Por Juan Jesús Ayala (Filósofo).
A medida que el tiempo de uno transcurre dando cuenta de los años como van pasando y otras veces recordando vivencias que llenaban las tardes de Valverde y con más insistencia las del domingo cuando el futbol era protagonista, la nostalgia se acentúa, sobre todo, cuando tengo delante la fotografía de los que formábamos el equipo del Armiche, en aquel año de 1957.
El esquema de la composición de los equipos consistía en 1 Portero, 3 defensas, 2 medios volantes y 5 delanteros, bajo la disciplina del Comité Insular de Fútbol integrado por tres equipos, El Valverde, El Estrella y el nuestro, El Armiche
El Portero, Bordón, era el cabo de automovilismo que conducía la camioneta del cuartel. Eduardo el Zapatero, que se trasladaba desde San Andrés en su motocicleta, ocupaba el puesto de Interior Derecho. Juan Pedro Sánchez, un Medio volante derecho, con empuje y tesón. Manuel Viñas, un estilista correoso que conducía el camión de “la Pinocha”, medio volante izquierdo de mucho cuidado. Nicanor Hernández, un fogoso Extremo izquierdo, estudiante de bachillerato. Guillermo Padrón (Mito) un impetuoso Defensa derecho y albañil de categoría. Pancho Navarro, de familia de pescadores que ocupaba el Extremo derecho. Paco Padrón (hermano de Mito) que destacaba por su gran corpulencia de Delantero Centro. Miguelo Mérida, un buen Defensa izquierdo, estudiante. Mi primo Ramón Ayala, que con una fuerza descomunal en sus botas, que además de acaparar el campo de la fotografía era un Interior derecho de alto riesgo para la portería contraria. Y por último el que esto escribe, Juan Jesús Ayala, estudiante, que por eso no dejaba de ser un Defensa Central a lo Garay del Atlético Bilbao, no “palero” y si destacado por cortar, parar y centrar, pero cuando la ocasión era complicada los despejes impetuosos no se guardaban para mejor ocasión.
Tuvimos como presidentes a Don Paco Méndez, administrativo del ayuntamiento y sochantre de la iglesia, que contribuyó, además, con la Academia de Da Inocencia Duran, encargándose de las clases de latín y de música. Y a Don Isidro Padrón, retornado de la emigración de Venezuela, que gestionaba el bar Armiche; y como madrina del equipo, Esperanza Gutiérrez. Con nuestro entrenador en la figura de Cándido Magdaleno Cruz, que nos procuraba aplicar las tácticas de su equipo del alma cuando anduvo por la Argentina, El Atlético Boca Juniors.
Fueron páginas de la historia de cada uno que son recurrentes, que animan a que los buenos recuerdos se planten y den la cara no con la solemnidad y el ansia que llegaran aquellos domingos por la tarde en el campo de San Juan, sino que no nos importa que sea la nostalgia la que substituya el viejo tiempo haciéndolo nuevo, lleno de gratitud y de empeño.
Los segundos comienzos del futbol en Valverde fue el escenario perfecto para hacer nuevas amistades, donde el compañerismo superó los linderos entre los pueblos de la isla, y, además, funcionó como plataforma de lanzamiento del futbol herreño actual.