes como para los turistas.

La economía local, basada en la pesca, el buceo y el turismo, se tambalea. Los veleros ya no encuentran espacio para atracar, los visitantes cancelan sus reservas, y las aguas, que antes los atraía, ahora están marcadas por la presencia constante de la tragedia humana. 

Contaminación, malos olores, ruidos, basura y muchísima indiferencia y burocracia son solo algunos de los problemas que denuncian los vecinos. Y eso no es lo peor, los servicios básicos también se han visto comprometidos, médicos y ambulancias se encuentran al límite de su capacidad asistencial. 

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Desde El Hierro ya estamos coordinando esfuerzos con el Gobierno central para trasladar las instalaciones de apoyo a migrantes desde el puerto a una ubicación cercana, en un intento de minimizar las interrupciones a la vida local. Pero se necesitan más acciones y es hora de que Europa despierte ante esta realidad. La Restinga no puede seguir siendo la puerta trasera de un continente que mira hacia otro lado. Necesitamos una política migratoria coherente, humana y efectiva que aborde las causas profundas de este éxodo masivo.

Mientras tanto, los herreños seguimos atrapados entre la compasión y la desesperación, preguntándonos cuánto más podremos soportar hasta que alguien tome cartas en el asunto. La solidaridad tiene un límite, y ese límite se está alcanzando. No se trata solo de números y estadísticas; hablamos de vidas humanas en ambos lados de la ecuación. Por un lado, los migrantes que arriesgan todo en busca de un futuro mejor; por otro, un pueblo que ve cómo su vida y su trabajo se ve amenazado.

Es urgente que las autoridades con competencia actúen. La reubicación de las zonas de destrucción de pateras, la implementación de protocolos efectivos para la gestión de residuos, y la garantía de servicios médicos son solo algunas de las medidas que los vecinos ya han reclamado con urgencia en reuniones y reivindicaciones.

Y mientras las olas siguen trayendo a nuestras costas sueños naufragados, La Restinga lucha por no ahogarse en un mar de indiferencia y burocracias.

Isla de Ferro. Somos territorio

Por Alexis W.

En los años 20 del Siglo XXI asistimos a un rápido proceso de transformación social y cultural  de la sociedad herreña contemporánea y su mas preciado bien, el territorio. El paisaje no es solo una imagen estática, sino un espacio habitado física y emocionalmente, cargado de historias y significados. La isla no es solo tierra, es memoria, no es solo roca, es relato. En cada pliegue de sus acantilados, en cada corte de carretera donde la tierra se quiebra en ocres y rojizos, en cada sombra que deja el sol al morir la tarde, El Hierro habla el lenguaje silencioso de los colores macaronésicos. La tierra no nos pertenece, formamos parte de ella y es por ello que las intervenciones cromáticas  que el proyecto  “ Isla de Ferro “ lleva trabajando los últimos 20 años no buscan domesticar la naturaleza, sino revelar su alma y permitir que quienes la habitan se reconozcan en ella como un elemento  orgánico más. Somos territorio.

Esta iniciativa quiere generar un puente entre la memoria geológica de la isla y la identidad de su gente, quiere ser una invitación a ver y entender el territorio con otra sensibilidad.  El proyecto “ Isla de Ferro “ no busca imponer una estética foránea ni transformar el paisaje en algo ajeno, sino resaltar su esencia cromática. A través del uso del sulfato de hierro, devolvemos a las manchas de cemento los tonos que ya existen en las laderas y barrancos, en las cicatrices geológicas de la isla. Lo que antes era un espacio deteriorado visualmente ahora se convierte en una extensión del paisaje insular, en un testimonio simbólico del respeto de sus habitantes por la isla.

El color en este proyecto no solo define el paisaje, sino que también se convierte en un lenguaje simbólico que comunica identidad, memoria y pertenencia. En el caso de la Isla de el Hierro, esta gama cromática no es solo una elección estética, sino un símbolo de la relación histórica de los habitantes con el lugar. El ejemplo mas claro lo encontramos en una teoría sobre el origen del nombre de la isla, que curiosamente se relaciona con los colores ferrosos del paisaje que veían los navegantes desde el mar y les hacía pensar en la existencia del mineral. Así lo atestiguan las numerosas cartografías europeas  anteriores y posteriores a la conquista del archipiélago que utilizaban para nombrarla los étimos latinos “ Isla de ferro “ o “ isla de fer”. 

La Frontera Activa. Haciendo pueblo”. Un proyecto de participación ciudadana. Un compromiso con salvaguardar  nuestro patrimonio material e inmaterial.

El pasado diciembre acabo la primera fase de “ La Frontera Activa. Haciendo pueblo “. Una apuesta del Ayuntamiento de La Frontera que se marcaba varios objetivos: el embellecimiento y la dignificación de rincones deteriorados visualmente en diferentes  entramados urbanos del municipio y sobre todo, la creación de un espacio necesario para el re encuentro entre la institución y todas las sensibilidades que habitan el territorio. Los ciudadanos. Durante este tiempo, institución y vecinos, hemos trabajado con diferentes herramientas y lenguajes los valores de pertenencia, la idea de que un pueblo vive y respira en la medida que su gente lo cuida, honra y  sueña. Durante seis meses, hemos documentado el patrimonio material e inmaterial de los barrios, desde Las Puntas a Sabinosa tocamos las puertas invitando a los vecinos a ser escuchados y participar en encuentros para reunirnos, oírnos y entender las encrucijadas de nuestros barrios con los ojos de quienes mejor los conocen. Las personas que lo habitan .

Un pueblo bello es un pueblo que se respeta, que se valora, que se sabe parte de algo más grande y  no siente complejos de reconocerse en lo pequeño. Cada mancha de cemento intervenida, es de una manera metafórica el testimonio del compromiso colectivo y la voluntad de construir un municipio más bonito, interesante y respetuoso. Hemos convertido callejones en lienzos, fachadas en relatos y piedras en testigos de una comunidad que quiere  ser moderna sin dejar de reconocerse en su idílico imaginario rural.

Las plazas han sido testigos de estas confluencias donde se ha hablado de lo que fuimos y lo que queremos ser, lo que tenemos y lo que nos falta. Los vecinos han tomado y hecho suya la palabra, señalando los rincones que pedían cariño, atención y respeto para luego hacer un diagnóstico comunitario y explorar  juntos, las múltiples posibilidades de desarrollo de cada zona.   

Los tiempos en las dinámicas de  La Frontera Activa han sido concebidos como el proceso orgánico de sembrar una semilla, una esperanza. Entonces esta presentación, no es un final de algo, sino el comienzo de algo bello y hermoso: recuperar de nuevo la ilusión por volver a vivir en armonía y equilibrio con el paisaje que nos acoge, demostrar con hechos que amamos esta tierra. El proyecto de isla, concebido como una responsabilidad colectiva, requiere del compromiso de todos los estamentos de la sociedad herreña, siendo esa una de las metas de esta iniciativa. La institución necesita  a los vecinos y los vecinos necesitamos a la institución. 

Hemos sido ambiciosos en los propósitos marcados, somos pocos, la escala humana y geográfica de la isla nos permite soñar con la meta y la idea de que aquí todo es posible. Creemos en la gente y en el poder de la ilusión, contamos con el amor de los herreños por nuestra tierra como la mejor arma posible para cambiar  algunas realidades que nos desacreditan como pueblo. Si trabajamos y caminamos juntos, podemos empezar a decir que vivimos en lo mas parecido que conocemos al paraíso.  Si no, perderemos la oportunidad que nos diferencia de las islas hermanas.

Entonces el verdadero impacto del proyecto La Frontera Activa no lo podemos medir solo en la estética renovada de sus espacios, sino en la transformación social que ha generado y quiere seguir generando. El embellecimiento de los barrios no es un fin en sí mismo, sino un medio para fortalecer los lazos comunitarios, incentivar el respeto por el espacio público y fomentar una cultura de cuidado y pertenencia. Cada rincón renovado es un símbolo de lo que podemos lograr cuando hablamos el mismo lenguaje y caminamos  juntos.

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Una nueva herramienta de innovación en el modelo  turístico sostenible: re descubriendo La Frontera.

El proyecto Isla de Ferro se mueve en varios frentes de actuación. Por un lado es una iniciativa  paisajística que en su desarrollo ha ido aportando nuevas poéticas al imaginario visual del paisaje insular, ya son unos cuantos kilómetros cuadrados de gris de cemento que hemos transformado en nuestros colores. Los acabados con tonalidades ferrosas en los altos de las paredes han creado una nueva tipología en nuestra cultura de la piedra. Los nuevos tiempos han convertido la Isla de El Hierro en un destino turístico. En este ámbito IDF ha construido  innovadoras herramienta para conocer la isla, como  la guía publicada por el Cabildo Insular “ El Hierro. La isla del color “, demostrado que estamos innovando en el modelo turístico sostenible. 

“ La Frontera “, entendida como destino, quiere ser una historia viva que se descubre en el ejercicio de andar y observar. Este proyecto  ha querido amplificar y enriquecer  la imagen de La Frontera y nuestra isla,  la manera en que la sentimos, pensamos  y celebramos. Hemos creado nuevas rutas y experiencias invitando a vecinos y visitantes a deambular  por nuestras calles con el respeto de quien pisa terreno sagrado, con la curiosidad del que redescubre su propia casa, sintiendo asombro por lo cotidiano, tomando conciencia de que cada piedra, cada muro, cada callejón y cada topónimo es una parte de nosotros. Con este proyecto, el municipio apuesta por la experiencia de perdernos acompañados del silencio para descubrir la belleza de lo imperfecto que se dibuja en este territorio que es un poema inacabado, escrito por el tiempo y  sus moradores.

Se ha trabajado la imagen de la “ La Frontera “ como un destino por descubrir, para los vecinos y los que nos visitan. Los atractivos no son solo una postal, sino una experiencia viva, una invitación a adentrarse en los callejones donde la historia respira, a mezclarse en las plazas donde el paisanaje se encuentra, a reconocernos en las huellas que han dejado nuestros antepasados. Cada calle y cada barrio  es el capítulo de un libro abierto, una historia que espera ser descubierta. En esta isla, hasta la piedra más pequeña tiene una historia que contar. Los trazos de Ferro siguen uniendo, hermanando, creando redes y sinergias entre los diferentes poblamientos y sensibilidades del municipio y la isla. Amamos nuestra tierra y lo demostramos no solo con palabras sino con cada gesto, con cada pincelada, con cada papel que recogemos del suelo. 

Isla de Ferro. Seguimos haciendo pueblo, haciendo isla.

El proyecto que lleva 20 años trabajando un discurso propio sobre la poética de los colores insulares ha dado un pequeño gran paso con esta apuesta del Ayuntamiento de La Frontera por la participación ciudadana como estrategia para conseguir un cambio de ciertas actitudes en la comunidad. Esta dinámica participativa quiere convertirse en un ejemplo para el resto de pueblos de El Hierro y Canarias de que solo la institución y los vecinos caminando juntos podemos cambiar algunas cuestiones y actitudes sobre la realidad y las problemáticas en relación de convivencia del humano con el  paisaje natural y urbano.

Estamos felices de anunciar que seguimos sembrando ilusión y esperanza en otros rincones de nuestra querida y amada isla. Como el viento que esparce las semillas por nuevas tierras, extendemos nuestras raíces  tejiendo sueños e ilusión junto al Ayuntamiento de Valverde. Un plan estratégico para trabajar la misma dinámica con una estructura adaptada a la idiosincracia de cada pueblo, siendo los poblamientos  de San Andrés, Tiñor, Isora, las Rozas ( Azofa )  y La Villa de Valverde los protagonistas de este  primer paso para dignificar juntos nuestros huertos, caminos, pueblos y barrios. 

Estas palabras son un llamado a aportar su grano de arena a todos los que sienten una responsabilidad con el territorio mas allá del hecho mismo de habitarlo, a todos los aman esta tierra, a todos los que creen en el poder de la comunidad y la importancia del espacio mas democrático que existe, lo público, a los que saben que un pueblo no es solo un lugar en el mapa, sino un sentimiento compartido que se hace mas fuerte y verdadero en la medida que tiene la capacidad de involucrar a todos los estamentos que lo componen. 

“La Frontera Activa. Haciendo pueblo”.

Aprovechando este artículo me gustaría aprovechar para invitarles a tod@s a la presentación del material audiovisual que durante seis meses ( 2024 ) mostró las dinámicas y valores del proyecto de participación ciudadana  “ La Frontera Activa. Creando Pueblo “ ( viernes 21 de febrero a las 20:30 horas ). En este relato visual mostraremos el antes y el después, el ayer y el hoy del municipio, conoceremos el significado y los valores  de este proyecto de ilusión y amor por nuestra tierra. Descubriremos  la belleza que siempre estuvo ahí, esperando ser mirada con nuevos ojos. La proyección del video  tendrá lugar en el salón Multidisciplinar de Merese, acabará con la actuación del Grupo Musical de La Frontera  y un vino.  O dos.

Seguimos haciendo pueblo, haciendo isla.

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