Por Luciano Eutimio Armas Morales.
El espectáculo de una grúa cargando un contendedor lleno de libros y material escolar procedentes del laboratorio de biología y de geología, el más significativo del centro, es digno de una secuencia de la película “Fahrenheit 451”, inspirada en la novela distópica del mismo título escrita por Ray Bradbury en 1953, que tenía una fijación por la quema de libros ordenada por los nazis, que alguna vez presenció.
Pues esa escena casi distópica ocurrió el pasado día 15 en el instituto de Enseñanza Secundaria de Valverde IES Garoé, el único de la isla en el que se imparte bachillerato, cuando desalojaron la biblioteca y el laboratorio de biología y de geología para hacer hueco a las aulas de formación profesional que tenían que habilitar en el citado centro, ordenando se tiraran a la basura los libros y determinado material de laboratorio.
Y todo esto, provocado porque se iban a implantar determinados ciclos de formación profesional, lo que llaman Centro Integrado de Formación Profesional, y no se disponía de centro ni de aulas adecuadas para estas enseñanzas.
Y todo esto, se hizo en base a un documento firmado por el director del instituto, un peninsular sin arraigo en la isla, y por la directora del centro de formación profesional, que pertenece a una de las familias de AHÍ tradicionalmente más extractivas del Cabildo Insular, y que simplemente se limitaron a cumplir órdenes recibidas.
Y todo esto, sin conocimiento del equipo directivo, ni del claustro de profesores, ni de los alumnos, ni de las asociaciones de padres, ni de los sindicatos, ni de la comunidad educativa en general, ni de las instituciones de la isla, apelando a “la optimización de recursos públicos”. “¡Una frase muy enorme!”, como decía Pedro Grullo.
Este disparate provocó malestar en toda la población y reacciones de diversa índole, desde los sindicatos colmo el STEC e INSUCAN, o el ANPE, que parece ser el más representativo de la enseñanza pública no universitaria en Canarias, hasta el mismo Cabildo Insular, que convocó un pleno extraordinario al efecto.
Decía el STEC en un comunicado, que “la Consejería está cometiendo un verdadero atropello, debido a actuaciones unilaterales que afectan a la vida y el trabajo de los docentes y los alumnos”. La ANPE manifestaba por su parte, que “apoyamos que se apueste por las enseñanzas de FP en El Hierro, pero no en detrimento de los alumnos y profesores de bachillerato. Reclamamos a la Consejería, que tome las medias oportunas, ya que no se trata de un problema de espacio, sino de falta de organización y coordinación”.
El malestar generalizado también lo expresaba la AMPA, (Asociación de madres y padres del IES Garoé), que celebraron con este motivo una asamblea el día nueve, así como alumnos, exalumnos y desde diversos ámbitos de la sociedad herreña.
Decía una exalumna y profesora: “No entiendo la postura de los representantes de algunos partidos políticos en El Hierro sobre este tema. Muchos de ellos fueron alumnos y otros han visto como sus hijos han estudiado en este centro. ¿Cómo pueden permitir este atropello a la calidad educativa? ¡Que tristeza, que retroceso cultural y social! Un laboratorio cuidado con tanto mimo durante más de treinta años, con muestras, libros e instrumentos que muchos centros quisieran tener, ¡y … a la basura!”.
Otra exalumna y profesora, comentaba en las redes sociales:” Como profesora que lleva años viviendo el pulso del IES Garoé, siento que lo que estamos atravesando es un auténtico desahucio educativo. Entrar en el centro y ver como lo que antes eran laboratorios vivos, aulas llenas de recursos y espacios docentes, se ha convertido en salas improvisadas y pasillos y rincones en los que amontonan sueños, duele”
Y otro exalumno, hoy estudiante universitario, se expresaba en estos términos: “ (El IES Garoé contaba con un laboratorio de biología y geología)… con gran cantidad de recursos, fósiles y diversos materiales procedentes de todo el planeta, así como instrumentos de estudio de altísima calidad, que muchas universidades no poseen. No importa si eres estudiante, padre, madre, abuelo, profesor o alguien que ya no pisa un aula desde hace años, porque esto nos afecta a todos: no hay futuro sin educación digna. Este no es un debate de FP contra bachillerato. Defender una educación digna en El Hierro no es una cuestión de ideologías, sino un acto de amor por la tierra que habitamos”.
Los que políticamente tenían que defender ese disparate, argumentaban que era muy positivo para la isla el hecho de que aumentara la oferta en enseñanzas profesionales. ¡Pues claro que sí! ¿Quién iba a estar en contra de que los estudiantes herreños tuviesen más y mejores oportunidades para su formación?
Los países con mejor nivel de vida no son los que poseen más recursos naturales, llámese petróleo, minería o campos agrícolas. Los países con mejor nivel de vida son los que tienen un mejor sistema educativo y de cualificación profesional. Piensen a título de ejemplo, en países nórdicos, como Finlandia o Noruega, o en países asiáticos como Japón o Corea. ¡La educación y cualificación profesional es la mayor riqueza de un pueblo!
Por eso, nadie está en contra de ampliar y mejorar la oferta educativa en el sector educativo. La indignación está provocada por el hecho de que este disparate, es una consecuencia de la falta de previsión, la falta de planificación y la manifiesta incompetencia de quienes tienen o han tenido la responsabilidad de promover las inversiones necesarias para contar con las instalaciones y los medios que el sector educativo demanda en la isla. Ese realmente es el origen del problema.
Valverde cuenta con centros educativos construidos hace más de cuarenta años, que no reúnen las condiciones ni se han adaptado a la demanda que los nuevos tiempos y el incremento de población requieren. Y en Frontera, por ejemplo, han tenido que cerrar al tráfico una céntrica calle para convertirla en patio de recreo de los niños, ante las carencias de espacio en los propios centros educativos. ¡Kafkiano!
Hace unos quince años, el ayuntamiento de Valverde adquirió unos terrenos en la Hoya del Juez, tras los preceptivos informes que avalaban la idoneidad del lugar para la construcción de un nuevo colegio en Valverde que sustituyese al viejo colegio construido hace casi cincuenta años, situado en una escarpada ladera, con instalaciones obsoletas, con muy reducido espacio, con enrevesado acceso y con carencias o dificultades para aparcamiento.
La Hoya del Juez está situada a solo ochocientos metros del borde urbano de Valverde, en un terreno llano y espacioso, muy bien comunicado, y además, en la única zona posible de futura expansión urbanística. El futuro de Valverde pasa por crecer hacia la zona norte, a ambos lados de la carretera a partir del Hospital hacia El Mocanal, incluyendo el polígono “comercial-residencial” en desarrollo, y toda la Hoya del Juez y terrenos colindantes. No hay otra posibilidad, dada la orografía del terreno.
Los terrenos de Hoya del Juez reúnen condiciones para albergar la que podría ser la “ciudad educativa”, no ya de Valverde, sino de toda la isla, con centros de enseñanza de primaria y secundaria, con algún centro de enseñanza superior, si se consiguiera, con amplio espacio para equipamientos, canchas deportivas, aparcamientos, buen comunicado y con fáciles accesos, y que, con el tiempo y el crecimiento natural de Valverde, quedaría integrada en la propia trama urbana.
¿Pero qué ha ocurrido?
Decía un estudiante que no quería meterse en política, sino en un debate sobre las necesidades en el sector educativo en la isla. Muy razonable. Pero lo malo es que, aunque tú no te metas en política la política si se mete contigo, porque son decisiones políticas las que condicionan y conforman nuestro presente y nuestro futuro como sociedad.
El problema que se ha planteado en el IES Garoé, no es algo que haya surgido de pronto, sino la consecuencia de una falta de planificación y de inversión desde hace muchos años, porque decisiones políticas así lo han determinado, siendo como es la educación, junto a la sanidad, los factores más determinantes del progreso y bienestar de un pueblo.
Y esto ocurre, cuando las decisiones políticas no se toman en base a las necesidades y las previsiones futuras de un pueblo y al interés general, sino en base a beneficiar a los que toman las decisiones, a sus familiares, a sus amigos o a sus posibles votantes.
¿Por qué después de hacer estudios previos, seleccionar la opción de Hoya del Juez, comprar los terrenos y encargar anteproyectos para construir un nuevo colegio, se descarta después de varios años esta opción? Porque la decisión de una presidenta del cabildo, que además no tenía competencias en educación, así lo decidió con una petición al presidente del Gobierno de Canarias. ¿Capricho?
Se entra entonces en una polémica y estéril controversia, con diversas opciones, como utilizar para este fin el campo de futbol de S. Juan, o ampliar el actual colegio en un pequeño trozo de terreno en ladera, que parece es la opción que ahora está sobre la mesa, y que continuará teniendo todas las limitaciones e inconvenientes que tiene el actual.
¿Y por qué ocurren estas cosas? Todo tiene un por qué, aunque no sea visible a primera vista: Cuando el interés particular prevalece sobre el interés general, se trata de vestir la muñeca empleando argumentos inconsistentes para que no se pueda percibir el trasfondo de esas decisiones.
Por ejemplo: En el Cabildo Insular se tramitó un expediente tratando de declarar de Interés Insular unas instalaciones industriales en Hoya del Juez. Para quien no conozca el procedimiento, el Interés Insular es una actuación prevista en la Ley del Suelo, por la cual, si se considera que determinada construcción o instalaciones pueden ser de interés para toda la isla, se puede autorizar su construcción, aunque el planeamiento municipal no lo permita.
¿Ustedes creen que autorizar la instalación de una industria potencialmente contaminante en Hoya del Juez, estrangulando posibilidades futuras de construir en el lugar colegios o viviendas, es de interés general para todos los herreños?
Esta meridianamente claro que no, que esta actuación sería beneficiosa para el particular que promueve esta industria y perjudicial para el conjunto de los herreños. Pero los políticos de turno hacen una utilización perversa de esta ley, para beneficiar a un particular y perjudicar el interés general.
Otro ejemplo: Por parte del Cabildo Insular, con los votos a favor de PSOE y de AHÍ, se le da luz verde a otro proyecto “de Interés Insular” en Frontera, por medio del cual, una finca de cultivos intensivos abandonada, terreno agrícola de primera, se recalifica para poder construir en ella veinticinco villas de lujo. ¿Creen ustedes que esto es de interés general para la isla y para el conjunto de los herreños?
Ni remotamente. Es de interés particular para el propietario de los terrenos, que tiene una finca abandonada por la que quizá no le ofrezcan trescientos mil euros, pero que, si la recalifican, quizá la pueda vender en tres millones de euros. ¡Un pelotazo de libro de interés para un particular, pero no de interés general, hecho también con esta perversa interpretación de la ley!
Digamos aquí de pasada, que la Ley de las Islas verdes permite construir viviendas vacaciones en determinados tipos de suelo rústico, pero que en la práctica los ayuntamientos no pueden dar licencias aunque hay más de treinta solicitadas en nuestra isla, porque no se ha desarrollado el reglamento de la ley. Aquí también la ley del embudo: beneficiar a alguno y perjudicar a la mayoría.
Con todo esto lo que quiero decir, es que, si nuestros políticos estuviesen preocupados de verdad por mejorar las condiciones de vida y la formación de las nuevas generaciones de herreños, en lugar de promover proyectos de interés insular para beneficiar a particulares, promoverían un Proyecto de Interés Insular para Nuevos Colegios y Centros de Enseñanza en la isla, y claro está, dotándole de partidas presupuestarias.
Y ese es el verdadero problema de fondo: se gobierna, al menos en alguna institución, no con visión de futuro, planificación y en función del interés general, sino en base a la improvisación, el capricho y los beneficios personales con los que se compran o se premian lealtades, en una administración ineficiente e invertebrada, incapaz de ejecutar razonablemente su presupuesto.
El problema de la enseñanza y de los centros de enseñanza en El Hierro, no es de ahora. Es una consecuencia de actuaciones, (O de falta de actuaciones) políticas: de falta de previsión y de planificación; de no concederle a la educación el lugar prioritario que debe tener en cualquier sociedad; de que los caprichos y las enemistades personales, se imponen al necesario diálogo y consenso; y a que los intereses personales o particulares, prevalecen sobre el interés general. Ese es el fondo del problema: Es un problema político.
Y lo que ha surgido con el IES Garoé, es solo una pequeña muestra.
2 respuestas
Eutimio, el peninsular al que usted se refiere lleva más de 25 años dejándose la piel por la educación y el alumnado en la isla, tanto en Frontera como en Valverde. Afirmar que es un «peninsular sin arraigo» es un deplorable ejercicio de xenofobia, especialmente cuando, pocas líneas más abajo, manifiesta que cumplía órdenes. Es, además, una triste falacia, una burda argumentación, pues trata de hacernos creer que la decisión tomada por el director del IES Garoé lo fue porque, por su condición de peninsular (habría preferido decir «godo»?) le importa un pepino la educación de la juventud herreña. Es una tremenda injusticia que le honraría reparar.
Saludos.
Estimado Pepetxu, entiendo que la expresión «peninsular sin arraigo» ha sido desafortunada por mi parte, porque la condición de herreño no va necesariamente asociada al lugar de nacimiento, sino a una actitud de compromiso, de apego y de afecto para con esta isla y con su gente. Quizá el director del IES Garoé, a quien no he querido menospreciar ni como persona ni como docente, reúna estas cualidades, aunque entiendo que su actuación en el caso de este conflicto ha sido, como mínimo, bastante torpe. De todas formas, le pido disculpas públicamente por mi desafortunada expresión. Dicho esto, procede otra aclaración respecto a la responsabilidad de la decisión de meter con calzador una Centro Integrado de Formación Profesional en las instalaciones del IES Garoé, porque así lo decidió la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. La torpeza del director del IES Garoé, es que esta decisión no la compartió con claustro de profesores, alumnado, padres de alumnos, etc. y que algunos detalles, como meter libros y material de un laboratorio en un contendor para enviarlo al vertedero o al punto limpio, es un acto digno de un relato distópico. El problema de fondo, es que en realidad el Director del IES no ha sido el verdugo, sino la víctima de un problema que en realidad es un problema político. Porque son decisiones políticas las que han provocado que no se atiendan objetivos y actuaciones que deben ser prioritarias, como es la educación en este caso, porque esas políticas están orientadas por caprichos personales, por favorecer a particulares en detrimento del bien común, por ignorancia, o por ocurrencias que marginan lo mas importante, para derrochar tres millones de euros en un camino como La Peña, por el que podrían pasar media doce de senderistas al día, o siete millones de euros en asfaltar la carretera del Pinar, que se podría haber asfaltado con dos millones, u otros disparates propuestos como dos nuevos túneles para mayor lucro de algunos, o la ampliación de la pista del aeropuerto sobre el mar. Mientras tanto, la educación, que es lo más importante junto a la sanidad y los servicios sociales, marginada con colegios viejos de hace décadas, sin renovar ni actualizar, y encima, pretenden hacer nuevos disparates como la ampliación del colegio infantil de Valverde, que si los padres y vecinos de Valverde supieran lo que supone y lo que hay detrás de esa rocambolesca operación, saldrían todos a la calle en manifestación. En fin, estimado Pepetxu, que son las malas políticas las que nos están llevado a esta situación, de la que el director del IES Garoé, es también una víctima.