Aunque nació en Venezuela, como muchos hijos de canarios emigrantes, Francisco Armas se siente de Isora, pueblo del que son naturales sus padres, y es el nombre de El Hierro el que lleva en cada triunfo asociado a su faceta artística.
GMº/Es el caso del Creative Art Awards, un importante reconocimiento en el ámbito canario que se viene concediendo desde hace 5 años con motivo del Ten-Diez Movement y que Francisco consiguió, entre 34 artistas, gracias a las esculturas de bronce “El beso inevitable”, “La Muerte y la Inocencia”, “Llévame” y “Dónde estés, y como sea... llego a ti”, “que intentan llevar a la tridimensionalidad una serie de inquietudes e interrogantes muy personales, a nivel espiritual, pero con el humor como vehículo para llegar al espectador”, afirma el autor.
Sus esculturas, así como las obras de los participantes, estarán expuesto en el Baobab Suites hasta el próximo 26 de noviembre, en el marco del festival Ten-Diez Movement, patrocinado por Canon, GoPro y Lucroit, así como con un gran número de empresas locales, con el apoyo del Ayuntamiento de Adeje y de "Arts Lifestyle & Shopping, Los Cristianos-Arona".
Francisco, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna. “Desde niño, mi mayor entretenimiento y pasión era una caja de creyones y un papel, técnica que utilizaba mi madre para mantenerme calmado en cualquier sitio - afirma Kiko- ahora vendo retratos, entre otras cosas, por lo que me considero afortunado; aun así, no puedo decir que pueda vivir sólo de la creación artística y a pocos he conocido que puedan hacerlo”, reconoce el premiado, que actualmente tiene un taller de enmarcación, formación, dibujo y escultura en Candelaria, Tenerife, desde el que instruye a niños y adultos en diferentes disciplinas.
Sin embargo, Francisco Armas afirma, en su entrevista para Gaceta del Merdiaino, que la insularidad es un hándicap para los artistas, principalmente por las limitaciones que supone el transporte de las obras (precio y garantías de conservación) a otros lugares. “Es por ello que valoro especialmente el esfuerzo de Ten-Diez Movement y todos aquellos que, de una u otra forma, ponen en valor el gran talento artístico que hay en las Islas, motivando que los jóvenes no pierdan la esperanza y sigan creando cultura”, explica, mientras reconoce que el panorama no es alentador.
“Hay buenas iniciativas en pueblos y ciudades como decoración de fachadas y espacios públicos, pero las buenas obras de arte urbano que tenemos en Canarias son desconocidas y poco valoradas”, añade como ejemplo. “Carecemos de posibilidades de formación acordes al interés que suscita el arte; de galerías y salas suficientes, talleres o espacios de trabajo a precios razonables a los que se pueda acceder de acuerdo a la escasa valoración económica a la que nos enfrentamos”, dice Francisco.
“En El Hierro, sin ir más lejos, hay un buen abanico de artistas de gran nivel que podrían contribuir a acercar el arte al ciudadano, abogando por el mantenimiento de la cultura, y aunque los políticos son los encargados de la gestión, bastaría, quizás con que quisieran contar con apoyo y asesoramiento de los que realmente viven, respiran y palpan este mundo”, concluye Francisco Armas.