Por Juan Jesús Ayala.

La evolución política “nacionalista” desarrollada por Nueva Canarias desde 2012  en su III Congreso de 12 de noviembre hasta el V celebrado el pasado 10 de abril es ciertamente relevante en lo que se puede referir a la proclama leninista, “un paso adelante dos atrás”. La ponencia ideológica del III Congreso de 2012, entre otras cuestiones defendía el derecho de autodeterminación del  pueblo canario proponiendo un modelo federal a través de un nacionalismo reivindicativo y fuerte, asimétrico, que contemple el hecho diferencial canario,  iniciativa que requiere una reforma de la constitución, ya que NC aspira a que Canarias tenga el derecho a determinar su futuro y a definir que tipo de relación se pretende con el estado español.

Y en el V Congreso esta propuesta de la autodeterminación de los nacionalistas progresistas (progresar en el nacionalismo es llegar a que el territorio donde se ejerce la acción política se convierta en una nación investida con los ropajes institucionales de un estado) ya  deja de hacerse mención y remarca que Nueva Canarias aboga por una nueva condición política dejando atrás la condición de “nacionalista” considerándose una fuerza política “canarista” ya que lo de “nacionalismo” se vincula a sectores populistas de extrema derecha con reivindicaciones de carácter xenófobo y eurófobo” que pudiera  generar rechazo y que, además, no pretende ser un clon del PNV y de Esquerra Republicana tirando a la basura ideológica la decisión del parlamento catalán que no ha dejado de pronunciarse por amplia mayoría por el “derecho a decidir” del pueblo catalán a través  de una referéndum de autodeterminación. Así como lo aprobado por el parlamento vasco desde 1989, reafirmando esta posición en  2014 y con una propuesta de Estatuto Político desde 2003.

Ante esto seria conveniente remarcar que de los 193 miembros que componen la Asamblea General de las Naciones Unidas 80 países de esos 193 se han  consolidado como Estados por la vía del nacionalismo dejando atrás los viejos y sangrientos colonialismos y que a pesar de todo aun quedan 17 territorios a descolonizar entre ellos el Sahara Occidental sobre el cual se le ha hecho una  descarada reverencia a Mohamed VI por Pedro Sánchez acompañada por el silencio o si acaso una tibia respuesta por parte del nacionalismo canario, como si volviéramos a padecer la “modorra” que afectó a los aborígenes de la época de la conquista castellana.

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Nos parece bien que se defienda eso de la “canariedad” y lo del canarismo”  pero que no se mande al fondo de los barrancos ideológicos de la islas lo de nacionalismo por parte de Nueva Canarias,  aunque si debemos manifestar que el termino “canariedad” por mucho que se ufanen en darles vueltas y revueltas  a su significado, según la Academia Canaria de la Lengua “es un hecho lingüístico y cultural que se define como hispánico” y el diccionario español la acentúa como “condición de canario, especialmente amante de lo canario” pero que está vacío completamente de contendido ideológico siendo mas que otra cosa una marca que llevan desde nuestro productos, forma de hablar hasta las   maneras de folclorizarnos, pero la ideología nacionalista tiene que proyectarse mas allá. como  se hizo en su III Congreso.

El nacionalismo es una ideología, una de las mas relevantes del planeta, aunque aun quedan muchos pueblos ausentes de significado, vagando entre tutelas y opresiones que como las naciones que hoy están consolidadas tendrán que recorrer su mismo camino, aunque sea largo como menciona Hegel.

Ya quisiéramos los nacionalistas canarios emular la convicción nacionalista que tienen el pueblo vasco, catalán y hasta gallego para arrumbar hacia una consolidación territorial e institucional como nación con unos pilares ideológicos sin ambages y subterfugios ya que lo de la canariedad y canarismo (lo que, asimismo pregonan igualmente fuerzas estatalistas tales como PP, PSOE o PODEMOS) nos entorpece conduciéndonos a la ambigüedad camino de una pobreza conceptual  que nos aleja de un nacionalismo consecuente.