El pueblo de El Golfo rindió homenaje este miércoles, 23 de julio, a la Virgen de Los Reyes. La jornada comenzó sobre las 10:50 horas con la primera “Venia” del día, a cargo de los más pequeños, visiblemente emocionados y con los nervios a flor de piel por bailarle a su Patrona en su propio pueblo.
La jornada estuvo marcada por la lluvia, recordando el milagro de la patrona herreña.
Una llovizna suave comenzó a bañar el ambiente, hecho que recordaba el milagro de la Madre Amada, cuando en 1614 trajo el agua tan esperada que salvó a la isla de una severa sequía. “Ella” lucía para la ocasión un manto en tonos rosa palo y blanco, así como el dorado de sus “prendas” (joyas). La celebración continuó con la eucaristía en la Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria, acompañada por las tradicionales loas. Sin embargo, las condiciones meteorológicas impidieron que se realizara la procesión de los más pequeños alrededor de la Montaña de Joapira. Aun así, pudieron rendirle homenaje dentro del templo, recordando el verdadero propósito del traslado de la Virgen de Los Reyes, traer agua a la isla.
Por la tarde, el sol se abrió paso entre las nubes y permitió la salida en procesión por las calles de El Golfo. La comitiva partió de la Iglesia de Candelaria alrededor de las 17:30 horas, descendiendo hasta “Las Lapas”. Allí, con la montaña verde de fondo, se hizo una pausa para el descanso y el avituallamiento, mientras se reponían fuerzas para lo que quedaba de recorrido.
Cerca de las 18:30, la imagen, acompañada de san Lorenzo, retomó la marcha, dejando “Las Lapas” para avanzar hasta la “Plaza Amador”, donde se pudo disfrutar de una loa, una pieza musical y fuegos artificiales.
Al acercarse a Tigaday, pequeños y mayores se enlazaron en una “raya” para llegar juntos hasta la “Plaza de Tigaday”, donde se juntaron generaciones en honor a la Patrona. También se rindió homenaje a dos figuras fundamentales del grupo de bailarines y tocadores de El Golfo, Miguel Izquierdo y Kiko Castellano, antiguos guíos que han dejado un legado imborrable.
Cuando la Virgen se sentó en este descanso en Tigaday, la lluvia regresó, teniendo que ser trasladada a su corso para continuar el camino. Se reanudó la marcha hacia la iglesia sobre las 21:20 horas para ascender hasta el templo, donde descansará hasta mañana jueves, 24 de julio, día de su traslado al pueblo de San Andrés.
Quienes la acompañaban, empapados y satisfechos, no se quejaban del agua caída del cielo, porque es la forma que tiene el pueblo de agradecer a su Patrona que su isla no vuelva a pasar una sequía.
