En el camino de la historia: Vamos a coger tunos

Por Juan Jesus Ayala.

Así se respondía cuando  veían al vecino o al familiar con los dispositivos necesarios  para realizar la labor de coger tunos, como se llaman en la isla a los higos picos o a los chumbos.  Era  el tiempo ya bien entrado el verano y en los primeros días de septiembre cuando las tuneras, o paletas,  brindaban su oferta alimenticia que fuera substituyendo   a las uvas a  los duraznos o a los higos cotios, como manjar , no como postre sino a cualquier hora del día que  apeteciera..

La  cogida del tuno y la operación a realizar   sin que sus picos estorbaran   con cierta garantía tenia sus requisitos y  protocolo .Si bien es verdad que algunos con su mano encallecida por las labores del campo  se  atrevía a cogerlos sin mas con unas simples  hojas de higuera  ya que sus    dedos hacían de tenaza, de cuchillo y tenedor. Pero generalmente había que tener preparada  una gran tijera fabricada de madera de nogal o sabina por el carpintero amigo o  adquirirla en la  tienda de Claudio Padrón o en la ferretería de Pedro Ávila donde sus dos palas  se dirigían con  la mano  por una abertura para el dedo pulgar  y la otra para el resto de los dedos luxando el tuno de la tunera para ponerlo en un envase disponible a esta especificidad  .Y una vez que  se llega al sitio que  las tuneras  ofrecían su fruto, bien los  amarillos o los blancos   se iba a los que pintaban como maduros  depositándolos  en un terreno acotado y cercano  en el que  se disponía  a realizar  quizás la tarea mas complicada de este proceso que era el “barrido” que generalmente se hacia con una escoba vieja y con mucho cuidado para que los picos, a veces invisibles, no volaran  y  se  introdujeran   por los sitios menos pensados, cuestión  a veces imposible porque  estos surcaban el aire y su control   era imprevisto; lo mismo, después de la tarea,  se encuentran en los dedos de las manos, cuando no en la lengua, o en los sitios  mas insospechados.  Una vez  terminado  el barrido,  se depositaban en ese cesto, generalmente de mimbre  y caña, aunque también  se recogían en cubos de plástico o de latón, llevándolos  para las casas  donde con el cuchillo y el tenedor se abrían  aunque a veces solo era el cuchillo con el que se quitaba la cáscara  y así  poder comerlos.

Los beneficios terapéuticos  del tuno canario, y por supuesto del herreño son de una relevante importancia  ya  que son  ricos en fibra, vitamina C que refuerza el sistema  inmune, ahora cuestión muy de moda con la Covid- 19, vitaminas del grupo B, potasio y , antioxidantes, que aunque nos decían  que  “ tupían”, funciona  como todo lo contrario porque es un buen laxante, salvo que se coman en exceso. A parte también posee  un pigmento denominado   ,betalaina, que actúa como aterolitico facilitando no se produzcan  placas de ateromas, (de grasa) en las arterias;  por lo que  es recomendable  para aquellas personas  que viven   con mucho stress y tienen hábitos de vida poco saludables.

{module Publicidad veterinaria – Pie}

Tanto el  tuno canario como el herreño tuvieron  su época de esplendor desde el siglo XV que se implantó en Canarias y ,sobre todo, en  El Hierro .Sin embargo, habrá que decir que el tuno herreño lleva tiempo en horas bajas y vemos  en muchos terrenos   de la isla  como  sobre los bordes de las carreteras   se derraman  las  tuneras que no soportan el peso del  fruto , olvidados para su consumo cuando épocas atrás junto con el queso rallado y gofio amasado “mataba “el hambre de la población.

En la  isla , no obstante donde actualmente prevalece  una producción importante, entre otros frutos,  de piña, mangos , mangas , aguacates o higos pasados  se está considerando  para su explotación comercial   la producción de este alimento   cuya falta  se deja ver  en los restaurantes  y casas de comida . Es difícil, no cabe duda, su acondicionamiento culinario por la tarea que acarrea, pero si se llegara   a propiciar su consumo de esta o aquella manera, no cabe duda  que se estará aprovechando  la capacidad  terapéutica  y el exquisito sabor dulce de una fruta  que está a la espera de una nueva y fructífera recolección en   el próximo tiempo .

El tuno herreño  es un alimento  que por las  propiedades que tiene   debe  dársele   salida   para que de alguna manera retrocedamos  en la  historia y  se pueda volver    cuando alguien   pregunte al que vea con  los aditamentos necesarios y de rigor-  como  hace  Pilar en su finca de Tenesedra- ¿a dónde vas?  responda : “vamos a coger tunos”.

Además, es una lástima   que mientras gran parte de la humanidad pasa hambre tengamos tuneras esparcidas por Canarias, por la isla, que se pudren  y se abandonen decantando  nuestra alimentación, muchas veces, por un sin fin de productos que  bien  pudiéramos considerar, hasta  cierto punto, tóxicos.

DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicidad

Publicidad