Por Juan Jesús Ayala (Filósofo).
Un mes después que el Consejo de Seguridad de la ONU, aprobó una Resolución sobre El Sahara Occidental, donde se considera adecuado la plena autonomía política para ese territorio, el cual fue avalado también por el presidente Sánchez, tanto ahora, como en su carta al rey alauí de 23 de marzo de 2022, reconociendo el plan marroquí para el Sahara Occidental.
En la XIII Reunión de alto nivel entre Marruecos y España a su término no se celebró rueda de prensa alguna, aunque el gobierno insiste en considerar al Sahara Occidental, como así lo refiere el rey de Marruecos: “nuestra querida provincia del sur” con cierta autonomía pero encuadrándola bajo plena soberanía marroquí.
Aparte de firmar entre los dos países, 14 nuevos acuerdos, al parecer de índole administrativo-comercia; cuestiones que al no tener trascendencia para Canarias, según manifestó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Álvarez, no hubo necesidad alguna de representación del gobierno canario.
Aunque el Gobierno de Canarias, por su parte, no cesa en quejarse de no tener presencia en esas reuniones, y más aún cuando el secretismo parece ser que se convierte en protagonista.
Ignoramos si Marruecos insiste, además, con la aquiescencia de Sánchez, en delimitar sus zonas marítimas, puesto que el parlamento marroquí en febrero de 2020 dictó dos resoluciones sobre la delimitación de sus aguas y ampliación de su plataforma continental marcándolas desde un territorio, el Sahara Occidental, aun pendiente de descolonización y que además, Marruecos solicitó a la ONU la ampliación de su plataforma continental a 350 millas llegando a una zona común con la española a 250 millas al oeste de la Restinga, ya que en 2014 España solicitó ampliar su plataforma continental a 400 millas.
¿A qué obedece el empeño de la ampliación de sus plataformas continentales por ambos países? Simplemente, para hacerse con la riqueza en Telurio y demás minerales, riqueza en tierras raras que posee el monte Tropic, cuyos garfios geológicos penetran en una zona común.
Y Canarias sobre estas cuestiones, desde hace tiempo y en el de hora, permanece expectante, sin fuerza y sin una clara determinación sobre ¿qué hacer? Solo palabras y lamentaciones.
Además, de esta cuestión de las aguas territoriales, Marruecos pretende el control del espacio aéreo sobre el Sahara Occidental, lo que ya se había negociado con Sánchez desde el año 2023. Cuestión sobre la que se han pronunciado portavoces de la Unión sindical de Controladores aéreos que advierten que esta cesión tendría consecuencias operativas y de inseguridad para Canarias, dejando tras de sí el actual sistema gestionado por el Centro de control de Gran canaria que desde sus torres supervisan las aproximaciones a los aeropuertos de El Aiún y Dajla.
Sobre estas cuestiones ha habido una tibia protesta por parte del gobierno de Canarias, sobre las que, el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, como siempre y una vez más, contestó que como son temas de Estado, a Canarias se le dará la debida respuesta cuando haya una posición definitiva.
Lo cierto que en la pasada XIII cumbre en Madrid hay voces que suenan, y no precisamente en el desierto, que una vez que se consolide el Sahara Occidental como la querida provincia del Sur; se acepten las zonas marítimas y se ceda el control aéreo desde Marruecos, Canarias se irá viendo desprotegida. Y bueno sería que los cantos de sirena que se oyen no se diluyan en lo desconocido, sino que las preguntas que desde el gobierno de Canarias se hacen sean oídas y que la población canaria tenga razón y conocimientos de ellas.
“La marroquinización de Canarias” no es nada nuevo y tras la consideración de Ceuta y Melilla como próximos territorios a ser anexionados por Marruecos; El próximo objetivo, o quizás de manera simultánea, será Canarias.
Sin olvidarnos que el nacionalismo marroquí se encuentra refrendado en el mapa que el rey alauí tiene en su despacho, donde se contempla el Gran Magreb, en el que se observa como Canarias forma parte del anexionismo marroquí.
Será filosofía, elucubración calenturienta o un cuento más de “las mil y una noches”. Que se sabe.
